El fuego de Dios - Bautismo
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»Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
El bautismo
El bautismo
»Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los siervos y las siervas.
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.
De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos.
Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones del interior y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.
—¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron?—les preguntó. —No, ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo—respondieron.
—Entonces, ¿qué bautismo recibieron? —El bautismo de Juan.
Pablo les explicó: —El bautismo de Juan no era más que un bautismo de arrepentimiento. Él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.
Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.
Fuego purificador
Fuego purificador
Naturalmente el «fuego» también es un símbolo de la finalidad santificadora del bautismo en el Espíritu. El fuego representa el poder purificador de Dios.
El Espíritu Santo es fuego por cuanto hace una labor de purificación en nosotros, quemando en la vida de quien lo recibe la inmundicia de su vida pasada.
Pero ¿quién será capaz de soportar su venida? ¿Quién podrá mantenerse de pie y estar cara a cara con él cuando aparezca? Pues él será como un fuego abrasador que refina el metal o como un jabón fuerte que blanquea la ropa.
Se sentará como un refinador de plata y quemará la escoria. Purificará a los levitas, refinándolos como el oro y la plata, para que vuelvan a ofrecer sacrificios aceptables al Señor.
Nuevamente el Señor recibirá las ofrendas que el pueblo de Judá y Jerusalén le lleven, como lo hizo en el pasado.
«En ese día, yo los pondré a juicio. Estoy ansioso por dar testimonio contra todos los hechiceros, los adúlteros y los mentirosos. Declararé en contra de los que estafan a sus empleados con sus sueldos, de los que oprimen a viudas y huérfanos o privan de justicia a los extranjeros que viven entre ustedes, porque gente que hace estas cosas no me teme, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios.”
Volveré mi mano contra ti, limpiaré tus escorias con lejía y quitaré todas tus impurezas.
Nosotros, después de los hechos y a la luz de la mayor enseñanza del Señor Jesucristo y los apóstoles, entendemos que hay dos maneras en las cuales el Señor Jesucristo derrama su fuego. Una es a través del Espíritu, cuyo derramamiento viene como fuego que arde en nuestro corazón, trayendo iluminación y comprensión de la revelación de Dios, quemando la suciedad y transformándonos a la imagen santa del Hijo.79 Otra es por medio del juicio final, en el cual los que no han sido limpiados por la Cruz y el Espíritu conocerán la ira de Dios.
Fuego abrazador
Fuego abrazador
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la tierra.
Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma.
Desconcertados y perplejos, se preguntaban: «¿Qué quiere decir esto?» Otros se burlaban y decían: «Lo que pasa es que están borrachos.»
»Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros. Entonces recordé lo que había dicho el Señor: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.”
Por eso, así dice el Señor, el Dios Todopoderoso: «Por cuanto el pueblo ha hablado así, mis palabras serán como fuego en tu boca, y este pueblo, como un montón de leña. Ese fuego los consumirá.
¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca?—afirma el Señor—.
Si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre», entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
»He venido a traer fuego a la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!
Como no los encontraron, llevaron a rastras a Jasón y a algunos otros hermanos ante los magistrados, diciendo a gritos: — ¡Esos individuos que han revolucionado el mundo entero, también se han presentado aquí!