Donde estas
Observe la sorprendente pregunta: ¿Adán, dónde estás tú? Aquellos que se descarrían de Dios por el pecado deben considerar seriamente donde están: están lejos de todo bien, en medio de sus enemigos, esclavizados a Satanás, y en el camino real a la ruina total. Esta oveja perdida hubiera vagado sin fin si el buen Pastor no la hubiera buscado y le hubiera dicho que el lugar donde estaba descarriado, no podría ser fácil ni cómodo. Si los pecadores quisieran considerar donde están, no descansarían hasta regresar a Dios. —Es falla y necedad común de quienes han hecho mal cuando se les pregunta al respecto, el reconocer sólo lo que es tan evidente que no se puede negar. Como Adán tenemos razón para tener miedo de acercarnos a Dios si no estamos cubiertos y vestidos con la justicia de Cristo. El pecado aparece más claro en el espejo del mandamiento, así que, Dios lo puso ante Adán; y en ese espejo debemos mirar nuestro rostro. Pero en lugar de reconocer el pecado en toda su magnitud, y asumir la vergüenza en ellos mismos, Adán y Eva justificaron el pecado y cargaron la vergüenza y la culpa en otros.