Miembros los unos de los otros
EL PENSAMIENTO TEOLÓGICO DE LA IGLESIA EN PABLO
La iglesia para Pablo es un cuerpo vivo que tiene funciones para desarrollar actividades en bien de la comunidad que le rodea. El cuerpo como un organismo vivo es equiparado con la iglesia como una comunidad viviente cuando expresa “…de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros…, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero todos somos miembros los unos de los otros” (Rom. 12:4, 5); esta analogía encierra el sentido de la unidad y la diversidad que opera en un cuerpo, así debe ser en la comunidad. Un cuerpo tiene una cabeza la cual dirige todas las acciones del cuerpo (Col. 1:18) siendo Cristo cabeza y cuerpo al mismo tiempo hace que la iglesia no se sienta sin una autoridad que le guía en el propósito de llevar el evangelio al mundo. Esta cabeza, de quien el cuerpo extrae la vida para coordinar y nutrirse implica una dependencia siempre de ella.
Pablo habla de la iglesia como una comunidad que debe salir y llamar a la gente al arrepentimiento. Esta iglesia es de Cristo, él la dirige, en ella hay santos y se compone de todas las razas sin distinción de posición social o cultural. El Apóstol dice que es deudor “a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a ignorantes” (Rom. 1:14) en el sentido de que el evangelio es para todos y la iglesia no se circunscribe a comunidades locales.
La diversidad de términos que usa Pablo para hablarnos de la iglesia es muy variada, metáforas como: pueblo de Dios, edificio, cuerpo de Cristo, el matrimonio, nos llevan a pensar en un Cristo que se corporiza en la iglesia, otorgando ministerios a través de los dones que tienen como propósito edificar a la misma iglesia para su desarrollo y crecimiento (Rom. 12:6–8; 1 Cor. 12:1–31; Ef. 4:11). Dado que la iglesia es todo esto, no hay lugar para la competencia o el celo, sino que es el sitio para compartir, el lugar donde todos tienen cosas en común.
La Inmadurez Espiritual de la Iglesia Motiva la Analogía de Pablo
“Es nuestro cuidado por los necesitados, nuestros actos de amor y misericordia que nos graba a fuego en los ojos de muchos. Ellos dicen: ‘¡Mirad cómo se aman! ¡Mirad cómo están preparados para morir unos por otros!’ ” (Tertuliano, padre de la iglesia). “Es increíble ver el fervor con el que la gente de esa religión se ayudan unos a otros en sus necesidades. Su primer legislador, Jesús, les ha metido en la cabeza que son hermanos”. (Luciano, escritor griego no-cristiano, del siglo I, asombrado por la relación cálida y afectuosa entre cristianos.) “Se aman unos a otros. Nunca dejan de ayudar a las viudas; salvan a los huérfanos de quienes les hacen mal. Si tienen algo, lo dan al hombre que no tiene nada; si ven a un extraño, lo hospedan en su casa y lo tratan como a un hermano. No se consideran a sí mismos hermanos en el sentido usual de la palabra, sino hermanos a través del Espíritu, en Dios.” (Arístides, hablando de los cristianos al emperador romano Adrián.)
EL PENSAMIENTO TEOLÓGICO DE LA IGLESIA EN PABLO
La iglesia para Pablo es un cuerpo vivo que tiene funciones para desarrollar actividades en bien de la comunidad que le rodea. El cuerpo como un organismo vivo es equiparado con la iglesia como una comunidad viviente cuando expresa “…de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros…, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero todos somos miembros los unos de los otros” (Rom. 12:4, 5); esta analogía encierra el sentido de la unidad y la diversidad que opera en un cuerpo, así debe ser en la comunidad. Un cuerpo tiene una cabeza la cual dirige todas las acciones del cuerpo (Col. 1:18) siendo Cristo cabeza y cuerpo al mismo tiempo hace que la iglesia no se sienta sin una autoridad que le guía en el propósito de llevar el evangelio al mundo. Esta cabeza, de quien el cuerpo extrae la vida para coordinar y nutrirse implica una dependencia siempre de ella.
Pablo habla de la iglesia como una comunidad que debe salir y llamar a la gente al arrepentimiento. Esta iglesia es de Cristo, él la dirige, en ella hay santos y se compone de todas las razas sin distinción de posición social o cultural. El Apóstol dice que es deudor “a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a ignorantes” (Rom. 1:14) en el sentido de que el evangelio es para todos y la iglesia no se circunscribe a comunidades locales.
La diversidad de términos que usa Pablo para hablarnos de la iglesia es muy variada, metáforas como: pueblo de Dios, edificio, cuerpo de Cristo, el matrimonio, nos llevan a pensar en un Cristo que se corporiza en la iglesia, otorgando ministerios a través de los dones que tienen como propósito edificar a la misma iglesia para su desarrollo y crecimiento (Rom. 12:6–8; 1 Cor. 12:1–31; Ef. 4:11). Dado que la iglesia es todo esto, no hay lugar para la competencia o el celo, sino que es el sitio para compartir, el lugar donde todos tienen cosas en común.