Enseñanza de Jesús sobre la oración. Estudio 4
Enseñanza de Jesús sobre la oración. • Sermon • Submitted
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· 64 viewsJesús enseña a orar, confiando en lo que Dios ha hecho, confiando en su poder, sometido a su voluntad y aprendiendo a pedir.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Hasta ahora, hemos estudiado tres enseñanzas de Jesús acerca de la oración:
Parábola de la Viuda y el Juez injusto. Lucas 18: 1-8
Parábola del fariseo y el publicano. Lucas 18:9-14
La promesa de Dios para sus hijos en el Sermón del monte. Mateo 7:7-11
Ahora nos encontramos esta enseñanza, de Jesús en Marcos 11.
Jesús se encuentra culminando su ministerio, ha pasado la entrada triunfal en Jerusalen, la purificación del templo, ha maldecido la higuera, , limpiar el templo, y luego vuelve a la enseñanza pública y privada.
Jesús sabía que el tiempo de su crucifixión estaba cerca, y aunque él resaltó varias veces la importancia de orar y les enseñó de modo específico los elementos de la oración (Mt. 6:9–13), su presencia con ellos había contenido la urgencia de sus propias vidas de oración.
Había poca razón para que los discípulos pidieran a Dios en oración lo que podían pedir y recibir directamente de parte de Jesús.
Él les aportaba la provisión, dirección, protección, corrección y la paciente instrucción que necesitaban.
Pero al separarse él de ellos, ahora, sus vidas daría un giro, que no conocían y por eso se hace necesario para Jesús que ellos aprendan a orar al padre.
Ese sería un cambio monumental en sus vidas, y necesitaban saber que su Señor Jesús los sustentaría por medio de la oración.
Esta lección de Jesús a sus discípulos acerca de la oración tiene cinco componentes que vamos a considerar esta noche:
I. COMPONENTE HISTÓRICO DE LA ORACIÓN.
I. COMPONENTE HISTÓRICO DE LA ORACIÓN.
Dos eventos preceden a la enseñanza de Jesús, es sin duda siempre la providencia de Dios actuando, pues, estos eventos marcan la enseñanza que posteriormente daría a sus discípulos.
A. Jesús maldice la higuera.
A. Jesús maldice la higuera.
12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
En el momento que Jesús maldice la higuera, sus discípulos, no se dan cuenta de lo que ocurrió con ella, eso lo podemos ver en la sorpresa de Pedro, al pasar nuevamente por la mañana.
B. La higuera se seca.
B. La higuera se seca.
20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
El paso de ese comentario a la enseñanza del Señor sobre la oración parece de alguna manera abrupto.
Sin embargo el vínculo es que la maldición de la higuera demostró el poder del juicio divino.
Pedro, junto con el resto de los discípulos, “decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?” (Mt. 21:20).
20 Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?
Querían saber cómo se produjo ese despliegue de poder de juicio divino. La respuesta del Señor fue que el poder venía de Dios.
Marcos 11:22
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
Y además les enseña que ellos podían acceder a ese poder por medio de la oración.
Ahora, ¿Por qué, es un componente histórico?
Porque el milagroso marchitamiento de la higuera ilustra el fundamento histórico de la oración eficaz.
Dios, quien de modo milagroso puede afectar a un árbol, proveerá de manera poderosa para su pueblo.
Jesús enseña que la confianza en la oración empieza al recordar cómo Dios ha mostrado su poder en el pasado.
Habría poco motivo para pedir ayuda al Señor en el presente o el futuro si Él no hubiera demostrado su poder en el pasado.
Más de una docena de veces en Deuteronomio, cuando Israel estaba a punto de entrar en Canaán, Moisés encargó al pueblo que recordara lo que Dios había hecho por ellos en el pasado.
Para muestra, veamos Deuteronomio 5:15
15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
Entonces, la enseñanza de Jesús es que habría poco motivo para pedir ayuda al Señor en el presente o el futuro si Él no hubiera demostrado su poder en el pasado.
Luego encontramos otro componente.
II. EL COMPONENTE TEOLÓGICO DE LA ORACIÓN.
II. EL COMPONENTE TEOLÓGICO DE LA ORACIÓN.
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
Jesús hace un llamado, en esta enseñanza a sus discípulos, y lo hace por la pregunta que ellos se hicieron, ellos dijeron:
“decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?”
El componente teológico de la oración no se relaciona con la naturaleza de la fe personal, sino con el carácter del Dios vivo.
Tener una vida eficaz de oración requiere confiar en el poder, el propósito, la promesa, los planes, y la voluntad de Dios.
La oración se enfoca en honrar el nombre de Dios, en el avance de su reino y en el cumplimiento de su voluntad (Mt. 6:9–10).
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Por el contrario, la oración egoísta no será contestada. Santiago advirtió: (Stg. 4:3; 15 .
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
En su primera epístola, el apóstol Juan hizo hincapié en que la oración debe ser coherente con la voluntad de Dios. 1 Jn. 5:14; Jn. 14:13–14.
14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Todo debe enfocarse en Dios, en su poder y su soberanía y nuestra fe debe ser puesta en él y en su poder.
Nuestro tercer componente, es:
III. EL COMPONENTE ESPIRITUAL DE LA ORACIÓN.
III. EL COMPONENTE ESPIRITUAL DE LA ORACIÓN.
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Jesús enseña que confiar en Dios no es solamente un ejercicio abstracto y teórico de una teología sistemática; es personal y práctico.
La promesa del Señor en este versículo es sorprendentemente amplia y muy generosa, presentada por la frase porque de cierto (amēn), que como en este caso se usa más de cien veces en el Nuevo Testamento para dar énfasis.
El término cualquiera se aplica al principio relacionado aquí para todos los creyentes.
La declaración de Jesús, cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho,
El monte particular al que Jesús se refiere no se identifica, lo más probable es que la referencia fuera a un monte hipotético, no literal.
Jesús utiliza una hipérbole, una analogía o figura del lenguaje destinada a enseñar un principio espiritual.
Jesús no estaba refiriéndose a echar físicamente una montaña verdadera al mar como si eso pudiera ocurrir comúnmente. Nadie ha visto jamás que eso suceda por medio de la oración.
En la literatura judía extra bíblica, a los rabinos que demostraban una habilidad extraordinaria para solucionar problemas muy difíciles, a menudo los catalogaban como individuos que removían o desarraigaban montañas.
El planteamiento del Señor es que cuando un creyente enfrenta un problema abrumador que no tiene solución humana aparente, si no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que pida por medio de oración le será hecho.
La duda a la que Jesús se refiere no es, como muchos falsos maestros aseguran, dudar de la fe de alguien.
Jesús enseña que la fe en sí no tiene poder; simplemente accede al poder de Dios. La advertencia aquí es contra dudar de la naturaleza y del poder de Dios.
6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
La fe que se requiere para activar el poder de Dios no tiene que ser una gran fe. Nadie tiene una fe perfecta, sin mezcla de duda; pero incluso una fe débil pero en reverente confianza en la persona y el poder de Dios es suficiente para hacer descender el poder del cielo.
Es la fe que Jesús requirió de Pedro.
29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero cuya duda, hizo que flaqueara.
El último componente, es:
IV. EL COMPONENTE PRÁCTICO DE LA ORACIÓN.
IV. EL COMPONENTE PRÁCTICO DE LA ORACIÓN.
24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Este es el último componente que Jesús enseña, es componente bastante obvio, pero necesario.
A fin de recibir todo lo que Dios promete a través de la oración, primero es necesario pedirlo.
Santiago lo expresó de manera simple: “No tenéis lo que deseáis, porque no pedís”
2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Una vez más la promesa de Jesús, todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá, no es una carta blanca que garantice el otorgamiento de todas la peticiones codiciosas y egoístas.
Es verdad que Dios “no quitará el bien a los que andan en integridad” (Sal. 84:11).
11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
Pero esas promesas, y otras similares, son limitadas; todas las peticiones en oración que hagamos a nuestro Dios deben ser coherentes con la voluntad de Dios.
Santiago después de reprender a los creyentes por no pedir a Dios lo que necesitan, advirtió: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Jesús clamó al Padre en Getsemaní: “Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” (Mr. 14:36).
36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Entonces entendemos que Jesús está enseñando un principio, “debemos pedir, pero conforme a la voluntad de Dios”
Conclusión:
Conclusión:
Hermanos, aprendemos que:
A. Dios es el mismo, de ayer, de hoy y por siempre, él sigue siendo el mismo Dios que hace milagro. Él ha demostrado su poder, suficiente razón para creer en él.
B. Tener una vida eficaz de oración requiere confiar en el poder, el propósito, la promesa, los planes, y la voluntad de Dios.
C. Jesús enseña que la fe en sí no tiene poder; simplemente accede al poder de Dios.
D. Todo lo que Dios promete a través de la oración, primero es necesario pedirlo, pero enfocado siempre en la voluntad de Dios.