Elige a quién servir

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En esta vida todos servimos a alguien o a algo. ¿A quién sirves tú? Nuestra influencia sobre otros depende de quién sea el objeto de nuestro servicio

Notes
Transcript

Colosenses 3:23–25 RVR60
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.
¿Cuáles son tus debilidades?
Permíteme recordarte que las personas que te rodean, por lo general pueden reconocer tus debilidades. Y tus debilidades pueden ser usadas por otros para perjudicarte.
Tenemos que procurar mejorar, fortalecernos aún en nuestras debilidades y dedicarnos a servir a Dios.
Allí surge la otra pregunta importante que cada uno de nosotros se tiene que hacer a sí mismo:
¿A quién estás sirviendo?
Vuelve a pensarlo, por favor: ¿A quién sirves?
Es bastante fácil decir “Yo no le sirvo a nadie; soy una persona libre”, pero, ¿es eso cierto?
La Palabra de Dios tiene mucho que decir a este respecto, especialmente en el Nuevo Testamento, donde nos recuerda que el mundo, el diablo y nuestra carne compiten por gobernarnos. Sus influencias son muchas veces muy sutiles y podemos caer en el error de pensar que “como todos lo hacen es normal”. ¡Cuidado con eso!
Debemos ser cuidadosos y deliberados al escoger a quien servimos, y creo que cada uno de nosotros sabe bien a quién nos conviene servir.
Pero tienes que decidirlo y ponerlo en práctica cada uno de tus días.
Vamos a considerar una vieja historia que puede hacernos reflexionar en cuanto a esto.

1. Un testimonio que va más allá de las palabras.

Daniel 6:1–5 RVR60
1 Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. 2 Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado. 3 Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. 4 Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. 5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.
Daniel 6:1–5 NVI
1 Para el control eficaz de su reino, Darío consideró prudente nombrar a ciento veinte sátrapas 2 y tres administradores, uno de los cuales era Daniel. Estos sátrapas eran responsables ante los administradores, a fin de que los intereses del rey no se vieran afectados. 3 Y tanto se distinguió Daniel por sus extraordinarias cualidades administrativas, que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino. 4 Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos manejos en los negocios del reino. Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza. 5 Por eso concluyeron: «Nunca encontraremos nada de qué acusar a Daniel, a no ser algo relacionado con la ley de su Dios.»
Daniel 6:1–5 NTV
1 Darío el medo decidió dividir el reino en ciento veinte provincias y nombró a un alto funcionario para gobernar cada provincia. 2 Asimismo, el rey escogió a Daniel y a dos personas más como administradores para que supervisaran a los altos funcionarios y protegieran los intereses del rey. 3 Pronto Daniel demostró ser más capaz que los otros administradores y altos funcionarios. Debido a la gran destreza administrativa de Daniel, el rey hizo planes para ponerlo frente al gobierno de todo el imperio. 4 Entonces los demás administradores y altos funcionarios comenzaron a buscar alguna falta en la manera en que Daniel conducía los asuntos de gobierno, pero no encontraron nada que pudieran criticar o condenar. Era fiel, siempre responsable y totalmente digno de confianza. 5 Finalmente llegaron a la siguiente conclusión: «Nuestra única posibilidad de encontrar algún motivo para acusar a Daniel será en relación con las normas de su religión».
Daniel 6:1–5 NBLA
1 Le pareció bien a Darío constituir sobre el reino 120 sátrapas que gobernaran en todo el reino, 2 y sobre ellos, tres funcionarios (uno de los cuales era Daniel) a quienes estos sátrapas rindieran cuenta, para que el rey no fuera perjudicado. 3 Pero este mismo Daniel sobresalía entre los funcionarios y sátrapas porque había en él un espíritu extraordinario, de modo que el rey pensó ponerlo sobre todo el reino. 4 Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino. Pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni evidencia alguna de corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción podía hallarse en él. 5 Entonces estos hombres dijeron: «No encontraremos ningún motivo de acusación contra este Daniel a menos que encontremos algo contra él en relación con la ley de su Dios».
Daniel era uno de los exiliados de Israel cuando fue invadido por las tropas de Nabucodonosor. Dios había obrado poderosamente en Él y había terminado ocupando una posición de mucha responsabilidad en el gobierno de ese rey y luego con su hijo Belsasar. Esto sucede cuando los Medos dan el golpe de estado y asumen el gobierno derrocando a los Asirios, bajo la autoridad de Darío.
El texto nos señala que Darío reconoció que había algo muy especial en Daniel, y le otorgó un cargo muy alto en la administración del reino. El cargo que Daniel llegó a ocupar era uno de mucha confianza. Aún los opositores de los Asirios reconocían la capacidad que Dios le había dado a Daniel y la respetaban.
Daniel 6:3 RVR60
3 Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.
¿Qué virtudes reconocen en ti quienes te rodean? ¿Cuáles reconocen como tus fortalezas?
¿Reconoces alguna virtud, fortaleza o capacidad que Dios te haya dado?
Lo que sería bueno que reconozcamos es que así como Dios estaba obrando en la vida de Daniel, también lo está haciendo en nuestras vidas.
Pero el hecho de que Dios obre en nosotros y nos dé capacidades y virtudes, ¿es garantía de que todo saldrá bien?
No. Vivimos en medio de una guerra espiritual y tenemos opositores que se levantarán, justamente porque Dios está obrando en nosotros.
Daniel 6:4 RVR60
4 Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.
Ante esta descripción de las luchas que tenía que enfrentar este siervo de Dios encontramos nuestro primer desafío, tomando a Daniel como ejemplo.
Los enemigos, los que se oponen, los que no quieren nuestro bienestar o prosperidad, van a buscar atacarnos por nuestras debilidades.
Por eso, una vez más, ¿cuáles son tus debilidades? ¿Qué puede ser utilizado en tu contra?
¡Cuidado con la envidia!
Aquellos no encontraron de qué acusar a Daniel. Era responsable, fiel, comprometido y hacía bien su trabajo.
Primera lección: seamos fieles en lo que hacemos. Manifestemos un alto nivel de compromiso, comportándonos con justicia para que no tengan qué decir en nuestra contra.
Aunque hay algo que algunos querrán utilizar como un punto débil:
Daniel 6:5 RVR60
5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.
¿Eres un siervo de Dios a los ojos de todo el que lo quiera ver o un “agente secreto” del Señor?
Para bien o para mal, deja que todos sepan que Dios es tu dueño y Jesucristo tu Salvador.
Que tu servicio a Dios no sea solamente una cuestión de palabras, sino perceptible a través de lo que haces.

2. Un compromiso que no se doblega

Daniel 6:6–10 RVR60
6 Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive! 7 Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. 8 Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. 9 Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición. 10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
Daniel 6:6–10 NVI
6 Formaron entonces los administradores y sátrapas una comisión para ir a hablar con el rey, y estando en su presencia le dijeron: —¡Que viva para siempre Su Majestad, el rey Darío! 7 Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que Su Majestad debiera emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea Su Majestad. 8 Expida usted ahora ese decreto, y póngalo por escrito. Así, conforme a la ley de los medos y los persas, no podrá ser revocado. 9 El rey Darío expidió el decreto y lo puso por escrito. 10 Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día.
Daniel 6:6–10 NTV
6 Así que los administradores y los altos funcionarios se presentaron ante el rey y dijeron: «¡Qué viva el rey Darío! 7 Todos nosotros —administradores, autoridades, altos funcionarios, asesores y gobernadores— nos hemos puesto de acuerdo en que el rey apruebe una ley que se haga cumplir estrictamente. Ordene usted que, en los próximos treinta días, todo aquel que ore a quien sea, divino o humano —excepto a usted, su Majestad—, sea arrojado al foso de los leones. 8 Ahora bien, su Majestad, emita y firme esta ley de tal modo que no pueda ser alterada, una ley oficial de los medos y de los persas que no puede ser revocada». 9 Así que el rey Darío firmó la ley. 10 Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.
Daniel 6:6–10 NBLA
6 Estos funcionarios y sátrapas, de común acuerdo, fueron entonces al rey y le dijeron así: «¡Rey Darío, viva para siempre! 7 »Todos los funcionarios del reino, prefectos, sátrapas, altos oficiales y gobernadores, han acordado que el rey promulgue un edicto y ponga en vigor el mandato de que cualquiera que en el término de treinta días haga petición a cualquier dios u hombre fuera de usted, oh rey, sea echado en el foso de los leones. 8 »Ahora pues, oh rey, promulgue el mandato y firme el documento para que no sea modificado, conforme a la ley de los medos y persas, que no puede ser revocada». 9 Por tanto, el rey Darío firmó el documento, esto es, el mandato. 10 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como solía hacerlo antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios.
Parece ser que las artimañas sindicales y políticas han acompañado a la humanidad por mucho tiempo.
Aquellos “oficiales” del reino se reunieron para elaborar un plan con tal de derribar a Daniel de su posición privilegiada. ¿Qué utilizarían en su contra? …la ley de su Dios.
¿De qué manera perciben quienes te rodean que respetas y obedeces la ley de tu Dios, como ellos podrían decirlo?
¿De qué manera podrían observar quienes te conocen que eres cristiano? Esto tiene que ver, en parte, con lo que decimos, pero va mucho más allá, a las evidencias presentes por medio de lo que hacemos.
¿Te das cuenta de qué fue lo que usaron los opositores de Daniel? ¡Su vida de oración! Era de público conocimiento que Daniel oraba fielmente a Dios.
¿Quién sabe que tú oras a Dios?
¿Oras en público?
¿Te ofreces a orar por las necesidades de quienes te rodean?
¿Le has ofrecido a alguien orar por él o ella allí mismo, cuando lo necesita?
La vida de oración de Daniel no era un secreto, y procuraron utilizarla en su contra.
Pero esto es lo que impacta:
Daniel 6:10 RVR60
10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
Daniel supo lo que habían hecho. No siguió adelante con sus costumbres sin enterarse de lo que estaba sucediendo.
¿Qué podría haber hecho?
Aquí es donde se nota la profundidad del compromiso.
Daniel podía haber...
…suspendido su costumbre de orar por un mes (“¡Un mes no es tanto!”).
…cambiar su rutina de oración, cambiar los horarios (tal vez orar durante la noche, cuando nadie estaría vigilando).
…¡cerrado las ventanas!
No, Daniel no hizo nada de eso. Se expuso a las consecuencias de lo que hacía. Aquella era una sentencia de muerte, y él gustoso se ofreció en sacrificio delante de Dios.
¿Cuánto estamos dispuestos a perder nosotros por Jesús?
¿Estarías dispuesto a perder tu trabajo por tu compromiso con el Señor?
¿Estarías dispuesto a enfrentar la oposición o el castigo por Jesús?
Si te quitaran dinero de tu salario por servir al Señor, leer la Biblia u orar a Él, ¿lo seguirías haciendo?
Aquellos oficiales no contaban con teléfonos celulares para tomar fotos de Daniel orando, pero se buscaron testigos que lo vieran y confirmaran que lo seguía haciendo. Lo acusaron y procuraron el cumplimiento de aquella ley absurda con la que habían engañado al propio rey.
Ellos sabían que Darío tenía mucho aprecio por Daniel, y sus acciones lo confirmaron.
Daniel 6:14 RVR60
14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle.
Daniel 6:14 NVI
14 Cuando el rey escuchó esto, se deprimió mucho y se propuso salvar a Daniel, así que durante todo el día buscó la forma de salvarlo.
Daniel 6:14 NTV
14 Al oír esto, el rey se angustió mucho y procuró encontrar un modo de salvar a Daniel. Pasó el resto del día buscando una manera de librarlo de ese aprieto.
Daniel 6:14 NBLA
14 Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso librar a Daniel. Y hasta la puesta del sol estuvo buscando la manera de librarlo.
Darío discutió. Buscó argumentos. Acusó a aquellos hombres de haberle tendido una trampa. Pasó horas tratando de evitar la condena de Daniel. Finalmente cayó bajo el peso de su investidura, el cargo que ostentaba y las leyes del reino.
¿Quién estaría dispuesto a defenderte?
Consideremos que Darío no era cristiano ni judío. Su disposición a promulgar aquella ley vetando la adoración a Dios señalan su posición pagana, que en principio tomó como un elogio.
¿Cuál es el impacto que produce tu vida en los que no conocen a Jesús?
Van a haber de los que se oponen y atacan, y van a estar aquellos dispuestos a creer en lo que crees al ver las evidencias en tu vida. Puedes influir sobre otros, como Daniel, y es por ellos que vale la pena la oposición.
Pero observa lo que sucedió cuando el rey ya no pudo evitar el desenlace con la condena de Daniel:
Daniel 6:16–18 RVR60
16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. 17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. 18 Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
Daniel 6:16–18 NVI
16 El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel: —¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte! 17 Trajeron entonces una piedra, y con ella taparon la boca del foso. El rey lo selló con su propio anillo y con el de sus nobles para que la sentencia contra Daniel no pudiera ser cambiada. 18 Luego volvió a su palacio y pasó la noche sin comer y sin divertirse, y hasta el sueño se le fue.
Daniel 6:16–18 NTV
16 Entonces, finalmente el rey ordenó que arrestaran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. El rey le dijo: «Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te rescate». 17 Así que trajeron una piedra y la colocaron sobre la boca del foso. El rey selló la piedra con su sello real y los sellos de sus nobles para que nadie pudiera rescatar a Daniel. 18 Luego el rey regresó al palacio y pasó la noche en ayuno. Rechazó sus entretenimientos habituales y no pudo dormir en toda la noche.
Daniel 6:16–18 NBLA
16 El rey entonces dio órdenes que trajeran a Daniel y lo echaran en el foso de los leones. El rey habló a Daniel y le dijo: «Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te librará». 17 Trajeron una piedra y la pusieron sobre la boca del foso. El rey la selló con su anillo y con los anillos de sus nobles, para que nada pudiera cambiarse de lo ordenado en cuanto a Daniel. 18 Después el rey se fue a su palacio y pasó la noche en ayuno. Ningún entretenimiento fue traído ante él y se le fue el sueño.
Trajeron a Daniel. El rey lo tuvo que mirar a los ojos mientras le aplicaban la sentencia. Daniel debe haber permanecido en silencio, asumiendo las consecuencias de su relación con Dios.
Por cierto, tienes que saberlo: tu relación con Dios tiene consecuencias. No somos del mundo y el mundo no nos aprecia.
Me impacta lo que Darío le dice a Daniel cuando llegó el momento de ejecutar la sentencia. Sus palabras denotan una luz de esperanza, una chispa de fe, ese rayo de luz que caracteriza a los hijos de Dios.
El Dios tuyo, a quién tú continuamenete sirves, él te libre.
a. Los que te conocen y no conocen a Jesús, ¿saben que tienes “un Dios aparte”, “un Dios tuyo”?
Darío sabía que Daniel no adoraba a dioses, sino a un solo Dios.
b. Estas palabras fueron pronunciadas por el jefe de Daniel, a quien Daniel tenía que servir por la posición que ocupaba. Pero Darío sabía que Daniel no le servía a él sino a Dios.
¿A quién sirves tú? ¿Lo saben quienes te rodean?
c. Darío había observado que no se trataba de que Daniel separara algún tiempo durante el día o algún día en la semana para servir a Dios. Lo hacía continuamente.
¿Cuándo sirves a Dios?
¿Lo perciben quienes te ven vivir?
¡Acepta el desafío!
El alma de Darío no quedó tranquila luego que echaron a Daniel al foso de los leones. Se fue triste al palacio, no comió ni durmió.
¿Hay personas en las que despiertes este tipo de respeto y aprecio, que sepan de tu compromiso con Jesús?

3. La recompensa de la fe y el servicio a Dios.

Daniel 6:19–23 RVR60
19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. 20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? 21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. 22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. 23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
Daniel 6:19–23 NVI
19 Tan pronto como amaneció, se levantó y fue al foso de los leones. 20 Ya cerca, lleno de ansiedad gritó: —Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de los leones? 21 —¡Que viva Su Majestad por siempre!—contestó Daniel desde el foso—. 22 Mi Dios envió a su ángel y les cerró la boca a los leones. No me han hecho ningún daño, porque Dios bien sabe que soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo contra Su Majestad! 23 Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios.
Daniel 6:19–23 NTV
19 Muy temprano a la mañana siguiente, el rey se levantó y fue deprisa al foso de los leones. 20 Cuando llegó allí, gritó con angustia: —¡Daniel, siervo del Dios viviente! ¿Pudo tu Dios, a quien sirves tan fielmente, rescatarte de los leones? 21 Y Daniel contestó: —¡Qué viva el rey! 22 Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios y no he hecho nada malo en contra de usted, su Majestad. 23 El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso. No tenía ningún rasguño, porque había confiado en su Dios.
Daniel 6:19–23 NBLA
19 Entonces el rey se levantó al amanecer, al rayar el alba, y fue a toda prisa al foso de los leones. 20 Y acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada. El rey habló a Daniel y le dijo: «Daniel, siervo del Dios viviente, tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones?». 21 Entonces Daniel respondió al rey: «Oh rey, viva para siempre. 22 »Mi Dios envió Su ángel, que cerró la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno porque fui hallado inocente ante Él. Y tampoco ante usted, oh rey, he cometido crimen alguno» 23 El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Cuando Daniel fue sacado del foso, no se encontró en él lesión alguna, porque había confiado en su Dios.
Observa primero la expresión de fe del rey Darío. Recuerda que era un rey pagano. La lógica de esta situación es esta: si arrojas a una persona a un foso lleno de leones hambrientos no esperas que esa persona sobreviva hasta la mañana siguiente. Darío se levantó muy temprano aquella mañana. ¿Qué lo impulsaría a ir otra vez hasta donde estaba el foso de los leones? ¡Alentaba la esperanza (en términos bíblicos se llama fe) de que el milagro hubiera ocurrido y Daniel no hubiera muerto, lo cual era directamente imposible en términos humanos. No solamente fue hasta allí, sino que se acercó al pozo y llamó a voces a Daniel con voz triste. ¿Puedes imaginarte ese momento? Los que lo acompañaban esperarían que le respondiera el eco de su propia voz o los gruñidos de los leones. Conforme a la lógica humana, Darío habría estado llamando a un muerto. Pero no solo lo llamó, sino que dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves (tiempo presente, no pasado) ¿te ha podido librar de los leones? ¡Esto es impresionante! Darío sabía que Daniel 1) servía a Dios, 2) que Dios era su Dios y 3) que le servía continuamente.
Trata de imaginarte el rostro de Darío y la sorpresa de todos cuando, desde dentro del foso, se escuchó aquella voz tan familiar que decía: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. ¿Puedes imaginar ese poderoso momento? ¡Más de uno podría haberse desmayado de la impresión! Dios había obrado haciendo el milagro que había llenado el corazón del rey desde la noche anterior. Dios se dispone a respaldar a sus hijos conforme a sus propósitos cuando le sirven. ¿Obra Dios siempre de la misma manera? No. Sabemos que muchos murieron para la gloria de Dios siendo echados a los leones. Pero cuando Dios quiere transmitir el mensaje de su poder de esa manera, Dios puede hacer el milagro. Daniel tenía la seguridad de su inocencia, de que no había hecho las cosas mal, de que no se había buscado con sus acciones aquella condena.
El mismo Dios de Daniel es Aquel a quien nosotros oramos, en quien esperamos, a quien buscamos.
Así como utilizó a Daniel para convertir el corazón de Darío, así te quiere utilizar a ti hoy en día.
El testimonio de Darío resonó por todas las naciones bajo su dominio, anunciando la grandeza del Dios de Daniel, como él mismo lo dijo.
Daniel 6:25–27 RVR60
25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. 26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. 27 El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.
Daniel 6:25–27 NVI
25 Más tarde el rey Darío firmó este decreto: «A todos los pueblos, naciones y lenguas de este mundo: »¡Paz y prosperidad para todos! 26 »He decretado que en todo lugar de mi reino la gente adore y honre al Dios de Daniel. »Porque él es el Dios vivo, y permanece para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio jamás tendrá fin. 27 Él rescata y salva; hace prodigios en el cielo y maravillas en la tierra. ¡Ha salvado a Daniel de las garras de los leones!»
Daniel 6:25–27 NTV
25 Después el rey Darío envió el siguiente mensaje a la gente de toda raza, nación y lengua en el mundo entero: «¡Paz y prosperidad a todos ustedes! 26 »Ordeno que en mi reino toda persona tiemble con temor delante del Dios de Daniel. Pues él es el Dios viviente, y permanecerá para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio nunca tendrá fin. 27 Él rescata y salva a su pueblo, realiza señales milagrosas y maravillas en los cielos y en la tierra. Él ha rescatado a Daniel del poder de los leones».
Daniel 6:25–27 NBLA
25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en toda la tierra: «Que abunde su paz. 26 »De parte mía se proclama un decreto de que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen delante del Dios de Daniel, Porque Él es el Dios viviente que permanece para siempre, Y Su reino no será destruido Y Su dominio durará para siempre. 27 »Él es el que libra y rescata, hace señales y maravillas En el cielo y en la tierra, El que ha librado a Daniel del poder de los leones».
Que Dios nos dirija a tener un compromiso y un testimonio semejantes a los de Daniel, para salvación de los que viven a nuestro alrededor.
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