Sermón sin título
a. «Seguid el amor». Esta breve exhortación sirve como una conclusión adecuada de todo el discurso sobre el amor en el capítulo 13. Pablo usa el verbo seguir en otros lugares en relación con la justicia, la hospitalidad y la paz (Ro. 9:30; 12:13; 14:19).1 El verbo indica que seguir algo implica que debe hacerse con intensidad y determinación. Esto es, debemos seguir el amor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza (cf. Mr. 12:30). En suma, Pablo exhorta a los lectores a poner en práctica el mensaje de la carta del amor (cap. 13).
b. «Esforzaos con denuedo por los dones espirituales». El segundo mandamiento está íntimamente ligado al primero, de forma que los dos imperativos en tiempo presente son casi sinónimos. Con todo, la relación no descansa tanto en los dos verbos sucesivos, como en los sustantivos amor y dones espirituales. Con la frase un camino más excelente (12:31), Pablo demuestra que el amor es el aspecto dominante en los dones más grandes. Ahora Pablo califica a estos dones con el adjetivo espirituales (véase 12:1) y con fuerza insta a los corintios a que los deseen. Quizá el énfasis recae en el hecho de que son espirituales más que en el hecho de que son dones.
c. «Especialmente que profeticéis». La profecía está entre los dones espirituales, y ahora Pablo la selecciona para dedicar su atención a ella. Anteriormente colocó este don entre el don de hacer milagros y el don de discernir espíritus (12:10; y cf. 12:28, 29). Pero en el contexto del capítulo 14, lo compara al don de lenguas y dice que prefiere la profecía a la glosolalia (v. 5).