La unidad
Division.
La unidad en la Iglesia
Es la condición esencial para la armonía y el entendimiento en un grupo. No anula la singularidad de los individuos, pero los reúne en torno a objetivos y creencias comunes. La u es requisito indispensable para que la iglesia pueda llevar a cabo su misión llena del Espíritu Santo (Jn. 17:21; Hch. 2:1).
La unidad entre los creyentes depende de esa relación íntima, la morada del Cristo glorificado en ellos como el Padre moraba en el Hijo durante su ministerio terrenal. Otra vez la unidad tiene un doble propósito más allá del gozo que produce para los creyentes; es un propósito misiológico y amante. El hecho de conocer que tú me has enviado es equivalente a “creer en Jesús como el Hijo de Dios”. También, la unidad entre los creyentes revelaría la verdad de que el Padre los había amado (agapao25) como había amado a su Hijo. La unidad que Jesús gozaba con el Padre y deseaba para sus seguidores es esencialmente una unidad espiritual, pero esa unidad tendrá manifestaciones visibles para el mundo incrédulo. Es una unidad que el mundo anhela, pero no logra producir. Por lo tanto, esas manifestaciones de unidad, ausentes del mundo incrédulo, serían poderosamente llamativas y atrayentes. Entonces el mundo exclamará: “¡Mirad cómo se aman!” (ver 11:36).
Marea baja y marea alta
En un sermón misionero J. H. Jowett habló de la importancia de la unión de las distintas razas del mundo para formar una gran familia cristiana. Usó la idea de la marea y dijo: “Durante la marea baja hay multitudes de charcos separados en la playa, pero cuando hay marea alta todos los charcos se juntan y las pequeñas distinciones entre ellos desaparecen en una unión espléndida”. Jesús oraba por esta unión espléndida.