El Cielo y el Infierno

Los Últimos Tiempos  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción

Hoy terminamos nuestra sobre los últimos tiempos. Hemos hablado acerca:
Del destino final de los creyentes
La muerte
La segunda venida de Cristo
El anticristo
…y hoy estaremos hablando acerca de la realidad del cielo y el infierno.
A muchas personas les interesa los detalles acerca de los últimos tiempos como:
La marca de la bestia
Los eventos de la gran tribulación
La identidad del anticristo
El tiempo del rapto de la iglesia
Pero hay otras personas, tal vez más prácticas, que tienen mayor interés en saber lo que les va a suceder a ellos - sobre todo, después de la muerte.
Es por eso que hoy vamos a considerar la parábola del rico y Lázaro para conocer algunas cosas que la Biblia nos enseña acerca del cielo y el infierno.
No será un estudio exhaustivo de lo que es el cielo y el infierno ya que solo nos enfocaremos en este pasaje - pero con la ayuda de Dios trataremos de analizar este pasaje y llegar a ciertas conclusiones (acerca del cielo y el infierno) apoyadas en este pasaje.
Hoy consideraremos:
La muerte no discrimina entre la humanidad.
El cielo y el infierno serán experiencias conscientes.
El cielo y el infierno serán experiencias perpetuas.
¿Qué determina nuestro destino eterno?

La muerte no discrimina entre la humanidad.

En nuestra parábola encontramos dos personajes: el rico y Lázaro.
No se da el nombre del rico. En algunos comentarios e incluso dentro de ciertas tradiciones (Cátolica) se le conoce al rico como “Dives” porque "dives” es rico en latín (v. 19), “erat dives”.
Pero vemos como el evangelista Lucas introduce esta parábola.
Lucas 16:19–21 NBLA
»Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez. »Y un pobre llamado Lázaro que se tiraba en el suelo a su puerta cubierto de llagas, ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Tenemos dos personajes completamente distintos.
Son polos opuestos.
Uno es la máxima representación de lo que es ser rico mientras que el otro la representación de la pobreza.
El rico:
Se vestía de púrpura y lino fino.
El vestido de púrpura era una tela muy costosa por el proceso de extracción de la tinta. Su capa exterior era de púrpura.
El vestido interior era de lino fino. Era una tela fina que portaban los ricos del mundo antiguo.
Celebraba cada día fiestas con esplendidez.
No escatimaba gastos.
Su día a día estaba lleno de extravagancia, exceso, abundancia, etc.
El pobre:
Estaba tirado en el suelo a la puerta de la casa del rico. Era un hombre que no tenía hogar, no tenía familia, no tenía un trabajo.
Ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico. La Biblia no nos dice que se saciaba de ellas dando a entender que su hambre no era saciada. Hubiera querido comer las migajas pero al estar fuera de la casa seguía con hambre.
Venían perros callejeros a lamer sus llagas. Era un hombre en estado impuro a causa de las llagas en todo su cuerpo. Tanto era su sufrimiento que eran heridas abiertas que atraían a los perros callejeros de la aldea.
Aquí vemos dos mundos completamente distintos.
Un mundo de abundancia y otro de extrema necesidad.
Un mundo de constante fiesta y otro de miseria sin alivio.
Pero, por muy distintos que sean el rico y Lázaro vemos que llega el momento de su muerte.
Lucas 16:22 NBLA
»Sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado.
Ambos mueren.
La muerte no discriminó entre ellos.
Los dos tuvieron el mismo fin.
Se cumple lo que el autor a los Hebreos nos dice:
Hebreos 9:27 NBLA
Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio,
Todos los que nacen, algún día han de morir.
No podemos evadir la muerte.
Llegará el momento en que se demandará la vida de cada uno de nosotros.
Llegará el fin de nuestros días.
En la parábola del hombre rico, en Lucas 12 se describe el día de su muerte de esta manera:
Lucas 12:20 NBLA
»Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?”.
Dios demandará el alma del rico y del pobre, del campesino y el empresario, del blanco y el negro, del sabio y el necio, del médico y de la ama de casa.
La muerte no discrimina ya que es la realidad universal de toda la humanidad.
Como la la posteridad de Adán algún día hemos de morir.

El cielo y el infierno serán experiencias conscientes.

La muerte fue la puerta que llevó al rico y a Lázaro a una nueva experiencia consciente.
La experiencia del pobre:
Notemos que inmediatamente después de su muerte:
Lucas 16:22 NBLA
»Sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado.
El pobre es llevado al “seno de Abraham”.
Esta expresión debe llevarnos a la escena de la última cena de Jesús con sus discípulos:
Juan 13:23 NBLA
Uno de Sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jesús.
Juan se reclinó en el seno de Jesús.
No estaban durmiendo.
En el mundo antiguo, la gente se reclinaba en su lado derecho / izquierdo al momento de la comida.
Era una demostración de honor invitar a alguien a reclinarse a la izquierda o derecha del anfitrión de la cena.
Así que Lucas quiere que entendamos que el pobre acaba de pasar a la miseria, de la pobreza, de una vida llena de pesares y tribulación, a una experiencia consciente de honor, de estar a la mesa con el padre Abraham, de estar en un lugar de abundancia y felicidad.
De hecho, después cuando Abraham y el rico están dialogando, Abraham describe la nueva experiencia del pobre:
Lucas 16:25 NBLA
»Pero Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía.
Lázaro, a pesar de haber vivido una vida llena de “males” está rodeado de bendiciones inimaginables.
Su vida anterior fue caracterizada por dolor y sufrimiento. Pero, todo esto ha quedado atrás, porque su nueva experiencia consiste en disfrutar de todo lo que Dios tiene preparado para sus hijos en el estado eterna.
Llegamos a las siguientes conclusiones:
Esta parábola no nos dice donde está el cielo.
Esta parábola no nos dice que haremos en el cielo.
Esta parábola no nos dice si nos conoceremos en el cielo.
Pero, la intención de Lucas no es contestar estas preguntas.
Lo que Lucas quiere que reconozcamos es que todos aquellos que mueren y van al cielo serán consolados.
Su consuelo será tan maravilloso, tan glorioso, tan impresionante, que vemos que Lázaro no habla en toda la parábola.
El rico habla en varias ocasiones.
Pero Lázaro está envuelto del consuelo de Dios. Todo su sufrimiento del pasado queda eclipsado por la gloria del consuelo de Dios.
Pero, la experiencia del rico es completamente opuesta a la experiencia de Lázaro.
Lucas 16:23 NBLA
»En el Hades el rico alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio* a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno.
Lucas nos lleva directamente la experiencia consciente del rico en el Hades.
El rico ha sido trasladado de esta vida física a una vida consciente en el infierno donde está sufriendo los tormentos de ese lugar.
Este hombre está consciente porque a lo lejos mira a Abraham y a Lázaro.
Es imposible que haya conocido a Abraham en vida, pero en base a su conocimiento del Antiguo Testamento reconoce que es Abraham.
También puede reconocer al mendigo que diariamente estaba a la puerta de su casa, casi moribundo.
No tenemos que imaginarnos los tormentos porque la Biblia los describe:
Lucas 16:24 NBLA
»Y gritando, dijo: “Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama”.
El rico experimenta tormentos físicos.
El rico quiere refrescar su lengua con un poco de agua.
El rico tiene una sed desesperante.
El rico está envuelvo en llamas.
Esta realidad la vemos en otros lugares de la Biblia donde nos dice que en el infierno hay un fuego que no se apaga.
Apocalipsis 21:8 NBLA
»Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras, y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda».
El rico experimenta tormentos psicológicos.
El rico sabe que pronto sus hermanos vendrán al mismo lugar.
Lucas 16:27 NBLA
»Entonces él dijo: “Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre,
Es posible que él haya sido el mayor de ellos y durante toda su vida les ha dado un mal ejemplo: una vida de egoísmo, de excesos, de ignorar a Dios, etc.
Pronto vendrán al mismo lugar, él se siente atormentado ante tal posibilidad.
El rico experimenta el tormento de su corazón duro.
Veamos en esta escena que el rico es igual de egoísta, igual de soberbio, igual de altivo.
A pesar de que se encuentra en llamas sigue mirando a Lázaro como un mendigo, un sirviente, alguien que debe estar a su servicio.
No vemos una palabra de arrepentimiento. No lo vemos clamar a Dios arrepentido y con el deseo de ser reconciliado con él.
De hecho, una de las realidades más terribles del infierno es que la gente no se arrepentirá.
La gente maldecirá a Dios aún más.
La gente crecerá en su odio y despreció contra Dios.
Los tormentos del infierno no ablandarán sus corazones sino los endurecerá más justificando así su condenación.
En la Biblia leemos acerca de la humanidad que maldice a Dios en lugar de arrepentirse, al ver a Dios derramar sus juicios finales.
Apocalipsis 16:11 NBLA
Blasfemaron contra el Dios del cielo por causa de sus dolores y de sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras.

El cielo y el infierno serán experiencias perpetuas.

El rico quiere que Lázaro vaya y alivie su sed. Pero Abraham responde diciendo:
Lucas 16:25–26 NBLA
»Pero Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía. ”Además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, y tampoco nadie puede cruzar de allá a nosotros”.
Abraham declara que el destino del rico ha sido sellado. Ya no hay más oportunidad. Él no puede ir del lugar de tormento al lugar de consuelo.
Abraham declara de la misma manera que el destino del pobre ha sido sellado. Él no puede ir del lugar de consuelo al lugar de tormento.
Esta será la realidad de ambos por toda la eternidad.
El rico vivirá los tormentos del infierno para siempre; jamás tendrán fin.
El pobre vivirá el consuelo del cielo para siempre jamás.
Es por eso que estemos conscientes de este principio en vida; porque después de la muerte no hay más oportunidad para cambiar de destino.
El muerte no puede cambiar su destino eterno.
Pero, el vivo tiene la oportunidad de cambiar su destino eterno. La oportunidad es ahora - en vida.

¿Qué determina nuestro destino eterno?

Podrían algunos pensar que esta parábola enseña que todos los ricos van al infierno y que todos los pobres van al cielo.
Algunos piensan que los ricos al tener tanta abundancia, lujo, y bienes en este mundo - al morir van a ir al infierno porque no dieron a los pobres ni compartieron con los necesitados.
Algunos piensan que los pobres al sufrir tanto en esta vida, creen que Dios los va a premiar con las bendiciones del cielo cuando mueran.
Llegan pues a la conclusión que todos sus seres queridos seguramente están en el cielo porque sufrieron tanto en esta vida.
La realidad es que esta parábola no enseña estos ideas equivocadas.
Sabemos que el hecho de ser rico - no garantiza que usted va a ir al infierno. ¿Por qué?
Abraham era un hombre muy rico y vemos que él está en el lugar de consuelo.
Génesis 13:2 NBLA
Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro.
También sabemos que ser pobre no garantiza que usted va a ir al cielo. ¿Por qué?
Judas era una seguidor de Jesús que había dejado todo por seguirlo. Le ofrecieron 30 monedas de plata, que era el equivalente de 30 días de trabajo, y fue suficiente para convencerlo a traicionar al maestro.
Mateo 26:14–16 NBLA
Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: «¿Qué están dispuestos a darme para que yo les entregue a Jesús?». Y ellos le pesaron treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos). Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregar a Jesús.
Habrán pobres en el cielo y en el infierno al igual que habrán ricos en el cielo y en el infierno.
La diferencia entre ir al cielo o al infierno depende de lo que hacemos con la Palabra de Dios:
Lucas 16:27–30 NBLA
»Entonces él dijo: “Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento”. »Pero Abraham dijo*: “Ellos tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan a ellos”. »Y el rico contestó: “No, padre Abraham, sino que si alguien va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán”.
El rico quiere que Abraham envíe a Lázaro para avisarle a sus cinco hermanos y los prevenga de ir al infierno.
Pero, Abraham dice que los cinco hermanos de Lázaro y el mundo entero tienen todo lo que necesitan para evitar ir al infierno - tienen a Moisés y a los profetas.
Tienen a la palabra de Dios.
Tienen el mensaje de la Biblia.
…por tanto, no es que el hombre no sabe como evitar ir al infierno.
…no es que el hombre no sabe el camino al cielo.
....no es que el hombre está sin dirección en esta vida.
El problema consiste en que el hombre está tan consumido en su día a día, en sus deleites, en sus propios intereses, en su forma de vivir, en su pecado, que no tiene tiempo ni interés en conocer el camino a la vida eterna.
Abraham añade que los cinco hermanos no se convencerían aunque Lázaro resucitara de entre los muertos.
Aunque Abraham se refiere a Lázaro, no podemos evitar en penar en la resurrección de Jesucristo.
No podemos evitar en pensar que aunque Cristo ha resucitado, y lo recordamos no solamente una vez al año, sino domingo tras domingo, aún así el mundo no cree y sigue resistiendo a la palabra de Dios.

Conclusión

¿Quieres evitar el infierno?
¿Quieres vivir el consuelo del cielo?
¿Quieres estar en la presencia de Dios al morir?
Recuerda, que esta es la promesa para aquellos que creyeron en su mensaje, creyeron en el mensaje de la Biblia, creyeron en la revelación de Dios, y depositaron su fe en él - sean ricos o pobres, blancos o negros, grandes o pequeños...
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