Una Vida en Contramano
Contracultura • Sermon • Submitted
0 ratings
· 60 viewsComo Daniel y sus compañeros vivieron de forma contraria a su cultura a pesar de la importancia, la popularidad, y la consecuencia.
Notes
Transcript
Introducción:
Introducción:
Chiste: esposa llamando a su marido que tenga cuidado del lunático conduciendo contramano en la autopista que vio en las noticias. Él responde, “¿Sólo un lunático yendo contramano? ¡Hay cientos de ellos en esta autopista!”
Conduciendo en contramano en el barrio, no se considera mucho debido a que la conveniencia lleva mas peso que las consecuencias— no hay otro tránsito, es por poca distancia, y evita mas tiempo gastado en esperar a otros o mas distancia.
Debido a las mayores consecuencias, nunca conduciría contramano sobre una ruta transitada o una autopista.
Uno de los problemas mayores de cristianos hoy en día, es que tampoco están dispuestos a manejarse en “contramano” si las consecuencias son mayores.
Sólo están dispuestos hacerlo mientras que las consecuencias sean insignificantes o inexistentes.
David Platt, en su libro Una Llamada Compasiva a la Contracultura (Carol Stream, Il.: Tyndale, 2015), pág. 8-9. Explica lo siguiente:
En asuntos populares, tales como la pobreza y la esclavitud, donde es probable que nos aplaudan por nuestro trabajo social, somos rápidos para ponernos de pie y hablar sin rodeos. Sin embargo, en asuntos controversiales tales como la homosexualidad y el aborto, donde es probable que como creyentes seamos criticados por involucrarnos en estos temas, nos contentamos con permanecer sentados sin hablar. Es como si hubiéramos decidido elegir qué asuntos sociales vamos a condenar y cuáles vamos a aplaudir. A menudo, nuestra selección se centra en lo que es más cómodo y menos costoso para nosotros en nuestra cultura.
En la práctica, si usted, en la plaza pública, le pide a cualquier líder cristiano popular que haga una declaración sobre la pobreza, el tráfico sexual o la crisis que existe con los huérfanos, ese líder con mucho gusto y firmeza compartirá sus convicciones. Sin embargo, si le pide al mismo líder cristiano y en el mismo escenario público que exprese lo que opina de la homosexualidad o el aborto, ese mismo líder responderá vacilando nerviosamente o con una virtual herejía, si es que le llega a responder la pregunta.
¿Cuántas veces has rehusado dar tu perspectiva bíblica acerca de un asunto cuando te lo han preguntado por temor a la burla, el rechazo, y la crítica que habrías de recibir?
¿Cuáles temas en nuestra sociedad aplaudes abiertamente junto a tus compañeros, y cuáles desapruebas secretamente por temor a ellos?
El libro de Daniel nos presenta a 4 jóvenes quienes tuvieron que tomar la decisión importante de manejarse de forma contraria a su cultura a pesar de las consecuencias.
El libro de Daniel se divide en dos secciones principales con el temático primordial de la soberanía y victoria de Dios sobre la historia y el hombre.
Mientras que la segunda sección se concentra en el control de Dios sobre el panorama de la historia, incluyendo la historia futura, la primera trata más con la victoria de Dios usando a Daniel y sus compañeros (a quienes conocemos como Sadrac, Mesac, y Abed-nego).
Ellos vivieron en la nación de Babilonia, bajo el Rey Nabucodonosor, quién había conquistado Jerusalén y los había llevado cautivos de vuelta a Babilonia junto con muchos más. Vivieron en un ambiente y sociedad pagana.
Sin embargo, al estar dispuestos a pararse firmes para el Señor a pesar de las consecuencias de ser contrario a la cultura en que vivían, Dios los usó repetidamente para establecer Su victoria y soberanía sobre todo.
Cada creyente puede ser un testimonio eficaz y fiel al Señor con una vida contracultural al imitar los ejemplos de Daniel y sus compañeros.
1° Ejemplo: Servir al Señor cuando parece no tener importancia.
1° Ejemplo: Servir al Señor cuando parece no tener importancia.
Daniel y sus compañeros estaban en una situación difícil, Dan. 1:1-4.
En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió.Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.
Nabucodonosor, el rey de Babilonia, había conquistado a Judá, y llevado a muchos cautivo, incluyendo a Daniel y sus compañeros.
Era costumbre de usar a personas de familia real o noble de una ciudad como siervos o esclavos, pero debían ser personas de la mejor apariencia e inteligencia porque servirían al rey en su palacio. El hecho de tener personas de realeza y nobleza sirviendo su trono solo exaltaba más al rey.
Eran educados en la historia e idioma de los Babilonios, así poder promocionar el reino babilónico.
Parte de todo este proceso era de des-construir y reconstruir su identidad. La forma más eficaz de hacerlo era el cambio de sus nombres, Dan. 1:7.
A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
Los nombres hebreos casi siempre tenían algo que ver con Dios (-el= Dios, -ías= Yahweh):
Daniel— “Dios es mi Juez”.
Ananías— “Yahweh ha actuado con gracia”.
Misael— “¿Quién es como Dios?”
Azarías— “Yahweh ha ayudado”.
Al cambiar sus nombres a Beltsasar, Sadrac, Mesac, y Abed-nego, los identifica con los dioses falsos de los babilónicos. Ahora debían servir a esos dioses falsos pues ahora les “pertenecían”.
Daniel y sus compañeros entendieron que a pesar de su situación, lo que ellos realmente reflejaba su verdadera identidad como pueblo de Dios.
El rey había prescrito la comida que tenían que consumir durante su tiempo de “re-educación”, Dan. 1:5.
Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey.
Aunque a su sociedad babilónica no hubiera hecho ninguna diferencia, pues les era solamente comida, a Daniel y sus compañeros, la comida estaba vinculada con su identidad.
Dios había dado en Su Ley a los Israelitas una dieta específica, comidas que no debían comer.
El primer propósito en esto era por la propia salud de los Israelitas. Como sabemos hoy, hay algunas carnes de animal que hay que procesar de cierta manera para eliminar alguna contaminación para que sea comestible. Hoy tenemos esa tecnología y conocimiento, pero en ese tiempo no los tenían. Hay algunos que aun siguen los que llaman “la dieta de Daniel” porque es bastante saludable. A propósito, “legumbres” significa toda comida que crece de semilla, que incluye no sólo legumbres pero verduras.
El otro propósito era para marcar una diferencia entre Israel y las naciones paganas a su alrededor. En varios casos, la comida era disfrutada en honor a algún dios falso de la región, la comida era usada para rituales religiosos. El hecho de no poder comer ciertas cosas por orden de Dios ya los hacía un poco antisocial en la hora de la comida.
Entonces, Daniel y sus compañeros entendieron que esto se trataba más que solamente comida, que lo que hacían aquí era parte de su identidad como pueblo de Dios.
Por lo tanto, “Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey”, influyendo a sus compañeros a tomar la misma posición que él, Dan. 1:8.
Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
Postuló una cierta competencia al encargado, Melsar, que probara por 10 días y que evaluara el resultado. Aunque temía desobedecer al rey en lo que había prescrito, Dios concedió a Daniel gracia y buena voluntad con él.
Al final de los diez días, Daniel y sus compañeros eran visiblemente más saludables que los demás, Dan. 1:15-16. De allí pudieron disfrutar su comida sin sacrificar su consciencia.
Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.
Ilustración: Servir al Señor cuando parece no tener importancia.— Películas con malas palabras afectando el pensamiento.
Aplicación: Servir al Señor cuando parece no tener importancia.
— Consumo de sustancias adictivas.
— Música con mensajes pecaminosas.
— Relaciones y noviazgos con cualquiera.
— Películas con cosas demoníacas.
2° Ejemplo: Servir al Señor cuando parece no ser tan popular.
2° Ejemplo: Servir al Señor cuando parece no ser tan popular.
El sueño del rey.
El rey Nabucodonosor tuvo un sueño interpretado por Daniel en el capítulo 2, en el cual vio una estatua de diferentes materiales.
La cabeza de oro, su torso de plata, su cintura y muslos de bronca, sus piernas de hierro, su pies de hierro y barro cocido.
La estatua es destruido por completo por una roca no cortada de manos, o sea, no hecha por los hombres.
Todo esto simbolizaba los reinos que vendrían después del reino de Nabucodonosor (la cabeza de oro, Dan. 2:37-38) que serían al final destruidos por la mano de Dios.
Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
Nabucodonosor era conocido históricamente por ser obsesionado con el poder y la conquista.
Este sueño fue para advertirle para que cambia su rumbo, y el rey reconoce la soberanía de Dios, Dan. 2:47, sin embargo, no cambia su camino.
El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.
La imagen del rey
Parece que lo único que le quedó de lo que dijo Daniel del sueño era que él era la cabeza de oro, entonces, se hizo una estatua inmensa de oro, aproximadamente unos 30 mts de alto y 3 mts de ancho, Dan. 3:1.
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.
Varios expertos señalan a la probabilidad que fue hecha a su propia imagen, o a la imagen de algún dios babilónico, o podría haber sido un tipo de obelisco. El texto no lo clarifica.
El rey mandó que al sonar los diferentes instrumentos musicales, todos debían postrarse y adorar la estatua del rey, con la amenaza de que aquel que no lo hacía, sería arrojado a un horno de fuego, Dan. 3:4-6.
Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
Al sonar los instrumentos, todos se postraron y adoraron la estatua, todos menos Ananías, Misael, y Azarías (no menciona a Daniel en esta historia, pero obviamente está ausente porque tampoco estaría adorando la estatua- quizás está leyendo el libro de la ley, orando, o soñando y recibiendo alguna visión de Dios), Dan. 3:12.
Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.
Eran los únicos en toda la ciudad quienes no estaban adorando la estatua de oro del rey.
La ira del rey
El rey llama a los tres amigos y les amenaza para que se postren y adoren la estatua, implicando que ni Dios les podría salvar de la consecuencia, Dan. 3:13-15.
Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
Los tres compañeros responden unánimes, Dan. 3:16-18.
Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
No le deben una respuesta al rey porque responden al Señor.
Dios es muy capaz como para salvarlos del horno de fuego y de la mano del rey.
Aún si Dios decide no rescatarlos del fuego, eso igual no cambiaría su posición y nunca se inclinarían ante la estatua.
El rey lo echa al horno, mandando que se caliente siete vez mas de lo normal, lo cual mata a los hombres que los tiran adentro (Dan. 3:19-23).
Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
Dios los acompaña, los protege, los rescata del horno de fuego y de la ira del rey (Dan. 3:24-27).
Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.
El rey termina alabando a Dios y decretando que nadie blasfeme contra el Dios de Israel (Dan. 3:29).
Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste.
Ilustración: Servir al Señor cuando parece no ser tan popular.— Imagínate en el medio de una multitud. De repente alguien grita “allí vienen”. Miras y ves a tres malhechores siendo escoltados por las autoridades. Escuchas la multitud gritar su aprobación que los malhechores reciban lo que merecen. Obvio, quieres justicia, entonces empiezas a gritar con ellos. Sigues la multitud porque ha sido tu costumbre de hacerlo, es lo que hacen todos tus amigos, tu familia, tus conocidos. Hay algunos en la multitud que parecen que están tristes, llorando, pero no entiendes porque se sentirían tristes por que están recibiendo su merecido. No ven que todo el resto de la multitud aprueba este curso de acción. Deberían simplemente seguir la voluntad del pueblo. Siguen a los malhechores hasta la cima de una colina. Por sobre los gritos de la multitud, escuchas golpes de un martillo y gritos de dolor. Miras hacia el ruido y por encima de las cabezas miras a los tres malhechores alzados en cruces. Has estado gritando “Crucifícalo” junto con la multitud. Felicidades, junto con el resto de la multitud, has aprobado la crucifixión del inocente Jesús, tu Mesías prometido, el perfecto Hijo de Dios. El voto popular no siempre es el correcto.
Aplicación: Servir al Señor cuando parece no ser tan popular.
Kyle Idleman en su libro dioses en Guerra plantea tres templo de adoración popular:
— Lo popular hoy es adorar en el templo del poder:
el dios falso del éxito
el dios falso del dinero
el dios falso de los logros
— Lo popular hoy es adorar en el templo del placer.
el dios falso de la comida
el dios falso del sexo
el dios falso del entretenimiento
— Lo popular hoy es adorar en el templo del amor.
el dios falso del romance
el dios falso de la familia
el dios falso de uno mismo
3° Ejemplo: Servir al Señor cuando parece no haber salida.
3° Ejemplo: Servir al Señor cuando parece no haber salida.
El nuevo reino.
Ahora, en el capítulo 6, ya hay otro rey, el rey Dario de Persia.
En los capítulos 4 y 5, vemos a Dios tratando con la soberbia del rey Nabucodonosor y luego la irreverencia de su hijo Belsasar.
Cada vez, Daniel tiene que interpretar una revelación al rey, sea presentada en sueño o en escritura sobrenaturalmente escrita por una mano divina.
Persia conquista a Babilonia y el rey Dario comienza a reinar, manteniendo los mismos oficiales en servicio al trono como gobernadores sobre su reino. Lo llamaban sátrapas, y Daniel era uno del principales, Dan. 6:1-3.
Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.
La trama contra Daniel.
Los otros sátrapas y gobernadores tuvieron celos de Daniel y buscaron la forma de atraparlo en alguna falta, lo cual nunca encontraron, Dan. 6:4-6.
Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios. Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive!
Como no encontraron nada, le tendieron una trampa, Dan. 6:4-9. Presentaron al rey Dario una idea engañosa como de parte de todos los consejeros y gobernadores (incluyendo Daniel), que el rey proclamara un edicto por 30 días, que nadie pueda peticionar en oración a ningún otro que el rey.
Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios. Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive! Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.
Parte de lo que le fue atractivo al rey tenía que ver con una creencia en su cultura, común a varias naciones paganas, que la realeza era descendencia de dioses, o seres divinos encarnados. Entonces, si el rey creía eso por sí mismo, con más razón accedería a un edicto que hiciera que todos le peticionen a él.
El rey Dario lo firma. Las leyes de los Medos y Persas eran irrevocables. Recuerdan en la historia de Ester que hicieron una ley para aniquilar a los judíos en cierta fecha. En lugar de abrogar esa ley, tuvieron que proclamar otra ley que el judío se podría defender de esa exterminación (por lo tanto, no lo hubo).
La integridad de Daniel, Dan. 6:10.
Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
Tan pronto que Daniel se entera que ya es ley, hace exactamente lo que ya estableció como constante en su vida, ir a Dios en oración.
Daniel no estuvo dispuesto a sacrificar su convicción de ir al Señor en oración, y supo que orar a otro que no era Dios, sería violar el mandamiento del Señor, era equivalente a idolatría.
La situación de Daniel, Dan. 6:11-18.
Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición. Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado. Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
Obviamente los gobernadores y sátrapas que estuvieron buscando la oportunidad de atrapar a Daniel aprovecharon la situación y delataron a Daniel ante el rey.
El rey triste porque estimaba a Daniel. Hasta intentó liberarlo, pero como era ley Medo-Persa, ni aún el rey podía anularlo.
El rescate de Dios, Dan. 6:19-23.
El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
Al investigar la siguiente mañana, el rey encontró a Daniel sano y salvo.
Dios había mandado un ángel para cerrar la boca de los leones.
El rey mandó a sacar a Daniel y echó a la fosa de los leones los mismos gobernadores que habían tendido la trampa para Daniel, Dan. 6:23-24.
Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.
Daniel fue vindicado, y el rey proclamó que todos honren al Señor Dios, Dan. 6:25-27.
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.
Ilustración: Servir al Señor cuando parece no haber salida.— Secundaria Columbine, 1999. Eri y Dylan asesinaron a 11 alumnos y 1 profesor, e hirieron a 21 otros. Le apuntaron a Cassandra Bernall y le preguntaron “¿Tu crees en Dios?” Ella respondió confiada “Si, yo creo en Dios”. En un halar del gatillo, la vida de Cassandra fue extinguida, habiendo afirmado su fe ante la amenaza de muerte.
Aplicación: Servir al Señor cuando parece no haber salida.
Parece ser lejos de nuestras vidas, pero vivimos en una sociedad que está cada día más cerca de esa realidad. Incluso, acabamos de pasar por un tiempo donde el mismo gobierno argentino instituyó que por el bien público, tu estado de vacunación determinaba dónde y cómo podrías viajar, y en cuales edificios podías entrar. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se determina que su identificación como cristiano amenaza el “bien público”?
Joven, como esperas poder dar una decisión afirmando tu fe ante la amenaza si no estás viviendo tu fe en la libertad que experimentamos hoy?