El libro de Jueces - Micaía

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Jueces 17:1–6 RVG
1 Hubo un hombre del monte de Efraín, que se llamaba Micaía. 2 El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, por lo que tú maldecías, y de los cuales me hablaste, he aquí que yo tengo este dinero; yo lo había tomado. Entonces su madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. 3 Y luego que él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre, su madre dijo: Yo ciertamente he dedicado de mi mano este dinero a Jehová por mi hijo, para hacer una imagen de talla y una de fundición; ahora pues, yo te lo devuelvo. 4 Mas él devolvió el dinero a su madre, y su madre tomó doscientos siclos de plata, y los dio al fundidor; y él le hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en casa de Micaía. 5 Y este hombre Micaía tenía una casa de dioses, e hizo un efod y terafim, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. 6 En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía como mejor le parecía.
Introducción
El libro de Jueces es un libro realmente muy triste.
Este libro muestra lo que pasa cuando la gente ignora la Palabra de Dios y hace lo que es recto en sus propios ojos.
Jueces 17:6 RVG
6 En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía como mejor le parecía.
Casi todas las personas en Israel ya no les importaba la Palabra de Dios, sino sus propias opiniones.
Cuando seguimos nuestras opiniones, tendremos derrota.
Proverbios 12:15 RVG
15 El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio.
En nuestro texto aquí vemos un ejemplo de que pasa cuando cada uno hace lo que es derecho en su opinión y no sigue la Palabra de Dios y la voluntad de Dios para su vida.
El hombre Micaía
Este hombre, judío, tenía un nombre que significa ¿quién es como Jehovah?
Él obviamente sabía de mucho de la cultura religiosa de los Hebreos.
Él obviamente sabía del sacerdocio levítico.
Pero había robado plata de su mama.
Ella pensaba que era un ladrón, pero era su hijo.
Él eventualmente le devolvió la plata, y su madre le dio para hacer dioses falsos.
Entonces él hizo una casa de dioses, o sea ídolos para adorar.
Los dioses falsos eran muy comunes en las culturas paganas, pero los hijos de Israel eran siervos del Dios verdadero, Jehovah.
Dios les había mandado que no deben tener ídolos.
Éxodo 20:3–4
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Deuteronomio 5:8–9
8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo de la tierra.
9 No te inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
Dios aborrece la idolatría.
Pero el pueblo de Israel había abandonado los mandamientos de Dios y cada uno hizo como mejor le parecía. Y para Micaía, lo correcto en sus ojos era adorar a dioses falsos y hacer una casa de ídolos.
Además él puso uno de sus hijos como sacerdote de su casita de ídolos. Y todo el mundo me imagino pasaba la casa de Micaía y dijo, hay que hombre tan religioso.
¡Que hombre tan dedicado a su fe! ¡Mira a su fe tan fuerte! Seguro que este hombre agrada a Dios.
Hoy en día, vemos exactamente lo mismo en el mundo en el cual vivimos.
Todo el mundo hace lo que es derecho en su opinión. Lo que les parece bien. No importa lo que dice la Palabra de Dios.
Casi todo el mundo busca hacer lo que Micaía hizo en su casa, unir algunas cosas que están en la Biblia con sus propias ideas acerca de la religión.
Ejemplo: Casas de dioses aquí en Colombia también.
Ejemplo: Las imágenes que personas hacen hoy en día de santos, o María, o aún de Jesús no agraden a Dios. Es pecado hacer imágenes. Estas cosas toman el puesto de Dios y Dios aborrece estas cosas.
Entonces Micaía está viviendo bien con su casa de dioses y su hijo como su cura. Pero algo más rico pasó.
Jueces 17:7–13
7 Y había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita; y peregrinaba allí.
8 Este hombre partió de la ciudad de Belén de Judá, para ir a donde encontrase lugar; y llegando al monte de Efraín, vino a casa de Micaía, para de allí hacer su camino.
9 Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y el levita le respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde encuentre lugar.
10 Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y me serás en lugar de padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, y vestidura, y tu comida. Y el levita se quedó.
11 Acordó pues el levita en morar con aquel hombre, y él lo tenía como a uno de sus hijos.
12 Y Micaía consagró al levita, y aquel joven le servía de sacerdote, y estaba en casa de Micaía.
13 Entonces Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me hará bien, porque tengo un levita por sacerdote.
Un día un joven levita pasaba por la casa. Micaía por entender que era levita recordaba las historias de como los levitas deben ser los sacerdotes de Dios.
Él pensaba, bueno, que suerte. Puedo pagarle a él para ser mi sacerdote de mi casa de dioses.
Explica: Como las religiones falsas siempre toman un poco de la verdad para unir con mucho error y así quedan engañados pensando que están haciendo la voluntad de Dios.
Entonces Micaía paga al joven 10 siclos de plata y vestidura y comida para trabajar como su cura.
El joven es muy contento también. Él ya está siendo pagado para estar en "la obra de Dios".
El joven empieza su trabajo y todo ya es bueno para ellos. Es una casa muy religiosa.
Un problema sucede...
Jueces 18:11–26
11 Y partiendo los de Dan de allí, de Zora y de Estaol, seiscientos hombres armados con armas de guerra,
12 subieron y acamparon en Quiriat-jearim, en Judá; por lo cual llamaron a aquel lugar el campamento de Dan, hasta hoy; he aquí está detrás de Quiriat-jearim.
13 Y pasando de allí al monte de Efraín, vinieron hasta la casa de Micaía.
14 Entonces aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de Lais, dijeron a sus hermanos: ¿No sabéis como en estas casas hay efod y terafim, e imagen de talla y de fundición? Mirad pues, lo que habéis de hacer.
15 Y llegándose allá, vinieron a la casa del joven levita en casa de Micaía, y le preguntaron cómo estaba.
16 Y los seiscientos hombres, que eran de los hijos de Dan, estaban armados con sus armas de guerra a la entrada de la puerta.
17 Y subiendo los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, entraron allá, y tomaron la imagen de talla, y el efod, y el terafim, y la imagen de fundición, mientras estaba el sacerdote a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados con armas de guerra.
18 Entrando pues, aquellos en la casa de Micaía, tomaron la imagen de talla, el efod, y el terafim, y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis vosotros?
19 Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un solo hombre, que de una tribu y familia de Israel?
20 Y se alegró el corazón del sacerdote; el cual tomando el efod y el terafim, y la imagen, se vino entre la gente.
21 Y ellos tornaron y se fueron; y pusieron los niños, y el ganado y el bagaje, delante de sí.
22 Y cuando ya se habían alejado de la casa de Micaía, los hombres que habitaban en las casas cercanas a la casa de Micaía, se juntaron, y siguieron a los hijos de Dan.
23 Y dando voces a los de Dan, éstos volvieron sus rostros, y dijeron a Micaía: ¿Qué tienes que has juntado gente?
24 Y él respondió: Habéis llevado mis dioses que yo hice, y al sacerdote, y os fuisteis: ¿Qué más me queda? ¿Y a qué propósito me decís: Qué tienes?
25 Y los hijos de Dan le dijeron: No des voces tras nosotros, no sea que los de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida, y la vida de los tuyos.
26 Y yéndose los hijos de Dan su camino, y viendo Micaía que eran más fuertes que él, se volvió y regresó a su casa.
Un día un grupo armado de los hijos de Dan llega a la casa de Micaía. Hablando con el joven quien había estado contento trabajando por Micaía le ofrecieron mejor empleo religioso.
El joven de una se alegró y decidió ir con ellos, robar sus ídolos, y abandonó a Micaía.
En un instante, Micaía, el hombre religioso, no tenía nada. Perdió sus ídolos, perdió su cura levita, perdió su religión.
Pero el joven, ganó un mejor empleo.
Este es una historia rara que muestra que pasa cuando todos hacen lo que es derecho en sus propios ojos. Hay algunas cosas que podemos aprender de esta historia.
1. Dios no es agradado cuando hacemos nuestra propia religión
Romanos 10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
Micaías era un hombre muy religioso, pero era su propia religión. Hay mucha gente que desean hacer su propia religión hoy en día también.
Quieren tomar un poco de lo que la Biblia dice y tener una apariencia religiosa, pero no quieren entregarse completamente a Dios y a sus caminos.
Quieren hacer las cosas como les parece recto en sus propios ojos.
Ejemplo: Los que quieren añadir un poco de iglesia a sus vidas de desobediencia para asi ser religiosos y piensan que este agrada a Dios.
No funciona. Lo que ha hecho es pretender que está sirviendo a Dios cuando no lo está. Este es peligroso a su vida.
Santiago 1:22 Mas sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Mucho escuchan cosas de la Palabra de Dios, pero no aplican estas cosas a su vida. Son oidores, pero no hacedores. El fin de hacer esto es engañarse a sí mismo.
Terminará haciendo cosas como Micaía, pensando que son muy religiosos pero en realidad son solo engañados.
Juan 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.
Dios no es agradado con su religión inventada para que se siente mejor con su vida rebelde.
Dios demanda obediencia verdadera, nosotros seguimos a Dios según sus medios no los nuestros. Nunca hay excusa hacer lo que es correcto en sus propios ojos.
La vida cristiana no es buffet para escoger algunas cosas que quiere y otras que no.
2. Muchos son religiosos para su propio aprovecho
1 Timoteo 6:5 disputas perversas de hombres de mente corrompida, y privados de la verdad, que tienen la piedad por ganancia; apártate de los tales.
El joven levita no hizo nada por convicción verdadera, él solo estaba por la plata. Servía a Micaía porque había beneficio económico.
Cuando llegaron los hijos de Dan y ofrecieron un mejor pago, él con mucho gusto tomó el nuevo empleo.
Esta muestra algo triste pero verdadero acerca de muchas personas religiosas. Muchos hacen lo que hacen no porque están buscando a Dios, sino porque están buscando su propio bien.
El servir a Dios cierto trae muchos beneficios, pero como aprendimos hace dos semanas, el servir a Dios verdaderamente también trae persecución.
Ejemplo: Los que siguen el evangelio de la prosperidad y como son decepcionados cuando el servir a Dios trae problemas
He visto a muchas personas empezar en las cosas de Dios porque les está ayudando, pero cuando vienen dificultades inmediatamente dejan de servir a Dios.
Han mostrado que sus motivos no eran verdaderos.
Apocalipsis 18:3 Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la abundancia de sus deleites.
El diablo engaña a personas por ofrecerles religión falsa que no les costa nada. Pero el seguir a Cristo sí tiene un costo. Pero es lo correcto.
3. El siervo verdadero de Dios sigue la Palabra por convicción no importa el costo
Marcos 8:34 Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Él que quiere servir a Cristo, tiene que estar listo llevar su cruz. Los hombres de la religión falsa siguen lo que es correcto en sus propios ojos, pero los hombres y mujeres que verdaderamente quieren agradar a Dios tienen que seguir por fe la Palabra de Dios por convicción.
A veces los caminos de Dios no tienen sentido a nuestros propios ojos. Es por esto que tenemos que seguir por fe lo que es correcto.
Proverbios 3:5–6
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.
No importa si uno tiene religión o no, lo importante es que está siguiendo la Palabra de Dios exactamente como Él nos dice que debemos.
Ejemplo: Los que no quieren seguir a Dios según sus instrucciones bíblicas sino según sus preferencias están haciendo una casita de ídolos propios.
Hay personas que tienen un precio para cambiar sus convicciones. Pero el siervo verdadero de Dios no vende sus convicciones. No se puede comprar su servicio. Hace lo que hace para Dios por la Palabra de Dios y por convicción, no según lo que es correcto en sus propios ojos.
Ejemplo: Los mártires que han rehusado cambiar su fe en lo que es correcto.
Conclusión
¿Usted de pronto tiene una religión semejante a Micaía? ¿Sirve verdaderamente a Dios según sus instrucciones bíblicas o ha creado su propia religión según sus gustos?
¿Usted es una persona que sigue convicciones biblicas no importa si es bueno o malo para usted? ¿O se semejante al joven levita que tiene por venta su servicio relgioso según lo que paga mejor?
Dios está buscando siervos verdaderos que no hacen lo que es correcto en sus propios ojos, sino lo que la Biblia dice.
Juan 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.
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