MAESTROS COMO JESÚS.

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Aprender características de Jesús como maestro.

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INTRODUCCIÓN:

Al empezar esta reflexión surgen algunas preguntas:
1. ¿Cómo enseñaba Jesús?
2. ¿Debemos los maestros imitar a Jesús el Maestro, en su metodología, contenidos y autoridad en la enseñanza?
3.. ¿Cómo enseñaría Jesús hoy?
Al revisar los evangelios podremos encontrar que la forma de enseñar de Jesús es creativa, animada, actualizada y transformadora.
No es una enseñanza estática sino una enseñanza que responde a la realidad.
Jesús sabe dar respuesta efectiva a situaciones del momento en que se imparte la enseñanza.
Su respuesta no es a medias o para darla en otro momento. Su respuesta es ahora.
Estamos viviendo tiempos difíciles, la iglesia hoy mas que nunca está remando en contra de los modelos del mundo, está remando en contra de filosofías, aún en contra de poderes gubernamentales, que van en contra de la verdad, y de la santidad que Dios demanda.
Tanto la Iglesia y sus instituciones educativas deben mantenerse firme ante las grandes tentaciones que hoy enfrentamos.
Hay muchas situaciones y planteamientos sociales que están ocurriendo alrededor nuestro y que muchas de ellas están en contra de los valores que predicamos desde la Palabra.
La Iglesia y sus instituciones educativas deben dar una respuesta clara y contundente a cada una de esas situaciones o preguntas.
Ahí entra en juego el rol de los maestros y los pastores, de todos los que Dios nos ha llamado al ministerio de la enseñanza.
Hermanos, necesitamos en esta época, maestros como Jesús, y aunque el estándar es grande, ese debe ser el estándar que cada uno de nosotros debemos seguir y procurar, de lo contrario no estaremos dando respuestas a los problemas que la iglesia enfrenta hoy.
Hay dos textos bíblicos que nos muestran de la actividad docente de Jesús: Mateo 4:23-25; 28:19-20.
En ellos vemos que Jesús asume la enseñanza como un rol importante en su ministerio.
Sin embargo, debemos destacar que en todo el ministerio de Jesús asumió diversos roles: el de maestro, como teólogo, la de pastor y el de profeta.
Vamos a ver tres aspectos de su rol como maestros, que todos debemos examinar hoy para ser maestros como Jesús.

I. JESÚS COMO MAESTRO.

Mateo 4:23 RVR60
23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Como decía, Jesús en su rol de maestro, enseñaba, de tal manera que su enseñanza respondiera al contexto social en que desarrolló su ministerio.
Aprendemos, mucho de Jesús como maestro:
1. Un aspecto importante en Jesús es que era un maestro itinerante, recorría las aldeas y sinagogas, predicando, enseñando y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo, según leímos en el texto.
Jesús nos muestra que el ministerio de la enseñanza es un ministerio de todo tiempo y de todo lugar, no es un ministerio limitado.
Los maestros de este tiempo, debemos entender el papel que nos toca en el rol que Dios nos ha dado como maestros, un maestro lo es en todo tiempo, no solo cuando se está en clase de ED, sino siempre que hay algo que enseñar, siempre que haya algo que corregir, ahí debe estar el maestro.
Siempre me gusta recordar uno de los poemas de Gabriela Mistral, dedicado al maestro, entre varios que ella tiene.
Este dice: “Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú, donde hay un error, que enmendar, enmiéndalo tú, donde hay un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú, sé tú el que aparta la piedra del camino”
No se si esta mujer, fue cristiana o no, pero, en la mayoría de sus poemas, dedicados al maestro se, v que fue influenciada por la labor docente de Jesús.
Jesús, fue un maestro que no se limitó en nada, ni lo limitó, nada, ni nadie en su enseñanza, aún cuando enfrentó la oposición de los fariseos y otros religiosos de la época.
Ese corazón comprometido con la enseñanza, en todo tiempo es el que necesitamos los maestros hoy en día.
2. Jesús practicó una pedagogía transformadora y sanadora. Muchas personas fueron transformadas intelectualmente, espiritualmente y corporalmente.
Un ejemplo de lo que estamos diciendo es el encuentro de Jesús con la mujer samaritana en el pozo, descrita en Juan 4.
En ese lugar Jesús practicó la técnica de preguntas y respuestas.
Al final del relato vemos a una mujer transformada, conocedora de que Jesús es el Hijo de Dios, que le fue dicho su condición de pecado en la que se hallaba, que fue perdonada, restaurada, y fue capaz de dejar su cántaro para ir a decirle a los de su comunidad las buenas nuevas de salvación.
Si lo pensamos bien,. esta mujer a se convirtió en la primera misionera cristiana en la historia de la salvación.
Hermanos, necesitamos preguntarnos:
¿Tenemos todos los maestros y maestras esta actitud hoy? ¿Nuestra clases son lugares como ese pozo, lugar para el diálogo, enseñanza y transformación de nuestros enseñados?
Es un buen tema para reflexionar en esta mañana.
Un tercer aspecto a reflexionar, sobre Jesús como maestro, es:
3. Jesús transformó la enseñanza de su época.
En los tiempos de Jesús, la enseñanza aún estaba a cargo de la madre, aunque el padre era el maestro principal; sin embargo, éste no podía estar presenta, debido a que tenía que estar en el campo, en algún puesto de funcionario o en la guerra. En su mayoría de veces paraba muy poco en el hogar. Había algunas excepciones donde el padre paraba siempre en casa. Por ejemplo, José, el padre de Jesús era carpintero y podríamos decir pasaba siempre en su casa. Había también otras profesiones: comerciantes, pescadores, y otros.
La educación en Israel fue durante siglos, fue así, y era la única forma de educación existente y ésta era fundamental. Para la familia era obligación educar a sus hijos, según lo que había establecido Moisés (Deuteronomio 11: 19-20).
Deuteronomio 11:19–20 RVR60
19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, 20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
Que es también un texto similar al de Deuteronomio 6:6-9
Deuteronomio 6:6–9 RVR60
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
La educación era un medio que apuntaba a la integración del pueblo de Dios, desde el punto de vista de la salvación individual y comunitaria.
¿Qué se enseñaba?
Comúnmente a los jóvenes y niños se les enseñaba La Ley, la oración, la Historia de Israel, la geografía y los pueblos vecinos, su cultura, las leyes del culto, las leyes morales y civiles; la música, el canto, la danza, tocar los instrumentos, el oficio, propio de cada familia, que se transmitía de padres a hijos.
Sin embargo, la educación de la mujer no ocupaba un lugar importante.
La mujer no tenía acceso a la enseñanza de las Sagradas Escrituras.
Según Joachim Jeremías, en su libro Jerusalén en Tiempos de Jesús, (pp. 374-376), “la situación de la mujer en casa era similar a la exclusión de la vida pública. Su formación se limitaba a los trabajos domésticos, se le enseñaba a hilar y a tejer, también se les enseñaba a cocinar, cuidar los rebaños, la administración de los bienes, la economía del hogar quedaba en manos de la mujer”
Como podemos ver, la mujer no tenía acceso a la enseñanza y en algunos casos era muy limitada, lo suficiente para que pudiera educar a sus hijos.
Es en ese contexto que Jesús desarrolla su ministerio.
Jesús, revoluciona no solo con las formas de enseñar, sino, que revoluciona, dando acceso a la mujer a la enseñanza, Jesús les permite el acceso a la vida pública, hasta el punto de que puedan ser sus discípulas.
De ahí que Jesús tiene en cuenta la realidad de la educación del pueblo y por eso su manera de enseñar estará destinada a enseñar sobre el reino de Dios de diferentes maneras, utilizando para ello diversas estrategias de enseñanza.
Mateo, nos da a conocer el ministerio de Jesús, su interés por la enseñanza, por llevar un nuevo mensaje, el evangelio del reino, mostrando también compasión por las multitudes (Mateo 9:35-36
Mateo 9:35–36 RVR60
35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Los teólogos de Israel no habían logrado enseñar al pueblo sobre este tema, se habían dedicado a distraer la fe de la gente con una serie de normas pesadas que ni aún ellos las podían cumplir.
Pero, Jesús no solo se contentó con explicar este tema a los más pobres y humildes, sino que se dedicó a enseñarles y a predicarles el evangelio.
Una de las formas preferidas de enseñanza es el diálogo; en el diálogo utiliza diversas metodologías pedagógicas de su tiempo, y por qué no, muy adelantadas a su tiempo.
Su metodología en algunos momentos es formal y en otros casos informal; utiliza: Las parábolas, Las preguntas, Las metáforas, Las ironías, Historias, Milagros, Oraciones, Discursos, Símbolos y lenguaje simbólico, Preguntas y respuestas, Estudio de casos, Repetición, Inducción, Motivación por medio de ejemplos y proyectos.
En general, su manera de enseñar mucho dependía de la diversidad de sus oyentes y el número de los mismos.
Muchos tuvieron acceso a esta nueva manera de enseñanza y lograron como consecuencia convertirse al evangelio del Reino.
Entre esas personas estaban sus discípulos, las multitudes, personajes importantes de su pueblo, algunos anónimos, otros ricos, otros sabios.
También se encontraban mujeres, ancianos, enfermos y desposeídos.
¡Todos tenían acceso a sus enseñanzas! Llegó a ser el Maestro de maestros.
Este ministerio de la enseñanza es también un reto para nosotros, el enseñar a nuestros hermanos de las buenas nuevas del evangelio.
No damos clases, de ED, para distraer a los hermanos, a los niños, como lo hacían los fariseos, lo hacemos, para enseñar las buenas nuevas del reino de Dios.
Todos los domingos, en todo tiempo, en todo lugar, como lo hacía Jesús.

Conclusión:

Cada maestro debe orar a Dios, para ser más como Jesús.
Cada hermano, que reconoce a su maestro, debe orar, cada día por su maestro, para que se más como Jesús.
Necesitamos, ser maestros como Jesús:
De todo tiempo y de todo lugar(Itinerante).
Jesús practicó una pedagogía transformadora y sanadora.
Transformó la enseñanza de su época.
Es un reto, necesitamos tomarlo como maestros, y los hermanos, estudiantes de la clase, necesitamos orar a Dios, por nuestros maestros, para que seamos más como Jesús.
Vamos a orar.
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