La obediencia a la Palabra de Dios

Hechos 5:27–29

“27 Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, 28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. 29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”

Introducción

Cuando Jesús vino a esta tierra, escogió a doce hombres para hacerlos sus discípulos, quienes posteriormente se convirtieron en apóstoles.

Estos hombre no tenía cualidades intelectuales y religiosas que los calificaran como discípulos de Jesús.

Pero tenían una virtud, que es más valiosa que todo el conocimiento y habilidades de este mundo: “La obediencia”.

El llamado

Es interesante notar que cuando Jesús llamó a sus discípulos, no preparó un discurso de convencimiento, no les prometió riquezas, reconocimiento ni poder. Simplemente los llamó y ellos obedecieron.

Mateo 4:19–20 “19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.”

Para servir y agradar a Dios, la principal virtud necesaria es la obediencia.

¿Cómo podemos obedecer a Dios?

Hoy día El Señor ya no está entre nosotros, pero nos ha dejado su Palabra. Hebreos 1:1-2 “1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

La condición de Hombre

Por naturaleza somos desobedientes debido al pecado:

Romanos 3:10–12 “10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”

Esta es la razón por la cual desde que somos niños nos rebelamos contra nuestros padres, ellos debe usar la corrección para guiarnos por el buen camino.

Pero crecemos, y mientras estemos en este cuerpo, lucharemos interiormente contra la rebeldía y la desobediencia.

Conforme nos resistimos a obedecer a Dios nos alejamos de Él, entonces nuestro corazón se endurece y la conciencia se cauteriza, somos cegados por el pecado.

Los que son renuentes a obedecer Dios los abandona a su perdición, así como el hijo pródigo: Romanos 1:24 “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,”

Las consecuencias

Mientras estemos en esta vida, todo va estar relativamente bien, Dios no va a venir en la noche a atormentarte porque te has alejado de Él. Al contrario con cuerdas de amor procurará atraerte a Él.

Pero aquellos que persisten en vivir en desobediencia a Dios y su Palabra, obtendrá lo que ha sembrado: Gálatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

Puedes tratar de convencerte de que estas obrando bien, pero si no obedeces la Palabra de Dios no obtendrás el favor de Dios. Y para obedecer la Palabra, hay que conocerla.

Aun cuando estés lleno de habilidades, virtudes o capacidades, estas no tienen valor ante Dios.

Mateo 7:22–23 “22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

Es mejor obedecer. 1 Samuel 15:22 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

Conclusión

Los apóstoles habían comprendido que era más valioso obedecer a Dios, cuando los caminos de los hombres son contrarios a Su Palabra.

El ser humano falla, hoy es tu amigo, mañana ya no lo es.

Es muy difícil encontrar una persona que sea tu amigo desde tu niñez hasta tu vejes. Los tiempos, las circunstancias, las personas cambian, nada permanece.

El único que es fiel y nunca falla es Jesús. Y nos ha dejado su Palabra para instruirnos en el camino del bien y de la vida. Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”

Medita en esta Palabra, te conviene más ser obediente a Dios y su Palabra que obtener la aprobación de este mundo.

No traiciones tus principios y convicciones cristianos cuando se vean comprometidos.

Cuando seas confrontado por tu fe, tú también puedas decir como los apóstoles. Hechos 5:29 “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”