Lecciones del Jardín
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Introducción
Introducción
Las ultimas dos (2) semanas el mundo ha estado expectante a los evento que están tomando lugar en la nación de Afganistan.
La precipitada retirada de las tropas americanas.
El rápido asenso del régimen Taliban al poder.
La gran cantidad de ciudadanos que han preferido el exilio, antes que permanecer en su propia nación.
Estas imagines han cautivado nuestra atención, al igual que alterado nuestras emociones.
La semana pasada, mientras orábamos en Capilla por el pueblo de Afganistan, mi primera reacción fue pedirle a Dios que:
Que proteja a nuestros hermanos y hermanas en Afganistan, de la persecución de los Talibanes.
Que libre a su pueblo de tribulaciones.
Fue en ese momento que el Espiritu Santo me confrontó:
¿Y si Dios quiere fortalecer su Iglesia en Afganistan por medio de la persecución?
¿Y si Dios quiere sembrar el Evangelio con la sangre de sus Santos?
No fue el mismo Padre Tertuliano que, ante la persecución Romana hacia los cristianos, dijo:
“La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia.”
Entonces, la pregunta es: ¿cómo debemos orar por el la Iglesia en Afganistan?
Mejor aún, si tu estuvieras en “estos zapatos”, ¿Cuál sería tu oración?”
“Nuestro pasaje de esta mañana nos ayudará a responder esta pregunta. Por favor acompáñenme a Marcos 14:32-42.”
32 Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro.» 33 Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza. 34 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir—les dijo—. Quédense aquí y vigilen.» 35 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. 36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.» 37 Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. «Simón—le dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora? 38 Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.» 39 Una vez más se retiró e hizo la misma oración. 40 Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle. 41 Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
Yo sé que este pasaje nos presenta con muchas preguntas. Algunas de ellas serán contestadas esta mañana.
Sin embargo, hay tantas enseñanzas y tanta verdad tan solo en la superficie de este pasaje, que si nos enfocamos mucho en lo que no entendemos, perderemos de vista lo que sí podemos entender.
Prefacio
Prefacio
La Humanidad de Jesus
La Humanidad de Jesus
“Antes que trabajemos con nuestro texto de este mañana, es importante que establezcamos una firme zapata o fundamento, sobre la cual podamos trabajar.”
Este pasaje nos presenta a un Jesus, que no estamos acostumbrados a ver:
En términos generales, la mayoría de nosotros no tiene problemas en afirmar la Deidad de Jesus.
Vemos los milagros y prodigios de Jesus y decimos: “Esto es algo que haría el Hijo de Dios.”
Tampoco tenemos problemas en afirmar la humanidad de Jesus, pero, no nos sentimos tan cómodo viendo a un Jesus tan humano como nosotros.
Es fácil para nosotros pensar en un Jesús que:
Conoce los pensamientos de las personas.
Camina sobre las aguas.
Resucita a los muertos.
Es difícil para nosotros pensar en un Jesús que:
Bromeara con sus discípulos.
Tuviera necesidades, incluso limitaciones físicas.
Que luchará con tentaciones.
“Sin embargo, este es el Jesus que vemos en este pasaje.”
No solo vemos a un Jesus vulnerable, sino que tenemos una ventana a como Jesus enfrentaba sus tentaciones.
Las Tentaciones de Jesus
Las Tentaciones de Jesus
El autor de Hebreos nos dices estas importantes palabras sobre Jesus:
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
¿Que significa esto?
“Todas las formas en la que tú y yo podemos ser tentados, Cristo fue tentado.”
Ciertamente Jesus no fue tentado en comprar el ultimo iPhone o el ultimo modelo de carro, solo para impresionar a los demás. Pero Jesus fue tentado en recibir la adulación de todos los reinos del mundo.
Posiblemente Jesus nunca fue tentado a mentir en su declaración de impuestos o en hacer negocios ilícitos con el fin de proveer a nuestras necesidades físicas. Pero Jesus fue tentado en comer el pan que no le correspondía comer.
Jesus experimentó todas nuestras tentaciones, con la única excepción de que en ninguna cedió.
“Cuando llegamos al Jardín de Getsemaní, no solo vemos a Jesus luchando con la tentación, tambien vemos a Jesus triunfando sobre la tentación.”
La Lucha de Jesus
La Lucha de Jesus
Otra razón por la que luchamos con este pasaje es porque vemos a un Jesus que aparenta resistir la voluntad del Padre.
Durante todo su ministerio Jesus había anunciado que para este propósito vino al mundo, “para dar su vida en rescate de muchos.” (Mk. 10:45)
Más aun, Jesus había afirmado que era necesario que el Hijo de hombre sufra mucho y que muera. (Lk. 9:22)
¡¿Ahora resulta que Jesus no quiere ir a la cruz?! ¿Se esta retractando Jesus?
“No, mis queridos hermanos.”
Lo que sucede es que Jesus esta encarando su Cruz, no desde su Divinidad, sino desde su Humanidad.
Jesus no esta enfrentando la cruz como el Hijo de Dios, sino como el Hijo del Hombre.
[Tono Solemne] “Dicho de otra manera, Jesus esta enfrentando la cruz desde nuestra posición, como tú y yo la enfrentaríamos.”
Por esta razón, este pasaje es de vital importancia para nosotros.
Al enfrentar sus tentaciones, Jesus no esta empleando herramientas fuera de nuestro alcance. Él esta empleando las herramientas de nuestro taller.
Bosquejo
Bosquejo
Como habíamos mencionado antes, estos versículos nos abren una ventana a cómo Jesus enfrentó sus tentación.
“Mas específicamente, cómo Jesus, en obediencia y sumisión, aceptó una realidad que no quería aceptar.”
Su mayor tentación en este momento, es no aceptar lo que Dios había preparado para Él.
El Jardín de Getsemaní nos ayuda a responder la pregunta: ¿Cómo aceptamos la voluntad de Dios, cuando no queremos aceptar la voluntad de Dios?
La respuesta esta en tres (3) verdades que aprendemos de este pasaje, y que necesitamos “predicarnos” cuando estamos enfrentando estas difíciles decisiones.
Reconoce la Tendencia de los Hombres
Reconoce la Tendencia de los Hombres
Reconoce que nuestras emociones no son decisivas.
Reconoce que nuestras emociones no son decisivas.
A través de los Evangelios hemos visto a Jesús tentado de diversas ocasiones.
Mateo, Marcos & Lucas nos relatan como Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado cuarenta (40) días por Satanás.
Cuando Pedro trató de convencer a Jesus que no vaya a la cruz, Jesus le respondió, “Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar.” (Mt. 16.23)
Pero en ninguno de estos instantes vemos tantas emociones y tanta vulnerabilidad, como en este instante, en el Jardín de Getsemaní.
“De todas las pruebas, de todas las tentaciones que Jesus experimentado, ninguna ha sido mayor que esta.”
Las evidencias están en el texto:
“Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza.” (v33)
“Es tal la angustia que me invade que me siento morir.” (v34)
“Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.” (v35)
Para el Judío, orar “postrado en tierra” no era la postura habitual de oración.
Orar “postrado en tierra” era una señal de gran suplica y humillación.
Lucas nos dice que Jesus estaba tan angustiado, que “su sudor era como gotas de sangre.” (Lk 22.44)
A pesar de todo esto, vemos algo interesante en Jesús: en ningún momento Jesús cedió a sus emociones.
Ciertamente sus emociones eran reales y genuinas.
Ciertamente Jesus tenia razón legítimas para sentirse de esta manera.
Pero Jesus no permitió que sus sentimientos tengan la última palabra.
¿Por qué esto es interesante?
Porque vivimos en una sociedad embriagada con sus emociones.
Todo lo que te haga feliz, todo lo traiga placer, independientemente si es correcto o no, ¡bienvenido sea!
Todo lo que te haga sentir triste, todo lo que te ofenda, independientemente si es correcto o no, ¡deséchalo!
Quisiera decir que esto solo sucede en el mundo, pero lamentablemente, muchas veces traemos ese pensamiento a la Iglesia, y nuestras propias vidas.
Nos ofendemos por la amonestación de un hermano, antes de considerar si lo que dice es bíblico y cierto.
A veces es algo tan sutil como decir, “hoy no tengo ganas de congregarme con la Iglesia”, en vez de considerar si necesito o no congregarme. La respuesta siempre es si.
[Tono Solemne] Posiblemente esta es la más común: ¿Cuántas veces hemos cedido a la tentación simplemente porque valoramos más el placer del pecado que las promesas de Cristo?
“Nuevamente, no estoy diciendo que nunca consideres tus sentimientos, pero cuando la autoridad de tus emociones esta por encima de la autoridad de Cristo, tenemos un problema.”
Nuestras emociones son importantes, pero no son decisivas.
Mis sentimientos, ya sean agradables o no, no tienen la última palabra.
Jesus, en su naturaleza humana, no sintió ningún deseo de ir a la cruz. Angustia, temor y tristeza fue todo lo que sintió al considerar la cruz.
“Amada iglesia, gracias a Dios que Jesus no cedió a sus emociones.”
Reconoce que nuestra voluntad esta corrompida.
Reconoce que nuestra voluntad esta corrompida.
En estos momento es pertinente hacer la pregunta: ¿Cuál fue la tentación de Jesus?
Jesus no sintió temor y angustia por morir en la cruz.
Jesus sintió temor y angustia por lo que la cruz representaba.
El sabía que morir en la cruz era:
Asumir todos los pecados de la humanidad.
Asumir todas las consecuencias de nuestro pecados.
[Presentar el Mensaje del Evangelio]
“Querido amigo(a) que nos visitas, estos versículos debe cambiar la manera como vemos el pecado.”
Tu pecado no es un error que cometiste.
Tu pecado no es una travesura.
Tu pecado no es un “guilty pleasure” o “placer culpable”
“Tu pecado es una ofensa, un acto de rebelión, contra el Dios todo poderos.”
Un crimen de alta traición contra tu Creador.
Crimen, que Jesus tuvo que pagar en tu lugar.
William Hendriksen, en su comentario de Marcos, nos ayuda a entender este misterio:
“¿Que clase de muerte experimentó Jesus? […] ¿Muerte eternal? […] Si por muerte eternal nos referimos a que durante su vida en la tierra, y especialmente en Getsemaní y en la cruz, Jesus sufrió todo el equivalente de lo que su pueblo hubiera sufrido si nadie hubiera muerto en su lugar, la respuesta es , Si […] Dicho de otra forma, el infierno, tal cual, vino a El en Getsemaní y en Gólgota, y el descendió dentro de el, y experimento todos sus terrores.”
Si Cristo asumió nuestros pecados.
Y si nuestros pecados merecen el castigo del Infierno.
[Tono Solemne] Entonces, lo que tú y yo hubiéramos experimentado en el infierno, Jesus lo experimentó en la cruz.
Esta es la “copa amarga” que Jesus resistía tomar.
“Empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.” (v35)
“Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo.” (v36)
¡Pero NADA de esto ha sucedido todavía! ¡La copa no ha sido servida!
Lo que vemos en el Jardín de Getsemaní, es la lucha interna de Jesus. De aceptar la voluntad del Padre, por mas aterradora que sea.
No porque Jesus no estaba de acuerdo o no quiere obedecer la voluntad del Padre.
Sino porque Jesus tambien era hombre.
El mismo testifica de esto en el versículo 38.
38 Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.»
Estas palabras son tan ciertas para los discípulos, como para Jesus.
Jesus no esta hablando como aquel que esta fuera de la tentación, ¡sino como aquel que esta atravesando la tentación!
“La lucha de Jesus, entre su voluntad divina y su voluntad humana, nos recuerda que nuestra obediencia a Dios no nace de manera natural.”
Nuestro instinto natural siempre es oponernos a la voluntad de Dios.
La voluntad de Dios nos lleva a humillarnos y someternos a El.
Mientras que nuestra voluntad, nos lleva a exaltarnos y servirnos a nosotros mismos.
“El problema no es que luchemos, pues el mismo Jesus luchó con esto, el problema es que aveces nos rendimos muy rápido.”
Cuando la tragedia llega al matrimonio, nos apresuramos a tirar la toalla.
Cuando la enfermedad toca a nuestra puerta, queremos que salga antes de preguntar porqué Dios la mando a tocar nuestra puerta.
“En otras ocasiones, terminamos aceptando la voluntad de Dios, pero no la abrazamos.”
Aceptamos al voluntad de Dios, porque no tenemos de otra. Sin darnos cuentas que poco a poco nos hundimos en la amargura.
“Estamos donde Dios quiere que estemos, pero no estamos como Dios quiere que estemos.”
[Tono Apasionado] "Hermanos, si Dios te da limones, ¡pelea! ¡Pelea contigo mismo! ¡Pelea, hasta que encuentres el gozo de preparar tu mejor limonada, para nuestro Rey & Señor!
Considera el Testimonio de Dios
Considera el Testimonio de Dios
A pesar de la lucha y resistencia del Hijo en beber la copa que el Padre le ha preparado, en ningún momento vemos al Padre forzando al Hijo a beber la copa.
“Los eventos del Jardin de Getsemaní concluyen con la voluntad humana, sometiéndose a la voluntad divina, de manera voluntaria.”
¿Cómo fue esto posible? ¿Dónde vemos el cambio? La respuesta esta en la oración de Jesus.
36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Jesus inicia su oración con la “famosa” introducción, “Abba, Padre.”
“Abba” es un término que muestra la intimidad de un hijo hacia su padre.
Aunque era un termino común, los Judíos nunca lo empleaban para dirigirse a Dios.
“Marcos es el único de los Evangelios que incluye esta palabra, lo cual nos da a entender que Marcos es intencional en presentarnos el nivel de intimidad que tienen el Padre y el Hijo.”
A continuación, Jesus reconoce que para su Padre,“todo es posible.”
Jesus esta reconociendo la omnipotencia de Dios.
Es decir, Dios es todopoderoso.
Es interesante lo que hace Jesus aquí.
Jesus conoce bien a su Padre. Esto no nos sorprenda porque previamente Jesus ha dicho que, “El Padre y yo somos uno.” (Jn 10.30)
Jesus sabe que “todo es posible” para el Padre.
“Si el Padre puede evitar que el Hijo bebe de la copa amarga, y, aun así, el Padre decide darle la copa al Hijo, el hijo tiene suficiente conocimiento de Padre para confiar en El, a pesar de todo.”
[Con Ternura] Jesus confía en la voluntad del Padre, porque Él sabe que su Padre es bueno, y amoroso.
El Padre es todopoderoso para quitar la copa de la mano de Jesus.
Pero si el Padre decide no hacerlo, es porque el Padre es todo sabio, y entiende que es mejor no quitar la copa.
Ya sea que le quite o no la copa, Jesus sabe que su Padre es amor. Por ende, cualquiera que sea su decision, va a ser motivada por amor.
“Lo que estoy tratando de decir es lo siguiente: Jesus conoce al Padre lo suficiente para confiar en Él, cualquier que sea su voluntad.”
Permíteme hacerte la pregunta ¿Y tú?
¿Qué tanto conoces a tu Padre?
¿Lo conoces lo suficiente como para decir, “pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.” (v36)
Esta es la confianza que vemos en los amigos de Daniel (Ananías, Misael, y Azarías).
17 Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. 18 Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua.
Ellos tenían plena convicción que Dios podía librarlos del horno.
Ellos tambien tenían la convicción que Dios no estaba obligado a librarlos.
“La única obligación de Dios, es con si mismo, con su carácter. Por consecuencia, ellos sabían que cualquiera que sea la voluntad de Dios, iba a ser buena, agradable y perfecta.” (Rom 12.2)
¿Me permites darte otro ejemplo? Job.
Las aflicciones de Job no necesitan ser explicadas.
Pero en medio de su sufrimiento, brevemente Job afirma:
Job 13:15a (NBLA)
15 »Aunque Él me mate, En Él esperaré.
“Aunque Dios sea mi verdugo, en el confiaré.”
[Tono Solemne] Yo sé que hay algunos en nosotros que en estos momentos sienten a Dios más como un verdugo que como un Padre.
La crisis financiera ha caído como una avalancha sobre tus hombros.
Te sientes ahogado en un océano de depresión y soledad.
Cada vez que intentas levantarte, viene la vida te golpea más duro.
A ti, que has perdido toda esperanza, y todo aliento, Dios te dice:
“ESPERA”
No me esperes A mi - No esperes que Dios cumpla TU voluntad, porque te vas a cansar.
Espera EN mi - Donde sus misericordias se renuevan día a día.
[Tono Solemne] Y RECUERDA: “Dios te esta amando, por medio de esta tribulación.”
“Cuando no puedes confiar en los caminos de Dios, confía en el carácter de Dios.”
Presenta tus Temores en Oración
Presenta tus Temores en Oración
Una de las lecciones más importante de este pasaje, no esta tanto en el contenido, sino en la forma.
En su momento de mayor agonía.
En la hora más oscura de su vida terrenal.
En el momento más decisivo de su ministerio terrenal.
JESUS ORÓ.
Sometemos nuestra voluntad a la del Padre.
Sometemos nuestra voluntad a la del Padre.
Una de las disciplinas espirituales más descuidada de nuestros tiempo es la oración.
No oramos cuando debemos orar.
Y cuando oramos, no oramos lo suficiente - No es suficiente porque no nos damos a la oración.
“Es como si la oración fuera un estorbo para nuestro estilo de vida, cuando en realidad la oración debe ser nuestro estilo de vida.”
Sin embargo, cuando leemos los evangelios y estudiamos la vida de nuestro Señor, vemos que de todas sus necesidades terrenales, la oración era la primera de ella.
Más importante que comer.
Más importante que dormir.
“Jesus había venido al Jardín de Getsemaní, a orar. ¿Y cuál era el propósito de su oración?
Traer sus luchas delante del Padre.
Jesus no trató de disimular delante del Padre.
No vino con palabras elocuentes o espirituales.
El Hijo vino delante del Padre con toda franqueza:
“Hay una tarea que debo cumplir, y no quiero cumplirla.”
“Ayúdame a cumplirla.”
Dios no espera que NUNCA tengamos luchas, sino que traigamos nuestras luchas delante de Él. Aun cuando nuestras luchas son con Dios.
Los Salmos nos enseñan esto:
1 ¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?
13 Yo, Señor, te ruego que me ayudes; por la mañana busco tu presencia en oración. 14 ¿Por qué me rechazas, Señor? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
Ciertamente estas son palabras fuertes, pero sinceras.
“Dios no tiene miedo de ser cuestionado. Pero, por el bien de tu alma, cuestiónalo en oración.
[Con Pasión] “Si tienes que luchar con Dios, ¡lucha! Pero lucha de rodillas.
¡No pares de luchar hasta que Dios te venza.”
Someter su voluntad a la del Padre.
Es evidente que Jesus no estaba tratando de cambiar la voluntad del Padre, sino para conformar su voluntad a la del Padre.
¿Por qué el Padre no accedió a la petición del Hijo?
¿Falta de fe? No.
¿Pecado en sin confesar? De ninguna manera.
El Padre puede conceder todas nuestra oraciones, pero no tiene que conceder todas nuestras oraciones.”
“La oración no consiste en cambiar la mente de Dios, sino en encontrar nuestro alineamiento con la voluntad de Dios.” - R. T. France
El ejemplo de Jesus nos enseña cómo debemos orar. Pero hay otro ejemplo del cual podemos aprender: los discípulos.
El ejemplo de los discípulos nos enseñan las consecuencias de NO orar.
Jesus les advierte en el versículo 38:
38 Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.»
Mientras Jesus oraba, los discípulos dormían.
Mientras Jesus reprimía su carne, los discípulos la consentían.
Los resultados no pueden ser mas evidentes.
Jesus descendía victorioso a la cruz, sus discípulos se escondían humillados.
[Tono Solemne] “Jesus venció la tentación, pero la tentación venció a sus discípulos.”
[Tono Dramático] “Las palabras de Jesus retumban a travez de la historia y hoy resuenan en nuestros corazones, diciéndonos que su advertencia sigue vigente.”
“Amada Iglesia, vigilemos y oremos para que no caigamos en tentación. Nuestro espíritu está dispuesto, pero nuestro cuerpo es débil.”
Encaramos nuestros temores, confiando en el Padre.
Encaramos nuestros temores, confiando en el Padre.
Nuestro relato concluye de la siguiente forma:
41 Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
Aquel que estaba postrado en tierra, ¡ahora se levanta victorioso!
Aquel que estaba renuente de ir a la cruz, ahora le dice a sus discípulos: ¡Vámonos!
Cristo pasó la prueba. Jesus venció la tentación. La voluntad del Hijo y la voluntad del Padre se consagraron en una sola voluntad.
“Y ahora el Hijo descendía determinado a beber la copa amarga, que el Padre había preparado desde antes de la fundación del mundo.”
Epílogo
Epílogo
“No podemos concluir nuestro tiempo en el Jardín de Getsemaní, sin mencionar otro Jardín, el Jardín del Eden.”
Miles de años atrás, el Primer Adán fue confrontado con la misma tentación:
Obedecer la voluntad del Padre.
U, obedecer a la voluntad humana.
El Primer Adam cedió a la tentación.
No solo alienando a toda la raza humana del Padre.
Tambien corrompiendo nuestra naturaleza por siempre.
Esta es la razón por la cual los discípulos no podían resistir la tentación.
Esta es la razón por la cual tú y yo no podemos, ni queremos rechazar el pecado.
Nuestra naturaleza esta corrompida.
No tenemos las fuerzas ni el deseo de vencer la tentación.
Pero todo esto cambió con la venida del Segundo Adán.
En el Jardín de Getsemaní, el Segundo Adán (Jesus), hizo lo que el Primer Adán no pudo hacer en el Jardín del Eden: fue obediente al Padre.
Más aun, Jesus redimió para nosotros una nueva naturaleza.
Una naturaleza conforme a la igual que Jesús, no esta obligada a pecar.
Una naturaleza que hace posible que obedezcamos al Padre.
“Dios ya no nos considera sobre las bases del Primer Adán, ahora nos considera sobre las bases del Segundo Adán.”
Conclusión
Conclusión
¿Cómo, entonces, podemos orar por nuestros hermanos y hermanas en Afganistan?
Oramos como nuestro Señor Jesus nos enseñó a orar.
Oremos.-
“Padre nuestro que estás en el cielo,
Santificado, glorificado, consagrado sea tu nombre.
Venga tu reino, anhelamos tu venida. Necesitamos tu venida.
Más hágase tu voluntad en nuestras vidas, en nuestra Iglesia, en las vidas de los millones de personas de Afganistan, y en tu Iglesia que será perseguida, asi como en el cielo."
Danos el pan que necesitamos cada día. Suple para nuestras necesidades. Suple para las necesidades de tu pueblo en Afganistan. Como siempre lo has hecho.
Perdona nuestra incredulidad. Perdona nuestros enemigos, pues no saben lo que hacen. Ten misericordia del régimen talibán.
Líbranos de las tentaciones. Mantén a tu Iglesia firme hasta que tú vengas o nos llames a casa.
Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén