SER CRISTIANOS CON MENTE BÍBLICA.
llamados a ser cristianos con mente Bíblica. • Sermon • Submitted
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· 352 viewsNecesitamos dejar que Dios cambie nuestra mente carnal, por una mente bíblica.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Es lamentable, pero es cierto el hecho de que muchos cristianos que asisten a Iglesias de buena doctrina, no tienen mente Bíblica.
Eso es fácil verlo y saberlo, pues esta debilidad sale a relucir, en sus conversaciones cotidianas, en sus relaciones, en sus maneras de vivir, en la forma en que se visten, en la manera como gastan su dinero, en la manera en como debaten sobre ciertos temas, en la forma en como tratan a otros.
Eso es visible, pero hay algo más preocupante. El pastor Miguel Nuñez, en su libro, Siervos para su gloria, hablando de tener una mente Bíblica, dice que una encuestadora en Estados Unidos mostró los siguientes hallazgos, luego de haber hecho una encuesta acerca de ,
“Lo que los cristianos conocen de Biblia”
Solo el 50% de los encuestados podían recitar los nombres de los cuatro evangelios.
El 60% no puede recitar si quiera 5 de los 10 mandamientos.
El 50 % opinaron que Sodoma y Gomorra eran esposos.
Otro alto porcentaje, concluyó que el Sermón del monte fue predicado por Billy Graham.
Hermanos, estos hallazgos son triste.
No sólo es triste el comportamiento de muchos cristianos, que muestran que sus mentes, no han influenciado mucho que digamos su vida, y luego la falta de conocimiento Bíblico en las personas.
¿Cuál es el problema?, no se si usted aprecia el problema.
Hay un escritor, de nombre Mark Noll, que publicó un libro con el Título en inglés, pero que en Español, se lle,
“El escándalo de la mente evangélica” Mark Noll.
Este comienza con la frase: “El escándalo de la mente evangélica, es que no existe una mente evangélica”
La ausencia de una mente bíblica imposibilita el discernimiento espiritual, lo cual trae consecuencias al individuo y al pueblo de Dios en general.
En un momento dado de la historia del pueblo hebreo, Dios dice a través el profeta Isaías en (Isa. 5:13).
13 Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.
El pueblo de Dios se fue al exilio debido a sus múltiples acciones pecaminosas,pero Dios atribuyó dicho comportamiento a la falta de una mente bíblica en ellos, que el texto que acabamos de mencionar describe como falta de discernimiento.
Amados hermanos es imposible para el hombre adquirir una verdadera sabiduría sin conocer a Dios primero.
Es precisamente el conocimiento de Dios lo que permite que lleguemos a conocer algo de nosotros mismos para que entonces podamos conocer el resto de lo que nos toca conocer.
Estudiaremos UNA razones por la que los cristianos, les cuesta tener una mente bíblica, y UNA manera en que puede adquirirla.
I. LA CAÍDA DEL HOMBRE(EL PECADO) IMPACTÓ NUESTRA MENTE.
I. LA CAÍDA DEL HOMBRE(EL PECADO) IMPACTÓ NUESTRA MENTE.
Hermanos, Dios creó al hombre (lo bueno); ese hombre desobedece (lo malo); Dios decide redimirlo (lo nuevo) para finalmente glorificarlo (lo perfecto).
En la actualidad todos los creyentes nos encontramos todavía en el proceso de redención, a través del cual Dios procura restaurar todo lo que fue dañado por la caída.
Pero en el proceso, es necesario que podamos comprender de qué manera la caída afectó al ser humano.
La Palabra de Dios usa diferentes adjetivos para referirse a la mente caída y entonces habla de:
Una mente endurecida (2 Cor. 3:14)
14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
Un entendimiento cegado (2 Cor. 4:4)
4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Una mente envanecida (Ef. 4:17)
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
Un entendimiento entenebrecido (Ef. 4:18)
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
Una mente carnal (Col. 2:18)
18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,
Una mente depravada (1 Tim. 6:5)
5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
Una mente embotada (Mar. 6:52)
52 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.
Amados hermanos, la caída del hombre fue tan profunda que posteriormente el apóstol Pablo nos enseña en 1 Cor. 2:14), que, el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente»
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Imagínese, así venimos a Cristo, ese, era nuestro estado, y de alguna manera, esa naturaleza, carnal, el hombre viejo, trata de apercibirnos a lo malo y no a lo bueno, por eso es que nos cuesta aún en el pasar del tiempo, en nuestra vida cristiana, tener una mente Bíblica.
Terriblemente la mente caída produce una orientación del pensamiento y de la vida del hombre totalmente egocéntrica. Adán perdió su orientación vertical (hacia Dios), la cual tenía de manera natural. Luego de la caída, su orientación fue mayormente hacia sí mismo.
Lo mismo nos pasa ahora a nosotros, aunque conocemos a Dios, queremos ser autocomplaciente con nosotros mismos, y nos olvidamos de lo que Dios dice.
Pero eso no es Espiritual es carnal. No tener una mente Bíblica, debe preocuparnos, porque es lo que Dios espera de nosotros ahora que estamos en Cristo.
La pregunta es, ¿qué podemos hacer, para que eso cambié?, eso nos lleva al segundo punto.
II. PARA TENER UNA MENTE BÍBLICA, DEBEMOS DEJAR QUE LA PALABRA DE DIOS INFLUENCIE NUESTRA MENTE.
II. PARA TENER UNA MENTE BÍBLICA, DEBEMOS DEJAR QUE LA PALABRA DE DIOS INFLUENCIE NUESTRA MENTE.
Veamos lo que el salmista enseña. Salmos 119:1-3
1 Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová. 2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan; 3 Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.
El Salmista enseña en el primeros versículos:
Bienaventurados, los perfectos de camino....
Lo que está diciendo, Felices, o doblemente bendecidos, gozo profundo y contentamiento de Dios, para los que son perfectos de camino.
Es decir, el salmista dice que estas personas, son las que gozan del favor de Dios, ¿quienes, son?, los perfectos de camino, los íntegros de camino, que viven en integridad, los que andan conforme a a la ley de Dios.
Hermanos, es importante, que consideremos, que cuando aprendemos a vivir, y a seguir nuestras vidas, con una mente bíblica, andamos conforme a la palabra de Dios, hacemos lo que la palabra de Dios enseña, y somos Íntegros en nuestra manera de andar, Dios dice que somos felices, doblemente bendecido.
Ahora bien, consideremos el hecho de que esa integridad (rectitud de camino), solo la da Dios conforme a su palabra.
¿Cómo sé si yo soy una persona integra?
La respuesta es, si mis decisiones y acciones son las mismas, independientemente de las personas o el lugar donde esté.
Ahora en el versículo 2, el salmista nos enseña cómo se logra esta condición en nosotros? Salmo 119:2
2. Guardando el testimonio de Dios y buscándole de corazón.
2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan;
Recordemos, guardar implica, conocer y aprender, para que quede grabado en nosotros.
Ahora, Dios, no sólo quiere que guardemos su palabra, sino que le busquemos de corazón.
Hay en este versículo una interrelación que debemos considerar.
El corazón, es nuestra vida en si misma, es la parte interior del hombre, lo malo, lo dañado que traíamos del mundo cuando venimos a Cristo, está en él, el corazón, es el centro de operación de nuestro ser, ahí se guarda lo malo y lo bueno.
Entonces, como Dios nos conoce, él quiere, que le busquemos de corazón, es decir, que nos entreguemos a él, que le entreguemos todo lo malo que hay ahí, para él llenarlo con su palabra.
El dice:
23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
26 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.
Entonces Dios quiere que le entreguemos, nuestro intelecto, nuestra voluntad y nuestras emociones, para que sean transformadas por su palabra y podamos tener ahora una mente Bíblica.
Cuando eso pasa la palabra de Dios se convierte en la lampara que alumbra nuestra vida, nuestro camino, así lo dice el salmista más adelante, en Salmos 119:105
105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Hermanos, con esta lámpara, alumbrándonos en todo, no hay manera que tropecemos, así lo dice también el versículo 3.
3. Si permitimos que nuestra mente sea guiada por la palabra de Dios, entonces, no haremos iniquidad delante de Dios. Salmos 119:3
3 Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.
Hermanos, un Cristiano con mente Bíblica, comprende que su pecado, su iniquidad, es contra Dios, que Dios aborrece el pecado y al pecador, aunque su amor esté disponible para todo el que crea, Juan 3:16.
Entonces, aprende, evita pecar, hacer iniquidad en su vida delante de Dios, tendrá temor de Dios, y actuará y vivirá en santidad.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Para ser cristianos con mente bíblica, necesitamos:
Ser conscientes de nuestra naturaleza pecaminosa que no nos ayuda a tener , mente Bíblica.
Necesitamos permitir que la palabra de nos influencie, en nuestro comportamiento, nuestra forma de actuar y pensar, en nuestra integridad y debe ser la base que necesitamos para apartarnos de toda clase de iniquidad.
La pregunta es: ¿Estamos dispuestos?.
Y si no eres cristiano, debes venir a Cristo, para que Dios comience a trabajar en su mente, y te conviertas en una persona con mente Bíblica.
Vamos a orar.