HACIENDO LO QUE AGRADA A DIOS

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Colosenses 1:9–13 (RVR60)
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
11fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
12con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.
-Debemos actuar en coherencia a nuestra posición y condición espiritual. Ahora somos hijos de luz.
Colosenses 1:12 (PDT)
12 con alegría darán gracias al Padre por considerarnos dignos de compartir la herencia que tiene preparada para todos los que pertenecen al pueblo de Dios y viven en la luz.

El conocimiento de la voluntad de Dios

-La vida cristiana no solo requiere de experiencias, sino de conocimiento. De hecho, las experiencias deben comprobar el conocimiento.
-El conocimiento implica estudio y revelación.
-El ejemplo del etíope:
Hechos de los Apóstoles 8:26–35 (RVR60)
26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?
31 El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.
32 El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca.
33 En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.
34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?
35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
-El creyente debe poner especial atención a la enseñanza, porque esta revela la voluntad de Dios.
-En la predicación anterior, dijimos que para poder tener los criterios correctos para aprobar lo mejor, es necesario crecer en el conocimiento de la voluntad de Dios.
Efesios 5:15–17 (RVC)
15 Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios, sino como sabios.
16 Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos.
17 No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.

El propósito de conocer la voluntad de Dios

-La voluntad de Dios comprende no solo nuestros aspectos personales, sino todo el propósito de Dios.
-En Colosenses 1, Pablo nos dice el para de conocer la voluntad de Dios: “Para andar como es digno del Señor”.
-Seguidamente el apóstol nos dice el cómo: “agradando a Dios en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios.
-Enfaticemos en el primer aspecto:
Agradando a Dios en todo
-Agradar a Dios en todo no se refiere a una perfección, sino a la renuncia de la propia voluntad para obedecer a Dios.
Romanos 8:5–8 (RVR60)
5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
-Para agradar a Dios es necesario “renunciar” a la propia voluntad. Reconocer en la voluntad de Dios una opción mejor que mi propia sabiduría, y por lo tanto mejor que mi propia elección.
Proverbios 3:5–7 (NTV)
5 Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento.
6 Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.
7 No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal.
-Jesús pudo sufrir el oprobio y la humillación de la cruz, porque ya había renunciado a “su voluntad”. El murió en su cuerpo en la cruz, pero murió en su voluntad en el Getsemaní.
Lucas 22:39–42 (RVR60)
39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
-La entrega de nuestra voluntad debe ser un elemento presente en nuestra oración, de lo contrario, esta puede no ser eficaz.
Mientras no resolvamos el asunto de nuestra voluntad no podremos agradar a Dios en todo.