ELECCIÓN INCONDICIONAL (2)
DOCTRINAS DE LA GRACIA • Sermon • Submitted
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Hay una historía que leí en el libro “Si, Jesús” de Roger Smalling acerca de un verdadero maestro del karate y el arte. Esto es lo que dice:
“En una ciudad lejana, vivía un hombre de raras combinaciones. Era un famoso escultor y practicaba también las artes marciales. Es preciso mencionar que tanto en la una como en la otra aptitud era un verdadero maestro.
Lastimosamente varios de sus amigos no lo entendían. Algunos creían que para ser escultor se necesitaba un carácter dulce y manso. El resto pensaba que un karateka debía ser un hombre duro y violento y le tenían miedo.
Invitó entonces a todos sus amigos. Quería que ellos observaran sus dos habilidades.
Antes de que los amigos llegaran a la reunión, el hombre tomó una masa de barro y la dividió en dos partes. Con el primer pedazo moldeó una hermosa escultura. Se trataba de un conjunto de personas, animales y flores en un gran bosque. Pintó la obra de arte y la endureció en el horno. Con el otro trozo de barro, construyó un bloque sin forma y también lo coció.
Los amigos llegaron el día acordado y él decidió sacar primero la escultura.
- ¡Qué sensible y dulce eres! ¡Tu obra es muy fina!- exclamaron maravillados los presentes.
Dijo el maestro, -¡Gracias por sus halagos! Pero en realidad no solamente me dedico a la escultura-. La contestación del artista dejó perplejos a muchos de sus amigos. Se dirigió a su taller y cargó, hasta el lugar donde la gente se había agrupado, el gran pedazo de barro cocido.
- Existen otras artes que no requieren sensibilidad- dijo en voz muy profunda. Después de breves segundos, lanzó un grito y con su mano extendida rompió de un solo golpe todo el bloque solidificado.
Aquellos que asistieron, se dieron cuenta de lo que el maestro les comunicaba. Verdad que él era sensible y dulce, pero también era fuerte. Mejor ser su amigo. [dijeron los invitados]”
Para el autor esta historia le recuerda los puntos de vista que los hombres tienen acerca del Dios de la Biblia. Para algunos un manso e indefenso Padre incapaz de dañar a ninguna de sus criaturas; con la ternura y delicadeza de un verdadero artista. Mientras que otros los ven como un Dios que solo sabe castigar y juzgar a la gente como una especie de Karateka cósmico. Sin duda que, ambos grupos están en completo desbalance. Por su parte, la Biblia no lleva ver ambas partes: "Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios" (Ro. 11:22). Y Esta es la idea que trato de resaltar aquí que, para entender la doctrina de la elección debemos tener una perspectiva clara del carácter de Dios.
El autor no solo quizo enfatizar estos dos aspectos del carácter de Dios, sino que quiso indicarnos que como el amigo artista / Karateka de una misma masa de barro eligió una parte para mostrar toda la belleza de su arte, y escogió otra parte para demostrar su severidad e ira, así Dios ha escogido de toda “la masa” de la humanidad a un grupo de hombres para demostrar su gracia y misericordia y a otros para demostrar su justicia y castigo. De esto trata la doctrina de la elección incondicional.
Pero como se habrá dado cuenta la doctrina de la elección es solo un aspecto de una doctrina mucho más amplia. Por decirlo de algún modo, es solo una cara de la moneda. La elección siempre implica una opción que se prefiere con respecto a otra. Es decir, hablar de elección nos lleva necesariamente a mirar a aquellos que no son elegidos. A este acto soberano de Dios de no elegir a algunos hombres para salvación, los teólogos lo han llamado la reprobación. Ambas caras (elección y reprobación) forma una moneda llamada predestinación.
Empecemos por definir la predestinación. El texto clave es este:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. Ef 1:3–6
El termino que nosotros acabamos de leer como predestinó es προορίσας (proorizas) oriza significa básicamente señalar, mientras pro es un prefijo similar al “pre” nuestro y significa anterioridad. En ese sentido podríamos decir que la palabra προορίσας (predestinó) significa pre-señalar, pre-ordenar o pre-determinar. Nuestra palabra horizonte proviene del término orizo, y algunos sugieren que así como el horizonte es una linea que separa lo que está arriba de lo de abajo, Dios desde la eternidad señaló un horizonte (un linea horizontal) que dividía a la humanidad esencialmente en dos grupos: los elegidos y los reprobados.
Dicho esto podríamos decir que la predestinación es el acto soberano de Dios a través del cual ordena todas las circunstancia necesarias para que sus decretos en cuanto a la salvación de algunos hombres suceda. Por su parte, la elección significa que Dios soberana y libremente desde antes de la fundación del mundo ha elegido a un grupo de pecadores para salvarles y demostrar así su misericordia y gracia. Y Ia reprobación significa que Dios soberana y libremente ha decidido dejar algunos pecadores en su justa condena y demostrar así su justicia, santidad e ira.
Wayne Grudem en su teología sistemática comenta: “Elección es el acto de Dios antes de la creación en el que él escoge a algunas personas para salvarlas, no a cuenta de ningún mérito previsto en ellas, sino solamente debido a su soberanía y placer.” En cuanto a la reprobación comenta: “Reprobación es la decisión soberana de Dios antes de la creación de pasar por alto a algunas personas, y con tristeza no salvarlas, y castigarlas por sus pecados, y de ese modo manifestar su justicia.”
Por su parte el Dr. Sproul en su libro Grandes Doctrinas de la Biblia comenta que “...nuestro destino final, el cielo o el infierno, ha sido decidido por Dios no solamente antes de que lleguemos allí, sino antes incluso de haber nacido. [esta doctrina] Nos enseña que nuestro destino está en las manos de Dios.”
Una vez más, permítame usar la ilustración de Roger S. para explicar estas doctrinas en conjunto:
“Supongamos que deseamos que un caballo sepa correr en círculos perfectos. Primero, escogeríamos el caballo. (Esto es la Elección.) Luego, construiríamos un corral circular para que aprenda a correr en círculos. (Esto es la Predestinación). El corral representa las circunstancias de la vida en que ponemos al caballo, es exactamente como Dios arregla las circunstancias de nuestras vidas para asegurar que cumplamos con Su decreto hecho en la eternidad.”
¿Pero enseña el NT esta doctrina?
Si, se enseña y además lo hace con una naturalidad que no pide disculpas. En una ocasión Lucas relata en el libro de los Hechos el ministerio de Pablo y Bernabé en Antioquía, ahí vemos que los judíos llenos de envidia contradecían y blasfemaban las palabras de estos misionero. Pablo dijo que ya no les anunciaría más el evangelio sino que se concentraría en los gentiles. Pero para Lucas en aquella ocasión no todo estuvo perdido porque nos dice:
«Al oír esto, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna» (Hch 13:48).
Pablo en el libro de Romanos dice: «Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó». Rom. 8:28-30
Pero el tema no queda ahí, en el siguiente capítulo el apóstol habla de un hecho histórico importantísimo para el pueblo de Israel como lo fue el nacimiento de unos mellizos (Jacob y Esaú) y más específicamente habla de la elección de Jacob el menor y la reprobación de Esaú el mayor (aún cuando la norma establecía que la elección debía ser del mayor). Pero Pablo indica que Dios escogió a Jacob no en base a las obras de este ni por algo malo que hiciera Esaú, sino por causa de la elección:
“(porque aún cuando los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama), se le dijo a ella: El mayor servirá al menor. Tal como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí. Rom. 9:11–13.
Pareciera que con esto es suficiente para que el apóstol pusiera punto y final al asunto, pero en el Cap. 11. hablando de los elegidos de Israel, Pablo recuerda la ocasión cuando Elías le dijo a Dios que no quedaba nadie aparte de él en toda la nación que le adorara. Sin embargo, Dios le dice que está equivocado pues Él se ha reservado a 7000 mil hombres que no han doblado rodilla a otros dioses. Pablo indica que “de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios.” Rom. 11:5 y aun añade, “Aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron y los demás fueron endurecidos”. Ro 11:7. De hecho, aquí destaca que no solamente un grupo de hombres fueron escogidos sino que el resto fue endurecido.
Pero si hay un lugar donde se mencione explícitamente el tema de la elección es en el libro de Efesios. Leemos nuevamente:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.” (Ef 1:3–6).
En este texto, Pablo menciona varias cosas de suma importancia. Lo primero que indica que es el Padre ha llevado acabo una acción. Fue Él quien “nos escogió” o que hizo una elección. Pero ¿Qué significa exactamente eso? simple, que Dios es quien ha tomado la iniciativa de hacer una elección. Siendo Dios absolutamente libre está acción debió haber hallado sus motivos más puros en el propio ser de Dios y no fuera de él. No se indica en este texto ni en ningún otro que ha sido coaccionado u obligado a elegir por un motivo externo, sino que Él eligió. Y esto es perfectamente consistente con toda la enseñanza del NT y del AT.
Fue Dios Es Dios quien escoge de entre todos los hombres a Abraham (Gen. 15:7-8, Gen. 18:19, Neh. 9:7), y a su pueblo: El Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió (Dt 7:7–8). Fue Dios quien a través de Isaías dijo: “Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por los que no me buscaban. Dije: «Heme aquí, heme aquí», a una nación que no invocaba mi nombre.” Is 65:1. También lo vemos escogiendo a Moises, a sus profetas, reyes y jueces. E incluso tenemos que admitir que fue Dios quien escogió crear a Adán y a Eva y colocarlos en el Jardín del Edén.
En el NT se mantiene el mismo hilo de la elección, la iglesia es esencialmente una asamblea de escogidos o como lo llamo Pedro “linaje escogido”. Santiago pregunta: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo {para ser} ricos en fe y herederos del reino que El prometió a los que le aman? St. 2:5. Pablo dice: “Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.” 2 Ts. 2:13-14. Y a los de Corintos les dice: “Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte” 1 Co. 1:26-27. Jesús mismo dijo: “Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros” Y se algunos pueden considerar que este último texto no trata de la elección para salvación sino de la elección al ministerio, y es cierto, pero la idea subyace claramente, por qué de que manera podía garantizar Dios la elección para el ministerio de estos hombres sino elige primeramente salvarlos.
En definitiva, La idea que Pablo explica a los efesios concuerda con toda la enseñaba de la Biblia Dios es un Dios que elige.
Por otra parte, Pablo continua diciendo que está elección fue hecha antes de la fundación del mundo. Es decir en un punto de la eternidad cuando aún el mundo no se había hecho Dios tomó la iniciativa de elección. No porque aquellos a los que eligió tenían alguna disposición ha ser santos sino para que fuéremos santos y sin mancha delante de Él. Pablo añade que en un acto de amor Dios pre-ordenó todo para adoptarnos como sus hijos mediante Jesucristo. Y hasta este punto no debería haber mayor controversia, pues no hay manera de negar la enseñanza bíblica de esta doctrina. El tema se presenta cuando tenemos que responder a la pregunta ¿En base a que Dios hizo esa elección? Es decir, sabemos que Dios es quien nos elige; que fue antes de la fundación del mundo; que es mediante Cristo, y que fue un acto de amor, pero ¿Por qué lo hizo? ¿Qué fue lo que finalmente movió a Dios a elegir a algunos y a otros no?
Hay dos posibles respuestas a esta pregunta, algunas personas no dudarán en decir que lo que finalmente movió a Dios para elegir a algunos hombres fue que Dios desde la eternidad pasada conoció de ante mano que algunos hombres se inclinarían a creer en Él y por lo tanto, Él los eligió. Este punto de vista aunque definitivamente es el menos ofensivo y de alguna manera nos hace conservar intacta la integridad de un “Dios bueno y amoroso” y responsabiliza absolutamente al hombre de toda su desgracia, tiene muchas inconsistencias. Se conoce como presciencia y los versículo que se usan para avalarlos son:
"Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer..." 1 Ped.1:2
"Porque los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo..." Ro.8:29.
Sin embargo, estos versículos difícilmente pueden considerarse concluyentes con respecto al tema. Es cierto, que la palabra presciencia (Proginosko) se puede traducir como conocer de antemano pero no implica necesariamente que Dios conocería de antemano que algunos hombres tendrían fe en Él. Eso es forzar el texto más allá del límite. Además, resulta importante considerar que la misma palabra es usada por el apóstol Pedro en esa misma carta un poco más adelante para hacer mención del venida del Señor Jesús: “Porque Él estaba preparado [proginosko, o destinado (RVR)] desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros” (1 P 1:20). Por su puesto Pedro no está tratando de decir que Dios de antemano vió que Jesús vendría sino que la venida de Jesús estaba pre-ordenada o destinada antes de la fundación del mundo por amor a nosotros.
Por otra parte, sí decimos que presciencia quiere decir que Dios vio quienes lo elegirían a él en fe y en base a eso Él los salvó. Contradecíamos la naturaleza de la fe. La predestinación antecede a la fe y no la fe a la predestinación, note nuevamente las palabras de Lucas: “...y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna» (Hch 13:48). Lucas indica la predestinación como la causa y la fe como el efecto. En un orden de idea similar Jesús dijo: “ Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas” Jn. 10:26. Jesús no está diciendo que ellos no son sus ovejas porque no creen, sino que no creen porque no son sus ovejas. Una vez más antepone la elección a la fe, y de hecho, muestra le fe como una consecuencia de la elección.
Finalmente, si decimos que Dios eligió a los hombres en base a su fe, es decir, en base a que ellos tendría fe en Él, podríamos estar diciendo más de lo que estaríamos dispuestos a admitir. En dado caso tendríamos que explicar: ¿Sino fue Dios quién pre-ordenó elegirlos, sino la fe que ellos llegarían a tener fue lo que movió a Dios, Entonces quien prefijó que ellos llegarían a tener esa fe?. Si decimos que Dios fue quien lo prefijó estaríamos admitiendo que Dios pero con otras palabras. Pero si decimos que no fue Dios, y por supuesto no pudieron ser ellos mismo por cuanto no habían nacido, nos queda solo una opción: Fue una fuerza impersonal que decidió el destino de aquellos. Pero ningún cristiano estaría dispuesto a admitir semejante cosa, ningún cristiano estaría dispuesto a compartir la soberanía de Dios con algo o alguien más porque de hecho es una mentira, las fuerzas impersonales no tienen la capacidad razonada de elegir o arreglar algo con propósito. Se decimos que Dios no sabía quienes serían los que tendrían fe sino que actúo en base a la ocasión, contradecimos la propia idea de presciencia y pondríamos en tela de juicio la omnisciencia de Dios. Sí decimos que Dios si sabía pero condicionó su elección la fe del hombre entonces tendría que responder finalmente ¿Quién da la fe?
En realidad, es innecesario caer en estos problemas, la Biblia es clara al decir que “En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.” Sí, así como lo leemos, no es un texto difícil de interpretar, es difícil de aceptar pero no de entender. La Biblia indica que un Dios personalmente e intensamente amante, por el puro buen deseo de su voluntad y para traer alabanza y gloria a su gracia a pre ordenado desde antes de la fundación del mundo salvar a algunos hombres.
LA DOCTRINA DE LA REPROBACIÓN
Algunas personas muy inteligentes y conocidas como autoridades en el mundo cristiano aseguran que tal doctrina pinta la imagen de Dios de una manera mostruosa, que desanima el evangelismo y que viola el amor divino. Pintar en la mente de los hombres a un Dios creado criaturas en al eternidad para luego echarlas al infierno es un retrato muy blasfemos e inapropiado. Algunos incluso piensa qué Dios es injusto al hacerlo de esa manera. Todo esto, al final es un señalamiento no tanto contra la elección, sino contra la reprobación. Sin embargo debemos decir que hay diferencias significativas entre ambas que debemos saber.
Primero, Dios no creo al hombre para enviarlo al infierno, eso en una falacia. Dios creó al hombre para traer gloria a su nombre, para tener un compañerismo con él. Para que administrara la creación en su representación. El hombre decidió violar el pacto y eso trajo consecuencias ¿Por qué Dios no evitó la caída? porque Dios no es un mecanisista ni fatalista, es un Dios que demanda un amor puro y volitívo de parte de su criaturas, ellas podían y debían elegirlo a Él.
Por otra parte, La Biblia es cuidadosa al demostrar que Dios se goza de la salvación del pecador pero se entristece en la muerte del pecador. Dios por toda la Biblia llama de manera real y sincera a todos los hombres al arrepentimiento, pero lamentablemente el hombre no quiere buscar a Dios, no tiene ningún afecto hacia Él.
Además, en la elección Dios lleva acabo un acción activa, el elige salvar a algunos hombres. En la reprobación Dios lleva acabo un acción pasiva, Él los deja en su justa condena. Dios no hace nada para endurecerlo, él no les está metiendo el pie hasta que caigan en el hueco. Lo único que Dios tiene que hacer es dejarlo en su pecado.
Finalmente, diremos que ciertamente Dios es un Dios de amor, pero en ninguna parte de la Biblia dice que Dios ama exactamente igual a todas sus criaturas, no debemos pensar que Dios ama igual a Hitler que al apóstol Pedro. Dios ama con un amor general a toda su creación por no es igual de intenso para toda ella. Hay un amor especial que Dios ha decidió demostrar hacia un grupo de ellos.
Que Dios elija salvar a uno y condenar a otros es perfectamente consistente con su carácter, de hecho, es justo. En este sentido, recordemos el estado legal de la humanidad, los hombres están condenado al infierno, por lo tanto, lo que es perfectamente justo es que dios condene a todos, pero si en un acto de amor decide elegir a un grupo de ellos para salvarles sigue siendo perfectamente justo y misericordioso. Tanto los elegidos como los reprobados deben glorificar a Dios.