En Pastos Verdes me Haces Descansar 3
En Pastos Verdes me haces descansar 3 • Sermon • Submitted
0 ratings
· 15 viewsEl contentamiento no se logra con tener, sino con hacer SU Voluntad
Notes
Transcript
Hemos estado estudiando sobre la experiencia que quizá la mayoría vamos a experimentar en algún momento; una de ellas es esa sensación, pensamiento de que si tan solo obtengo…seré feliz. Algunas veces motivado por lo que vemos que alguien más tiene: si tan solo yo tuviera eso, esa casa, carro, trabajo, cuerpo, dinero, entonces sería feliz, no le pediría nada más a la vida o a Dios.
Algunas veces, al ver que alguien tiene “éxito” como lo definas, le preguntas ¿cómo le hizo? Que diga la receta para mantenerse en forma, o para crear su negocio; pero la mayoría de las veces nos quedamos contemplando con envidia o enojo el hecho que tenga eso que yo no tengo.
Es un deseo de tener más de eso que creo me dará alegría, plenitud, paz. Justin Bieber al recibir un premio dijo algo así: “El estilo de vida glamoroso que ven en los famosos en Instagram, no piensen que por eso su vida es mejor que la de ustedes, les aseguro que no es así”. Y pensé, dice eso, porque ¡tienes todo! Comparado con lo que yo tengo, no es posible que no tengas una vida mejor que la mía. Porque tienes todo ¡no la puedes pasar mal! ¿qué te puede quitar el sueño?
Solemos pensar eso, pero pensándolo mejor, el Justin tiene razón, lo que dice es: yo puedo tener muchas cosas, pero tener ¡no satisface, no llena! Muchos artistas tienen mucho, pero tener cosas, dinero, no satisface, hay mucho más en la vida que sólo “tener”. Y cuando se trata de lo que vale la pena, las cosas no están en primer lugar ¿no es cierto?
Has oído el dicho: “el dinero no compra la felicidad”y agregamos: dijo un pobre. Porque sí creemos que el dinero compra la felicidad. A mi me gusta estrenar -no se a ti-, el olor a nuevo, o disfruto tener algo que antes no tenía. Cuando llega a la casa el repartidor de Amazon me emociono, por lo que sea: un candado, un rollo de papel. A ti también te gustan tener cosas nuevas o que antes no tenías: un carro, casa, una nueva cuenta de banco, negocio, un nuevo estilo, nueva ropa, cambio de temporada, creo que a todos nos emociona.
Además, en promedio vemos de 4 a 10 mil anuncios al día que nos dicen que compremos más cosas. En USA un negocio creciente es la renta de bodegas, el 25% de las familias rentan un espacio para guardar más cosas.
Un paréntesis, al preparar un tema, pienso en lo que puede servir a la iglesia, al preparar este tema y ver las cosas que tengo, empecé a preocuparme por mí. Tengo más cosas de las que mis papás tuvieron a mi edad. Así que cuando decimos “el dinero no compra la felicidad” parece que en realidad creemos lo contrario: si tengo más de esto, entonces seré feliz, si puedo guardar más de aquello, estaré satisfecho, si puedo crecer un poco más en esto, seré feliz.
Y si estás en desacuerdo conmigo, ve y revisa el guardarropa doblado de tu closet, si tienes más de 4 pares de zapatos y si no rentas bodegas es porque tienes lleno debajo de la escalera, en la caminadora, bicicleta y azotea.
Ahora bien, el tema no va a tratar de vender todo lo que tienes y darlo a los pobres, tampoco es para decirte que ¡ya no compres más cosas! No se asusten. Lo que estoy diciendo es que a veces pareciera que nuestra felicidad depende de lo que tenemos.
Vivimos felices dependiendo de lo que tenemos o poseemos, quizá no lo admitimos, pero tenemos tanto que empezamos a vivir, como que si tener más nos diera felicidad. Si tengo más de eso que dicen que debo tener, si tengo lo que ellos tienen seré feliz, porque parece que quienes tienen eso ¡se ven más felices!
Además que, al ver el pasto siempre verde del vecino, jugamos al juego de la comparación y nos calificamos en comparación con alguien más. En la playa varado, recostado me quito la playera, después veo a los jóvenes que pasan y pienso, en la casa le ponía a mi cuerpo un 8, pero al ver a estos, más bien repruebo. O ves como te queda el vestido que viste en el Maniquí de LM y te das cuenta de que te queda ¡mejor! O ves el cabello de alguien más, la estatura, los ojos, el cuerpo.
Quizá lo tuyo son las oportunidades. Tienes, pero desearías tener más o diferentes o la de alguien más; si tuviera la oportunidad que él tuvo ¡yo sí la aprovecharía! Esto también nos pasa a los pastores. Veo que otros tienen la oportunidad de predicar en algún lugar y digo: yo lo haría mejor. O quién canta piensa lo mismo, quien enseña, si alguien más lo tiene ¡yo debo tenerlo! Puede ser un carro, casa, no se tu historia, pero seguro hay algo.
Oyes de quienes fueron al TEC de Monterrey y a lo más que llegamos fue al ITO, o UABJO 5 de mayo y otros en CU. Y dices, yo daba para más, pero me lastime la rodilla, yo era para Harvard y para no sentirnos mal decimos: pero yo decidí quedarme, no es que no pudiera, preferí quedarme. Hay todo tipo de argumentos sobre los anhelos.
Siendo espirituales, quizá se trata la forma de orar, escuchas una oración y hasta abres los ojos para ver quién es, porque ¡debe ser un santo! Un poeta, su oración es un 10 y la mía un 6.
Ves Instagram, dicho sea de paso ¿sabes que el lugar para ver redes sociales de este tipo es en el baño? Sentado mueves el dedo y los ves en la alberca, con su flotador en forma de Isla y piensas: ¡mi vida apesta! Y ahí es literal.
Alguien más puede ser en la moda, yo veo que los niños de 2 años andan con sus converse y yo pude tener unos a los 20 años, antes usaba pero eran comberse.
Para otros se trata de la popularidad, estatus social, relaciones o el matrimonio; porque tu matrimonio no es como el de ellos, que se ve que su matrimonio es envidiable, o no está mal, pero puede estar mejor, si tan sólo hubiera escogido a…
Y el descontento está asociado con eso que aun no has encontrado, algo que te hace falta. Justin dice: aunque tengas todo lo que creas que debes tener ¡es una ilusión! Porque si tuvieras un 10 en algo, en cuanto lo tengas, vas a querer un 11 o un 12. La realidad es que no importa qué tienes, si tuvieras muchas cosas la mente te diría ¿qué más puedo tener?
Aclaro que ¡no tiene nada de malo tener cosas! No tiene nada de malo con ser popular, tener buena salud, cuerpo, no tiene nada de malo ser atractivo, no hay nada de malo con tener un buen carro o 2 o 5, o 3 casas, no hay nada de malo con tener éxito, pero, PERO, si empiezas a creer que eres feliz ¡porque tienes…! Cuidado. Si crees que tener es lo que te da felicidad, estarás en una búsqueda interminable y vendrá el descontento, porque no existe tener suficiente. Cuando tienes la mentalidad del pasto siempre verde del vecino ¡no hay llenadera!
Nunca es suficiente porque tener, no satisface. El deseo de tener nunca se satisface y por eso nos quedamos en esa oscuridad de vivir sin contentamiento, esperando encontrar eso que te hace falta, vives la vida buscando para no encontrar. I still haven’t found what I’m looking for.
¿Cómo tener contentamiento? ¿dónde lo encuentras? Lo buscas, pero te desesperas buscándolo y cuando lo obtienes, te das cuenta de que no era lo que buscabas. Porque siendo honestos, en realidad lo que queremos es ¡contentamiento! No las cosas.
Quieres contentamiento (no conformismo), porque ahí te liberas de la trampa de la comparación, de la depresión, ansiedad, desánimo que atormenta y quita la habilidad de funcionar. Con el contentamiento dejas de compararte. Queremos tener contentamiento, pero ¿dónde se esconde? Si el contentamiento no está en tener, si no está en las aventuras, si no está en la opinión de los demás, la popularidad ¿dónde está? Parece que se esconde, porque muchos no son felices, no tienen contentamiento.
Leeremos un pasaje muy conocido y vamos a descubrir algo que nos ayude a encontrar el contentamiento. Filipenses es una carta que Pablo escribe a la gente de Filipos. Pablo escribe la carta estando en la cárcel; y les dice cómo ser un seguidor de Jesús- Al final de la carta les agradece por ser generosos con él.
“¡Cuánto alabo al Señor de que hayan vuelto a preocuparse por mí! Sé que siempre se han preocupado por mí, pero no tenían la oportunidad de ayudarme.” (Filipenses 4:10, NTV)
Gracias, me han hecho sentir muy bien, gracias que se acordaron de mí, pero antes de terminar la carta, les quiero enseñar algo sobre los momentos de necesidad.
“No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo.” (Filipenses 4:11, NTV)
Quienes leen la carta, saben que está en la prisión, alguien lo fue a ver, recibió la carta y como muchos no saben leer, la leen en voz alta y piensan: ¿cómo que no ha pasado necesidad? ¡está en la cárcel ¿cómo puede estar contento en la cárcel? ¿cómo haces eso?
Ellos eran como nosotros, veían su vida y se comparaban con otros, quizá comparaban el burro del vecino, más bonito o la carreta ¡no se! Pero era como nosotros somos y se preguntan ¿dónde encontrar contentamiento? Pablo ¿es en serio? Y Pablo sigue diciendo:
“Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario...” (Filipenses 4:12, NTV)
Algunos de ustedes tienen mucho otros tienen poco, pues yo he estado en los 2 lados y quiero que sepan el secreto para el contentamiento, porque es posible y se puede en ambas circunstancias.
“He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco.” (Filipenses 4:12, NTV)
He aprendido y el aprendizaje ¡toma tiempo! Quizá fracasos, tropiezos en ese proceso. Pablo de edad avanzada, escribe esto, por temporadas ha estado donde pensó estar, pero en otras quizá pensaba: si tuviera más de esto, estaría contento, o si no tengo suficiente de esto no estaré contento. Pero dice: He aprendido algo, aprendí el secreto.
Y sabes que los secretos ¡no son fáciles de descubrir! Si no ¡cualquiera los supiera y no serían secretos! A veces te dan una pista, pero para los que somos despistados, se nos dificulta. Pablo dice: he aprendido el secreto de estar contento. Otra versión del mismo verso lo dice así:
“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” (Filipenses 4:12, RVR60)
Pablo dilo de una vez, comparte el secreto para poder tener contentamiento también:
“Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.” (Filipenses 4:13, NTV)
Pablo ¿qué tiene esto que ver con el secreto? ¿dónde está el secreto al contentamiento? Este verso es muy popular, lo ves en cuadros, tatuajes, quizá lo sabes de memoria y es bueno, pero ¿qué tiene que ver con el contentamiento? Es verdad que nos da fuerzas para hacer muchas cosas en la vida, pero, si no tenemos cuidado podemos perdernos la perla de lo que Pablo dice: Se lo que es tener mucho y se lo que es tener poco y les diré el secreto…pero, vamos más despacio y volvamos a ver algunas partes del verso anterior.
“…sétener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado…así para tenerabundancia como para padecer necesidad.” (Filipenses 4:12, RVR60)
¿Qué verbo resalta? ¡tener! Pero cuando nos revela el secreto, cambia de verbo ¿a cuál?
“Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.” (Filipenses 4:13, NTV)
¿Qué verbo usa? ¡hacer! Tener lo cambia por hacer. Lo que está diciendo es: He aprendido a cambiar mi mentalidad sobre el contentamiento. El contentamiento no depende, no debe estar asociado con TENER ¡no depende de tener! Eso es lo que has creído, pero ¡no es así! El contentamiento, no depende de tener, pero sí de hacer. El contentamiento está asociado con lo que hacemos no con lo que tenemos. Eso es una gran revelación, es la perla, el secreto.
Cuando dice: Todo lo puedo hacer…no se refiere a ¡todo lo que se te ocurra! A veces exageramos al querer sobre usar este texto. Porque es claro que no se trata de todo. ¿Puedo ganar un maratón mañana? Hablar coreano, francés en 1 día, la verdad es que no puedo hacerlo. No puedo ser lobo, niño, con sólo pedirlo ¡eso no va a pasar! No puedo hacerlo, aunque meta a Dios.
Lo que dice es: Puedo hacer todo aquello que Dios me llamó a hacer ¡eso sí lo puedo hacer! ÉL me dará todos los medios, fuerzas para cumplir ese propósito. El secreto del contentamiento no es por lo que tengo, sino por cumplir loque Dios me llamó a hacer ¡ese es el secreto!
Desde la cárcel Pablo dice: ahora, en este momento, en esta cárcel puedo estar aquí y Dios me da fuerzas, porque estoy aquí por hacer lo que ÉL me envió a hacer. Ese es el secreto. El secreto es una relación con Dios en la que le dices: Dios hoy domingo ¿qué hacemos? ¿cuál es el plan? ¿a dónde iremos? a Casa ¡perfecto! Me darás los medios y las fuerzas. Dios confío que me das dirección y lo que me llames a hacer ¡lo haré!
No dice que no debes tener ¡no dice eso! No dijo: tener mucho es malo. Puedes tener mucho y ¡qué bueno! Pero debes asegurarte de que tener no esté por encima de hacer Su voluntad. Hacer es más importante que tener, porque hacer es crítico para el cumplimiento de SU propósito.
A veces como pastor, como ser humano, tengo anhelos, deseos y me dan ganas de no ser pastor, dedicarme de tiempo completo a administrar Manos de Ayuda o poner mi negocio, para poder tener lo que quisiera tener, veo casas bonitas, otras cosas y digo: haré lo que ellos hacen, porque también quiero tener eso, que venga otro pastor ¡renuncio!
Pero, después de platicar con las personas, hablar con jóvenes con mucho potencial, pero con la necesidad de recibir instrucción en la Palabra, o veo la necesidad de compartir lo que Dios me ha dado y me permite aprender, entender, doy cuenta de que ¡esto es lo que he sido llamado a hacer! Esto es mi hacer, quizá no es tu llamado, si lo hicieras quizá te frustrarías. Yo se que es mi llamado y me lo tengo que recordar todo el tiempo.
Tener no hará lo que es mi llamado ha hacer y es hacer (la voluntad de Dios) lo que me lleva al contentamiento. Tener no me lleva a hacer lo que debo hacer, pero no puedo dejar de hacer lo que he sido llamado a hacer. Pues es lo mismo para ti.
Tener no cumplirá la misión, por eso no puedes dejar que “tener” le gane a hacer, aunque los anuncios te griten ¡una casa! Otro teléfono, reloj, debes tener más de esto, de lo otro. Se que es todo un reto salirnos de esa dinámica, pero creo que es verdad porque tener, por sí solo ¡no trae contentamiento!
Esto lo ves especialmente en el lecho de muerte, las personas no hablan de lo que desearían haber tenido: debí tener ese carro, lo que sí dicen es: me hubiera gustado hacer las paces con mi hermano, haber hecho ese vieje con mis hijos, casi siempre es sobre “hacer”. Esto nos lleva a la pregunta ¿qué se supone que debemos hacer?
Y no se trata de hacer para que Dios “esté contento o me acepte” ¡Dios está bien! No está esperando en su Gloria que empieces a hacer algo para que ÉL sea más feliz ¡ÉL está bien! No puede amarte más o menos de lo que ya te ama. Hacer no es receta para que Dios haga lo que tú quieres que ÉL haga o para que le caigas bien.
Pablo dice: el contentamiento en la vida es un mensaje de Amor de parte de Dios. Serán tentados a pensar que “tener” te dará felicidad, pero es “hacer” lo que da contentamiento y puedes hacer lo que te ha llamado a hacer y al hacerlo ÉL te da poder y fuerzas para hacerlo. No se trata de una lista para que Dios esté contento, esto es por tu bien, para que tu puedas ser feliz.
De forma práctica ¿cómo lo aplico a mi vida diaria? Mencionaré algo que puedes hacer, no se si aplique contigo, pero te da una idea por dónde empezar.
Quizá estás pasando por un momento difícil, por una enfermedad, deuda financiera, lo que te toca hacer es ¡resistir!
Si tienes hijos en la adolescencia, es hacer el papel de papá o mamá con paciencia, gozo y ejemplo.
Si tienes un negocio, taller, obra, hay personas que nunca han visto cómo es Dios y tú harás que esas personas vean a Dios por medio de tu vida y vean como es ÉL.
O debes ser luz en ese lugar que necesita luz. O para ti es hacer oración y seguir orando por las necesidades. Quizá eres el profesor, la maestra que hará la diferencia en los alumnos.
Quizá tu hacer es diferente y lo que debes hacer es romper esa relación que sabes que no está bien, ponerle un alto.
O hacer esa llamada para pedir perdón o perdonar. O te toca hacer la diferencia en la familia que aún no conoce a Dios.
Para otros lo que deben hacer es dejar el celular, Facebook y jugar de cuerpo presente con la familia, o ¡estar en familia!
Otros deben hacer esa confesión sobre una adicción, un problema guardado por años.
A otros les toca hacer mucho dinero para hacer una diferencia en el Reino. Para esa me apunto.
Tal vez para ti es hacer esa cita de consejería para trabajar en tu matrimonio. Para otros es hacer ese acto de perdón para alguien más o consigo mismo. Perdónate por no cumplir esa promesa y empieza a hacer lo que debes hacer para acercarte más a Dios.
Tal vez es hablar más con tus hijos y decirles que estás orgulloso, orgullosa de ellos.
Quizá no dije nada relacionado contigo, pero lo que sí se, es que tu contentamiento no lo vas a encontrar persiguiendo tener algo, será cuando descubras lo que Dios te ha llamado a hacer.
Para cristianos maduros, quizá es ser ejemplo, ser humildes, amables, compartir el Amor de Dios con las personas especialmente las difíciles. Hay cosas que puedes hacer porque Dios eleva el hacer por encima del tener para el contentamiento. Todos podemos hacer algo por alguien.
Haremos algo práctico: orar. Cuando quieras tener algo creyendo que eso te hará feliz o te dará contentamiento, recuerda que lo importante es hacer y lo que vas a hacer será una oración y la oración será por uno de nuestros hijos de Casa de Fe.
Tenemos escritos los nombres sin apellidos de nuestros hijos y el nivel escolar. Cuando seas tentado en cualquier área, recuerda orar por ese hijo o hija de Casa y así estarás cumpliendo uno de los deseos de tu Padre Celestial.
Entregar papelitos. Tendrás gozo al saber que tu oración está intercediendo por uno de los hijos queridos de tu Padre Celestial.
En Pastos verdes me haces descansar
Palabra de Dios
Oremos