Sermon Tone Analysis

Overall tone of the sermon

This automated analysis scores the text on the likely presence of emotional, language, and social tones. There are no right or wrong scores; this is just an indication of tones readers or listeners may pick up from the text.
A score of 0.5 or higher indicates the tone is likely present.
Emotion Tone
Anger
0.08UNLIKELY
Disgust
0.1UNLIKELY
Fear
0.13UNLIKELY
Joy
0.22UNLIKELY
Sadness
0.16UNLIKELY
Language Tone
Analytical
0UNLIKELY
Confident
0UNLIKELY
Tentative
0UNLIKELY
Social Tone
Openness
0.15UNLIKELY
Conscientiousness
0.15UNLIKELY
Extraversion
0.47UNLIKELY
Agreeableness
0.59LIKELY
Emotional Range
0.13UNLIKELY

Tone of specific sentences

Tones
Emotion
Anger
Disgust
Fear
Joy
Sadness
Language
Analytical
Confident
Tentative
Social Tendencies
Openness
Conscientiousness
Extraversion
Agreeableness
Emotional Range
Anger
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.7 - .8
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En nuestra sesión anterior, vimos que el apóstol había comenzado a describir la primera causa del problema de división entre los creyentes corintios: No habían entendido bien el mensaje.
Un mal entendimiento del mensaje.
Les había dicho que el mensaje no procede de sabiduría humana y les recordó su condición: no eran sabios, ni nobles, ni poderosos, sino viles y despreciables; por lo tanto, ninguno podía jactarse delante de Dios, ni sentirse superior a otros.
En el cap. 2 y los primeros cuatro vers.
del cap.
3, el apóstol continua tratando de aclarar el mensaje que les había predicado.
Un mensaje de poder, no de elocuencia.
2:1-5
Los corintios estaban acostumbrados a la elocuencia de los filósofos.
Los griegos eran conocidos en todo el mundo de esa época como los que tenían mucha sabiduría.
Pero Pablo, después de haber obtenido pocos resultados con el profundo discurso que había proclamado en Atenas, decidió dirigirse a los corintios con palabras más sencillas, pero acompañadas por el poder del Espíritu Santo.
Les dice que cuando les proclamó el mensaje, “el testimonio de Dios”, no lo hizo con palabras pomposas o de alto rango o de sabiduría.
El mensaje de Pablo a los corintios estuvo centrado solamente en Jesucristo, “y este crucificado”.
La crucifixión fue lo que tuvo que sufrir Cristo para pagar, con Su vida, la deuda del pecador.
Pablo expresa el temor y temblor que tuvo cuando estuvo entre ellos.
Aunque no dice a que tenía temor, muchos creen que era temor a fracasar en la predicación, como pudo haber sido la predicación a los atenienses: una predicación profunda, pero sin mucho resultado.
Los corintios, habiendo oído la predicación de Pablo, se dieron cuenta que no era tan elocuente como sus contemporáneos griegos.
Pablo sabía la opinión que los corintios tenían de él:
El propósito de Pablo al recordarles lo sencillo de su mensaje era hacerles ver el error que estaban cometiendo al tomar partido o poner su confianza en Apolos, Pedro, o Pablo mismo:
Estas palabras le pegaban al blanco ya que en las ciudades griegas abundaban los filósofos itinerantes que se ganaban el sostén por medio de su elocuencia.
Pero los corintios parecían no haber entendido que el mensaje que escucharon de boca de Pablo era un mensaje revelado por el Espíritu.
Un mensaje revelado por el Espíritu.
No es que en el evangelio no haya sabiduría, sino que es de acuerdo a sabiduría celestial, no humana:
No es sabiduría “de parte de hombres ni mediante hombre alguno, sino por medio de Jesucristo”, como dijo a los gálatas acerca de su apostolado.
La sabiduría que resulta en celos y divisiones en la iglesia no es sabiduría de lo alto sino terrenal, como lo dice Santiago:
Con toda su sabiduría humana, los hombres no comprendieron el mensaje del evangelio, un mensaje que había estado oculto por muchos siglos, pero revelado en la persona de Cristo, por medio del Espíritu:
Si es revelado por el Espíritu, entonces, el mensaje tiene que entenderse espiritualmente, no filosóficamente, para que tenga sentido.
De lo contrario, creerás que es una locura (necedad):
Los corintios cometieron el error de juzgar las cosas espirituales desde una perspectiva carnal, el error de mezclar la sabiduría humana con el mensaje espiritual.
Ese error los había llevado a los sectarismos, partidismos, o divisiones que Pablo les había mencionado
Los corintios no se dejaban guiar por el Espíritu.
¿Cómo podrían ser guiados por el Espíritu si no juzgaban las cosas desde la perspectiva espiritual?
Y si clamaban juzgar las cosas espiritualmente, ¿Cómo podían justificar las divisiones entre ellos?
Pablo los confrontó con su realidad: “ustedes son carnales, no espirituales” “Ustedes son guiados por la carne, no por el Espíritu”.
Los creyentes, aunque han conocido a Cristo, todavía llevan la carne o la inclinación a pecar dentro de ellos.
La vida cristiana es una lucha constante entre el ceder al llamado del Espíritu o ceder al llamado de la carne.
El apóstol hace una similitud entre la carnalidad y la falta de madurez: “como a carnales, como a niños en Cristo”.
Un niño se deja llevar por sus deseos más que por lo que es correcto o saludable.
Ejem: el niño prefiere el postre que los vegetales.
Los corintios no habían crecido en Cristo como para recibir alimento sólido.
Desafortunadamente, las iglesias están llenas de creyentes que prefieren permanecer en un estado de infancia espiritual que madurar en Cristo y enfrentar las cosas como creyentes maduros.
A los corintios, les dice:
Las preguntas que Pablo les hace son retóricas; preguntas a las cuales ya se sabe la respuesta.
Los celos y discusiones no provienen del Espíritu, sino de la carne.
En la carta a los Gálatas, Pablo describió las obras de la carne, y entre ellas están algunas que sucedían entre los creyentes corintios:
“…las obras de la carne son evidentes, las cuales son… enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos...” Gal 5 19-20
Las “discusiones” del ver. 3 se refiere, no a discusiones de palabras, sino a “conflictos que resultan de la rivalidad y la discordia.
Por eso la LBLA la tradujo como “contiendas”.
La disensión es la división en grupos que se oponen.
Las divisiones entre ellos daban prueba de su carnalidad:
La carne engendra separación, división, y sectarismos.
El Espíritu guía al Cuerpo de Cristo, la iglesia, hacia la unidad; no hacia la división.
3:1-4
Concluyendo: Hasta este punto de la carta, Pablo les ha hecho ver el problema: la iglesia está dividida; y les ha hecho ver una de las dos causas del problema: tenían un mal entendimiento del mensaje de la cruz.
En lo que resta del cap.
3, desde el vers.
5 hasta el vers.
5 del cap.
4, les hará las segunda razón del problema.
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