UNA HISTORIA DE MISERICORDIA
La Vida de los reyes • Sermon • Submitted
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Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?
Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Esta hermosa historia de bondad, misericordia y gracia tiene gran paralelismo singular con la nuestra. Sin duda alguna el Rey David es un tipo de Cristo y esta historia que muestra como David mostró bondad para con un desventurado, lisiado y pobre hombre que no merecía nada, refleja de manera muy clara la bondad de Dios sobre gente que no la merece.
LA INICIATIVA DE LA MISERICORIDIA.
LA INICIATIVA DE LA MISERICORIDIA.
Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?
Los reyes en los tiempos de David por lo general trataban de acabar con los familiares de sus rivales para que no hubiera nadie que pudiera reclamar el trono
Sin embargo y de forma contraria el pensamiento de David no era así. Él quería hacer algo en favor de algún descendiente de Jonatán su gran amigo de la juventud
¿Pero porque alguien como el rey David haría algo así?, alguien más pensaría que está poniendo en peligro su propio reino.
Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.
David tenía un gran respeto por Saúl a pesar de que este en reiteradas ocasiones quiso matarlo. David lo respetada, era el rey que Dios había escogido para su pueblo por lo tanto su mano jamás se levantaría contra el.
A pesar de que Saúl siempre lo persiguió, el hecho que David quisiera hacer misericordia a alguien de su familia, nos habla que el corazón de David no tenía ningún rastro de amargura contra Saúl y su descendencia.
No siempre le vamos a caer bien a todos, incluso muchos quieren nuestro mal, pero el verdadero Cristiano es aquel no a pesar de los intentos de mal por parte de otros, no guarda nada en su corazón contra ellos, sino que tienen un corazón perdonador. Aprendió a Perdonar.
David también era un hombre comprometido con sus Palabras.
A pesar del enorme odio que Saúl sentía contra David, a causa de sus celos, envidias, inseguridades, su hijo Jonatán y el propio David habían forjado una amistad a prueba de toda adversidad, incluso por encima del propio malvado rey.
»Si mi padre quiere hacerte mal, que así haga el Señor a Jonatán y aun le añada si no te lo hago saber y te envío para que vayas en paz. Y que el Señor sea contigo, como ha sido con mi padre.
»Y si todavía vivo, ¿no me mostrarás la misericordia del Señor, para que no me maten,
»ni quitarás tu misericordia de mi casa para siempre, ni aun cuando el Señor haya quitado de la superficie de la tierra a cada uno de los enemigos de David?».
Para David había un compromiso que cumplir, una promesa que hacer válida, tratar bien a cualquiera de su familia que hubiera permanecido después de la ascensión al trono de David.
David no solo cumplió la promesa sino que fue más allá de su deber como amigo.
David en esta historia es un tipo de Cristo. Es de Cristo de quien surge la iniciativa de hacer misericordia sobre nosotros y perdonar nuestros pecados, cuando no tenía ninguna obligación de hacerlo, pues a causa de nuestros pecados estábamos enemistados con Dios.
Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
De la manera como David trato a Mefi-boset, Cristo trata con nosotros para mostrarnos su misericordia.
Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.
Quien quería hacer la misericordia era David es por lo tanto el que se mueve para poner en marcha la búsqueda y por ello manda llamar a este sirvo antiguo de Saúl llamado Siba, seguramente este había trabajado con Saúl y conocía bien si alguien estaba vivo en el reino para hacérselo saber.
El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
La investigación tuvo sus resultados, habían encontrado a alguien de la descendencia de Jonatán con el cual David podría cumplir su promesa. No era que esta persona mereciera que David hiciera algo por él, sino que era el puro afecto de la voluntad de David.
De esta misma forma pasa con Dios. No es que el hombre merezca que Dios haga algo por él. Derivado a nuestra condición pecaminosa el hombre no merece otra cosa que la muerte por su pecado. La paga del pecado es la muerte Ro.6:23.
Efesios 1:5–6 (PDT)
Dios decidió adoptarnos como hijos suyos a través de Jesucristo. Eso era lo que él tenía planeado y le dio gusto hacerlo.6 Dios nos eligió para que así se le honre por su grandioso amor, que nos dio gratuitamente por medio de su Hijo amado.
Es Dios en virtud de Jesucristo su hijo que nos salva de nuestro pecado, la ira de Dios y la condenación eterna.
Dios en su gracia nos da lo que no merecemos, y en su misericordia no nos da lo que sí merecemos.
Jonatán había tenido un hijo, al que le puso por nombre Mefi-bóset. Cuando llegaron las noticias de que Saúl y Jonatán habían muerto en Jezreel, la niñera de Mefi-bóset tomó al niño y huyó; pero por las prisas Mefi-bóset se cayó y se quedó cojo. El niño tenía entonces cinco años de edad.
Cuando Is-bóset supo que habían matado a Abner en Hebrón, se preocupó mucho, pues se dio cuenta de que ya no podría seguir siendo rey. Todos en Israel también se preocuparon.
Is-bóset había puesto al frente de su ejército a dos hombres de Beerot, llamados Baaná y Recab, que eran hijos de Rimón. Estos dos hombres habían sido jefes de una banda de ladrones. Aunque la gente de Beerot se había ido a Guitaim, y allí se les consideraba extranjeros, ellos se consideraban miembros de la tribu de Benjamín.
Mefi-boset era un hombre sin mucha esperanza en la vida. “Sembrado de Vergüenza”. Y es que así seguramente era su vida, al no poder hacer prácticamente nada, al estar imposibilitado para hacer cualquier actividad, era un hombre que más que vivir sobrevivía
No merecía de ninguna ayuda, más bien merecía la muerte, pero David, no quiso matarlo más bien quiso ayudarlo.
Misericordia = Jesed (חֶסֶד, H2617), «bondad; amor constante; gracia; misericordia; fidelidad; devoción». Este vocablo se usa 240 veces en el AT. Aparece 3 Veces en este texto y tienen el mismo significado. Jesed, significa amor leal ó amor de pacto; ésta es la palabra que se usa para singularizar el amor leal de Dios para su pueblo.
Así es el amor de Dios es un amor leal, un amor constante, bondadoso y fiel para aquellos que aún no claman por él.
Cada uno de nosotros como creyentes, si Cristo ya nos salvó, estamos comprometidos a tender la mano a aquellos que incluso no piden ayuda, como lo estaba Mefi-boset, ¿Cómo podemos hacerlo?, podemos orar por nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos que aún no han escuchado la verdad el evangelio, es así como comenzamos a mostrar la misericordia de Dios que recibimos con otros.
Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.
Lodebar = Sin pastos. Eso significa que el lugar donde vivía no era muy fértil, no tenía mucha vida, estaba seco, no había oportunidad para salir adelante. Este lugar estaba bástate lejos de Jerusalén
El lugar donde vivía Mefi-boset iba acorde con su condición. El mismo estaba sin vida, sin esperanza, si alguna forma de salir adelante por sí mismo y muy lejos para ser ayudado.
A diferencia de Él, David estaba en Jerusalén. “Fundado en Paz”. David quería sacar a ese hombre del lugar sin vida y esperanza donde estaba, y llevarlo a un lugar de Paz.
Eso es lo que hace el Señor Jesucristo por medio del poder del evangelio en nuestra vida cuando llega. Hasta antes de venir a Cristo nuestra vida estaba muerta, sin vida, sin crecimiento, sin ninguna clase de fruto para vida eterna y sin paz. Estamos completamente alejados de él.
Pero cuando el poder de Dios irrumpe en nuestras vidas, él es quien nos atrae hasta el mismo, nos trae del lugar desierto y seco en donde estábamos al lugar de Paz verdadera.
Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.
Mefi-boset seguramente tenía miedo de David, el conocía como era el pensamiento en el mundo antiguo respecto a las familias de los monarcas derrocados o muertos, cuando David lo mando traer el no estaba esperando nada más que su final.
Lo primero que este hombre hizo fue que aun en su imposibilidad física, le demostró respeto a la autoridad y la posición de David. Al sabía que no era digno de estar frente al Rey, es muy probable que sus ropas estuvieran viejas, rotas y quizá con manchas, no eran las vestiduras apropiadas para estar frente al rey.
Así es exactamente cuándo venimos nosotros frente a Dios. Nuestras ropas (obras, pensamientos, palabras, hechos) son como trapos de inmundicia, son harapos rotos, viejos y sucios, que nos son dignos de la majestad de Dios.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Cuando nos acercamos a Dios nunca debemos hacerlo con altanería, presunción o prepotencia, Dios es Santo y nosotros estamos manchados a causa del pecado, nuestra posición delante de él siempre debe ser una reverencia y una rendición total. Él es el grande y poderoso, nosotros no somos nada delante de sus ojos.
Mefi-boset sabía cuál era su posición frente a David. Nosotros no debemos olvidar nunca la nuestra delante de Dios.
David por su parte llamo a este hombre por su nombre. Le llamo Mefi-boset. Le dio una recepción cálida, fue amable con él y estaba a punto de darle algunos regalos. A pesar de su poderío, sus fuerzas y su majestad, David trato a este hombre con amabilidad y cuidado
Efesios 2:8–9 (TLA)
Ustedes fueron salvos gracias a la generosidad de Dios porque tuvieron fe. No se salvaron a sí mismos, su salvación fue un regalo de Dios. 9 La salvación no es algo que ustedes hayan conseguido, pues nadie puede decir que se salvó a sí mismo.
Dios ha hecho eso mismo con nosotros, cuando venimos al él simplemente nos recibe de forma cálida, amable, y misericordiosa, pues nos ofrece el regalo inmerecido del perdón de nuestros pecados, y una lugar en el cielo.
Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.
Fue David quien toma la iniciativa en lo que refirió al rescate de Mefi-boset. A pesar de la profunda necesidad en la que se encontraba, lo que menos hizo fue clamar para pedir ayuda. Lo libro del temor
Así somos exactamente los seres humanos, somos los más necesitados de misericordia y perdón de parte de Dios, sin embrago y a pesar de nuestra profunda necesidad, preferimos guardar silencio y no pedir ayuda.
De la misma forma es Dios quien ha tomado la iniciativa al buscarnos. Ningún hombre por deseo propio ha buscado a Dios, es el quien ha salido a nuestro encuentro para buscarnos.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Mientras nosotros nos alejábamos y nos convertíamos en sus enemigos, Dios nos amó y envió a su Hijo para morir por nosotros. Él ha quitado el temor de acercarnos al por qué Cristo ha abierto un camino nuevo directo al Padre por medio de su sacrificio.
Hizo misericordia por amor al nombre de Jonatán su Padre.
David fue un hombre que decidió perdonar, para poder mostrar amor y compasión por otros. A pesar de que Saúl había intentado acabar con él, David no permitió que esas cosas amargaran su corazón y fueran un impedimento para ofrecer misericordia a quien lo necesitara, incluso al nieto de su más acérrimo perseguidor. Por amor a su amigo estuvo dispuesto a perdonar.
Dios nos ha perdonado en Cristo Jesús, es por amor al Nombre, Obra y ministerio de su Hijo, el Señor Jesucristo. No tienen nada que ver con nosotros, Dios nos a querido perdonar y aun rodearnos de bien por amor a Cristo, si nos arrepentimos.
Y te devolveré las tierras de Saúl tu Padre
La generosidad de David fue abundante, ya que al morir el monarca anterior sus posesiones pasaban a formar parte del rey en turno, una vez más podemos ver que David no tenía la obligación de hacer algo por Mefi-boset, sin embargo lo había sacado de la tierra donde no había pastos para traerlo a la ciudad de Paz, y le había dado una forma de salir adelante.
Él no tenía nada y de repente ahora tenía una enorme provisión de bienes para sustentar su vida. David rescato de la vergüenza, el olvido y la miseria en la que encontraba Mefi-boset al regresarle las tierras de su abuelo. Aquí David no pago nada.
Dios por medio del rescate que Cristo pago con su propia vida, Nosotros fuimos devueltos a la comunión con Dios que había sido rota, hemos sido injertados en su familia, se nos ha otorgado la gloriosa herencia de una patria celestial, hemos sido rescatados de nuestra miseria espiritual y Dios ha quitado por medio de Cristo toda vergüenza ocasionada por el pecado.
Y comerás siempre en mi mesa.
Que más honor podía recibir Mefi–boset. De ser un extraño paso a ser tratado como un miembro más de la familia. Quienes comían en la mesa, era solo los miembros de la familia, los hijos del rey. Este hombre vino a ser adoptado e integrado a la intimidad de la comunión que se da a la hora de la comida.
Valore y respete el tiempo de la comida con su familia, es el lugar de comunión.
Los que somos salvos, tenemos un lugar preparado para celebrar en la mesa del Señor el día de las bodas del Cordero.
Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?
Mefi-boset se veía a sí mismo como el más indigno para recibir ese honor. Los perros en Israel en la antigüedad era visto como un animal que promovía enfermedades, que era de lo más vil. Pero un perro muerto no solo era vil sino que también era inútil.
Reconoció claramente que no era merecedor de nada, que lo que estaba recibiendo era simplemente un acto de gracia de parte de David.
De esa forma es la salvación en nosotros, no la merecemos somos indignos de ella, es algo tan valioso que no se puede pagar por tenerlo, por eso es que Dios la tienen que dar de forma gratuita.
Nunca debemos olvidarnos que ahora somos siervos de la justicia, esclavos por amor de Cristo.
Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos.
Lo que David pretendía es que no estuviera desamparado, que tuviera una forma de suplir sus necesidades, que saliera de la condición que estaba.
Era tan grade la heredad que había recibido, que Siba y toda su familia estaban al servicio completo de Mefi-boset
Pero no era lo más importante, lo que resalta es que aún no todas esas riquezas, la mayor era ser tratado como un miembro de la casa real.
Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset.
Había dejado de ser seco, y de traer vergüenza, ahora incluso podía dar fruto.
La bendición alcanza para otras generaciones también.
Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
No se nos olvide que ninguno de los logros tienen que ver con nosotros, estamos imposibilitados todo es de Dios.