El Sábado
Mostrar lo importante que es el sábado para un mundo caótico.
Introducción
Contemplando el tiempo
Un palacio en el tiempo
21 —Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. 22 Ahora ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación proviene de los judíos. 23 Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
La falta de tiempo
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:
La inaccesibilidad del tiempo
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Contemplando el espacio
Una obra en el espacio
Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
Irresponsabilidad con el espacio
Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace.
Impactando el espacio
La obra de restauración debe comenzar con un reavivamiento de la verdadera observancia del sábado, cuya esencia es la comunión con Dios, y la conmemoración de su poder creador y redentor en el día que él mismo santificó.
Contemplando el cielo
Una conexión especial con el cielo
Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó,
porque en ese día descansó de toda su obra creadora.
Eternidad y santidad del cielo
Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; 16 pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»
Cancilleres del cielo
Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.