El pecado de codicia y desobediencia
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· 940 viewsEl pecado de Acán nos enseña que no hay nada oculto para Dios, y el pecado tiene consecuencias para todos.
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El Pecado codicia y desobediencia
El Pecado codicia y desobediencia
Josué 7:1 (RVR60)
Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.
Introducción
Introducción
Antes de la toma de Jericó, Dios ordena a Josué no tomar nada del botín, todo el oro le pertenecía al tabernáculo, y todas las demás cosas, personas y animales debían ser quemadas y destruidas, a excepción de Rahab.
“Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis. Josué 6:18”
Anatema es apartado para destrucción.
Pero un hombre llamado Acán, cuyo nombre significa perturbador, desobedeció esta orden de Dios, trató de ocultar su pecado y trajo desgracia a Israel.
El Pecado de Acán
El Pecado de Acán
Mientras tomaban Jericó, Acán vio, codició y tomó un manto babilónico, 200 monedas de plata, un lingote de oro de 1 libra y los escondió bajo tierra en su tienda (Josué 7:21),
Erróneamente pensó que nadie lo descubriría. “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Hebreos 4:13”
Acán, entre otros pecados, transgredió el décimo mandamiento: “no codiciarás” (Éxodo 20:17)
La codicia conduce a otros pecados: El adulterio, robo, corrupción, asesinato, envidia, en este caso a la desobediencia, la mentira y el engaño.
Mientras Acán ocultaba su pecado, el pueblo celebraba la victoria contra Jericó, y se disponían a atacar el próximo pueblo: Hai.
Josué y el pueblo confiados de su victoria en Jericó, no consultan a Dios, toman la desición de enviar un pequeño grupo de 2000 a 3000 hombres a Hai, confiando que tendrían la victoria.
Grande fue su decepción cuando fueron derrotados por los pocos pobladores de Hai. Murieron 36 israelitas.
Una oración de reclamo
Una oración de reclamo
Josué 7:7–9 (RVR60)
7 Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! 8 ¡Ay, Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos? 9 Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre?
la oración de Josué era más un reclamo que mostró desconfianza en las promesas de Dios.
Muchas veces nuestra actitud ante la adversidad es tratar de culpar a Dios por nuestras derrotas, sin considerar antes nuestras acciones.
Dios había prometido a Josué y al pueblo darles darles la victoria sobre sus enemigos si eran obedientes a su Palabra. Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
Debemos confiar en que Dios cumplirá sus promesas, y si las cosas no salen bien, el problema está en nosotros y no en Dios.
Dios le declara a Josué que su derrota se debió a que había pecado no confesado en el pueblo: Josué 7:10-11 “Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.”
El pecado corta nuestra relación con Dios:
“Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Juan 9:31”
En ese caso Dios, no puede cumplir su promesa hasta que se arrepienta y confiese su pecado.
El pecador descubierto
El pecador descubierto
Josué 7:19 (RVR60)
Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.
El pecado de un hombre había perturbado todo el pueblo, “Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación v.1” La culpa del pecado de Acán cayó sobre el pueblo entero, así como Adán perjudicó a la humanidad entera: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12”
Quizá Acán pensara: ¡Qué daño puede causar mi pecado!
Así Satanás hace creer al que peca que su ofensa no afecta a nadie, pero vemos en el ejemplo de Acán que no es así. El pecado de Acán provocó que todo el pueblo se desanimara, que 36 hombres inocentes murieran.
El pecado de Acán provocó la derrota, pero también hizo pecar al pueblo porque ellos murmuraron y culparon a Dios de la derrota.
El pecado de tropiezo es condenado por Dios: “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Lucas 17:1–2.”
Así que aquellos que son mal ejemplo influencian a otros a la rebeldía, a la lascivia con su vestimenta provocativa, con su arrogancia hace sentir menospreciado a otro, están haciendo caer a uno de los pequeñitos.
Conclusión
Conclusión
Ahora debía el pueblo santificarse y corregir el pecado para que fuera quitada la maldición:
Josué 7:13 “Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.”
También fue necesario que Acán confesara su pecado:
Josué 7:19 “Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.”
Acán tuvo que confesar su pecado: «Vi … codicié … tomé … escondí …» (v. 21).
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13”
Este acontecimiento nos enseña:
No debemos emprender nada sin antes buscar la dirección de Dios, si Josué hubiese orado a Dios antes de ir a la batalla, Dios le habría revelado el pecado de Acán.
No pretendamos engañar a Dios cometiendo pecado y creyendo que no tendrá consecuencias. “¿Qué ocurrirá cuando descubra lo que hacen? ¿Creen que pueden engañarlo tan fácilmente como lo hacen con la gente? Job 13:9”
Tú pecado puede afectar también a tu familia, iglesia y comunidad.
Aléjate de la codicia.
Si estas en una situación de pecado, recuerda que siempre puedes encontrar perdón en Cristo:
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1”