La Necesidad de Escuchar

Marcos 4:1–9 RVR60

1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. 2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: 3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

INTRODUCCIÓN

La oposición que se iba formando contra el Señor por parte de los líderes religiosos desde que Cristo inició su ministerio llega a su punto crítico con la controversia sobre Beelzebú, donde Cristo es acusado de expulsar demonios con el poder de Satanás.

Marcos presenta ahora al Señor enseñando en parábolas, que ilustran las distintas respuestas de rechazo o aceptación a la proclamación del evangelio.

La idea principal de nuestro texto es la necesidad de escuchar y responder a la buena noticia del reino de Dios.

Ahora bien, una parábola básicamente es una historia simple que comunica una verdad o verdades muy profundas. Son como bien lo menciono el hermano Tim la semana pasada, historias terrenales con un significado celestial.

El propósito de las parábolas es tanto revelar como esconder una verdad espiritual.

Para los que están abiertos a la proclamación del reino, las parábolas revelan la verdad, pero para los que tienen un corazón duro, las parábolas les ciegan todavía más.

Des esta manera Dios cumple sus propósitos soberanos incluso por encima de la oposición y el corazón endurecido de gente pecaminosa.

Dicho esto en este mensaje solo trataremos dos asuntos.

LA NECESIDAD DE ESCUCHAR

Marcos 4:3 RVR60

3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;

Como bien podemos ver, la parábola del sembrador empieza con una llamada de atención: ¡Oíd, Escuchad!

Este verbo presente imperativo además, indica la necesidad de atención espiritual continuada.

Marcos nos señala la necesidad de estar espiritualmente atentos. Usa un verbo que nos da el sentido continuado. Es decir, la necesidad de escuchar es y debe ser continua. Afirmando también que debemos poner todos nuestros sentidos en alerta debido a la suprema y superlativa importancia que tiene la parábola y por aplicación por supuesto a la Palabra de Dios.

Y en segundo lugar, el tema que impregna la parábola del sembrador es la necesidad no sólo de escuchar el mensaje sobre el reino, sino el de acatar, respetar, someterse, obedecer a él con fe y producir fruto

ACATAR EL MENSAJE DEL REINO

En la lectura podemos ver el énfasis que el Señor realiza con lo que va a parecer a partir de ahora una muletilla. Sin embargo es como ya mencionamos se trata del énfasis y la implicación de urgencia y necesidad de escuchar y acatar el mensaje.

Marcos 4:9 RVR60

9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

Marcos 4:23 RVR60

23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.

Hubo gente aunque parezca increíble que tenían oídos pero no escucharon, tenían ojos para ver, pero tampoco vieron.

Los líderes religiosos por ejemplo, ellos escucharon el mensaje del Señor, pero inmediatamente lo rechazaron, ya lo habían señalado como empleado de Satanás y así blasfemaron el poder del Espíritu Santo.

Ellos, los líderes religiosos no dan, ni darán fruto, como la higuera estéril que el Señor simbólicamente maldecirá en la última semana de su ministerio.

Y de la gran multitud que estuvo presente, solo unos pocos, los que como dice Marcos estaban cerca del Señor, junto a los doce le preguntaron sobre la parábola.

Marcos 4:10 RVR60

10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola.

Y en el versículo siguiente dice algo que debe llamar nuestra atención.

Marcos 4:11 RVR60

11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;

A los que están cerca del Señor, les es dado a conocer el misterio del reino de Dios, es decir la revelación divina conocida únicamente por Dios y revelada ahora a su pueblo, (los que están cerca).

Lo que el Señor esta haciendo es revelando una nueva verdad y enseñanza acerca del reino de Dios en aquellos corazones receptivos, atentos, deseosos de conocer a Dios y obedientes.

Pero a los que están afuera, por parábolas todas las cosas.

Acá quiero que entendamos mis hermanos que las parábolas en realidad tenían un doble propósito, por un lado esconder la verdad y por el otro lado revelarla claramente.

Mateo 11:25–27 RVR60

25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así te agradó. 27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

En el texto parece que Dios no quiere revelar su Palabra y su propósito a un grupo de gente, pero en realidad es al revés. Dios quiere que todos los hombres incluyéndole a usted le conozcan. El problema es que hay personas que no están para nada interesadas en conocer a Dios ni escuchar su Palabra.

Hay gente que aún dentro de las iglesias pueden estar escuchando pero no escuchando, hay gente que puede venir y escuchar el mensaje o la enseñanza pero al mismo tiempo rechazarlo todo producto de su egocentrismo influenciado por el mundo, la filosofía y la religión.

El texto en Mateo nos habla de niños, no refiriéndose a infantes, sino a personas adultas que son niños en otras palabras humildes. Gente que de verdad estaba interesada y estaba acatando todo lo que el Señor estaba revelando.

A aquellos sabios y entendidos su arrogancia y corazón lejos de Dios todo lo que el Señor habla les queda oculto, no lo pueden entender, no les es revelado, no porque Dios no quiere, sino al revés. Ellos no quieren aceptar a Dios, no quieren la autoridad de Dios, ni su Palabra sobre sus vidas. Ellos son los que están a fuera, y están a fuera no porque el Señor no los quiere cerca de Él, al revés. Ellos no quieren al Señor cerca de ellos.

Y lastimosamente este mundo y la sociedad en la cual vivimos esta llena de gente que no quieren aceptar a Dios, para algunos Dios no existe, para otros es un Dios que hace lo que ellos quieren o que se agrada de sus vidas y les bendice sin importar como viva.

Hay quienes no quieren y no se imaginan la autoridad de Dios ni mucho menos su Palabra sobre ellos.

Para algunos la Biblia es un libro como cualquier otro, aunque la evidencia demuestra lo contrario.

Para algunos la Biblia no tiene autoridad absoluta por eso no importa cuanto se hable o se predique siempre le dará lo mismo y hará lo que mejor le parece.

Para algunos, especialmente los que han inclinado sus oídos a la teología liberal, la Biblia no es la Palabra inspirada, inerrante e infalible de Dios, sino que contiene Palabras de Dios. Por eso de una manera arbitraria toma lo que le conviene o lo que mejor le parece.

No señor. Es necesario que escuchemos y al mismo tiempo que acatemos el mensaje del reino de Dios.

CONCLUSIÓN

Sin lugar a dudas, Dios le ha hablado muchas veces y de muchas maneras. pregunto:

¿Lo escuchaste?

O estabas distraído por el tiempo, por el celular, por tus asuntos.

El problema no es si tenemos o no oídos para escuchar, que, ¡si tenemos!, el problema es que nuestro corazón esta endurecido y como los de Israel, lejos de Dios.

Si Dios le habló y le habla es tiempo de acatar, de obedecer el mensaje de Dios.

¿Cuándo fue la última vez que usted hizo algo que Dios le dijo que hiciera?

Dios te manda a que te arrepientas y te conviertas a Él. la pregunta es ¿ya lo has hecho?

Dios te pide que vivas en luz y no en tinieblas, que no andes como los otros gentiles en la vanidad de su mente. Te pregunto, ¿Cómo estás viviendo cristiano?