ESTUDIO#3 ¿QUE ES LA TEOLOGIA REFORMADA?
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TEMA: SOLA FIDE (LATÍN) - SOLAMENTE POR LA FE.
JUSTIFICACIÓN SOLO POR FE
La confesión de fe de Westminster.
Introducción:
Hoy estudiaremos uno de los pilares mas importantes de la fe cristiana reformada…Justificacion solo por fe.
El reformador de la iglesia Martin Lutero decia que la justificacion solo por fe, es el fundamento por el cual la iglesia se mantiene o se cae.
Juan Calvino, otro reformador importante reformador de la iglesia, dijo algo similar, el dijo; La doctrina solo por fe es la bisagra por la cual todo gira en la vida cristiana.
Hoy estudiaremos esta importante enseñanza que nos libera de toda falsa doctrina, y nos centra en la enseñanza Bíblica.
Vayamos al Capítulo 11 de nuestra confesión de fe de westminster que nos habla de este tema: la justificación- ¿Que hay que hacer para ser salvo?
1- A quienes Dios llama eficazmente, también los justifica gratuitamente:236 no mediante la infusión de justicia en ellos, sino que les perdona sus pecados, y cuenta y acepta sus personas como justas, mas no por algo obrado en o hecho por ellos, sino solamente por causa de Cristo; tampoco les imputa la fe misma, ni el acto de creer o alguna otra obediencia evangélica como su justicia, sino que les imputa la obediencia y satisfacción de Cristo,237 recibiendo ellos a Cristo y descansando en Él y en su justicia mediante la fe, la cual no la tienen de ellos mismos, pues es don de Dios.238 La fe, que de este modo recibe a Cristo y descansa en Él y en su justicia, es el único instrumento de justificación.239 Sin embargo, la fe no está sola en la persona justificada, sino que siempre está acompañada (Continua leyendo la confesión)
VERSÍCULOS BÍBLICOS
236. Ro. 8.30: «Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó».
Ro. 3.24: … siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús».
237. Ro. 4.5-8: … mas al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado».
2 Co. 5.19, 21: «… que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en él».
Ro. 3.22, 24-25, 27-28: «… la justicia de Dios por medio de la Fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, … siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, … ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por las de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley».
238. Hch. 10.44: «Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso».
Gl. 2.16: «… sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado».
Fil. 3.9: «… y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe».
239. Jn. 1.12: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios».
Ro. 3.28: «Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley».
Ro. 5.1: «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
(Continuación de la confesión) de todas las otras gracias salvadoras, y no es una fe muerta, sino que obra por amor. 240 Por medio de su obediencia y muerte, Cristo canceló completamente toda la deuda de todos aquellos que son justificados de este modo, e hizo una adecuada, real y completa satisfacción a la justicia de su Padre, a favor de ellos. 241 Sin embargo, puesto que por ellos, Cristo fue entregado por el Padre 242 y su obediencia y satisfacción fueron aceptadas en lugar de las de ellos, 243 y ambas gratuitamente y no por cosa alguna que haya en ellos; entonces, su justificación es solamente por pura gracia, 244 para que tanto la estricta justicia, como la rica gracia de Dios, sean glorificadas en la justificación de los pecadores.245 Dios, desde la eternidad, decretó justificar a todos los elegidos, 246 y en la plenitud del tiempo, Cristo murió por los pecados de (Continua leyendo la confesión)
VERSÍCULOS BÍBLICOS:
240. Stg. 2.17, 22, 26: «Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta».
Gl. 5.6: «… porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor».
241. Ro. 5.8-10, 19: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, cristo murió por nosotros. Pues mucho más estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos».
1 Ti. 2.5-6: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, de lo cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de los cual se dio testimonio a su debido tiempo».
242. Ro. 8.32: «El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas cosas?».
243. 2 Co. 5.21: «Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él».
Mt. 3.17: «Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia».
Ef. 5.2: «Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios a Dios en olor fragante».
244. Ro. 3.24: «… siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús».
Ef. 1.7: «… en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia».
245. Ro. 3.26: «… con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús».
Ef. 2: «… para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús».
246. Gl. 3.8: «Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones».
1 P. 1.2, 19-20: «… elegidos según la presencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. …sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros».
(Continuacion de la confesión) ellos y resucitó para su justificación. 247 Sin embargo, no son justificados hasta que Cristo les es realmente aplicado, por el Espíritu Santo, a su debido tiempo.248 Dios continúa perdonando los pecados de aquellos que son justificados; y aunque nunca caigan del estado de justificación,249 sin embargo, por sus pecados, pueden caer bajo el desagrado paternal de Dios, quien no les restaura la luz de su rostro hasta que se humillen, confiesen sus pecados, imploren su perdón y renueven su fe y arrepentimiento.250 Bajo el Antiguo Testamento, la justificación de los creyentes era, en todos sus aspectos, una y la misma que la justificación de los creyentes bajo el Nuevo Testamento.251
VERSÍCULOS BÍBLICOS
Ro. 8.30: «Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó».
247. Gl. 4.4: «… pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley».
1 Ti. 2.6: «… el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo».
Ro. 4.25: «… el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación».
248. Col. 1.21-22: «Y a vosotros también, que erais en otros tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin manchas e irreprensibles delante de él».
Gl. 2.16: «… sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado».
249. Lc. 22.32: « pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos».
Jn. 10.28: «… y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano».
He. 10.14: «… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados».
250. Sal. 89.31-33: «Si profanares mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos, entonces castigaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades, mas no quitaré de él mi misericordia, ni falsearé mi verdad».
Sal. 51.7-12: «Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente».
251. Gl. 3.9, 13-14: «De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu».
Ro. 4.22-24: «… por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, señor nuestro, …».
He. 13.8: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos».